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Actualizado: 23/04/2024 20:43

FDHC, Cuba, Derechos

Junta Militar y otros inventos

La vieja guardia castrista planificó, con tiempo de sobra, cómo dejar la jefatura del partido único eventualmente separada de la jefatura del Estado y Gobierno con alguien sin apellido Castro

La Fundación para los Derechos Humanos en Cuba (FDHC) acaba de sacar un Informe Especial sobre la continuidad del castrismo sin Jefe de Estado y Gobierno de apellido Castro. A diferencia de los informantes oficiales de aquel régimen, quienes vierten falsedades a sabiendas, la FDHC (des)informa sobre cosas que ni siquiera sabe.

Inventa tu maquinaria

Como si el castrismo tuviera que ocultar sus estructuras para ejercer el poder dictatorial, la FDHC inventa que en Cuba manda una Junta Militar (JM) formada por “generales, coroneles y comandantes que rodean al dictador, la mayoría de los cuales no integra el Buró Político [BP]”. Por encima de este, la JM “no da la cara y opera tras bambalinas [como] “grupo ocasional de consulta y asesoría” de Raúl Castro.

Desde luego que la FDHC no tiene el menor indicio de cómo funciona la JM ni dónde ni cuándo se reúne. Sin haber recibido jamás ninguna info ni siquiera de un conserje, la FDHC asevera que los seis militares de la JM que integran el BP [Raúl Castro, los comandantes Machado Ventura y Ramiro Valdés, más los generales que la FDHC lista como Leopoldo Cintras (sic), Álvaro López Miera y Ramón Espinosa] son quienes “deciden” y los 11 miembros restantes del Politburó “escuchan, opinan si los dejan, y aprueban”.

El invento prosigue con que, por encima de ese sexteto de cuerdas del poder, rige una troika que Raúl Castro armó con su hijo, el coronel Alejandro Castro Espín, y Machado Ventura. La JM se completaría con siete generales: uno solito del MININT —el ministro Julio Cesar Gandarilla— y seis del MINFAR: el viceministro Joaquín Quintas; el Jefe del Grupo Empresarial, Luis Alberto Rodríguez López-Callejas; el segundo jefe de la Comisión Permanente para la Implementación y Desarrollo del Perfeccionamiento del Modelo Económico y Social, Leonardo Andollo, más los tres jefes de ejército: Onelio Aguilera Bermúdez (Occidental), Raúl Rodríguez (Central) y Rafael Hernández (Oriental).

Por esta composición imaginaria con búsqueda en Internet se nota ya que la JM es un invento de mala muerte. A la FDHC ni siquiera se le ocurrió que, como la represión es rasgo esencial de la dictadura y corre por cuenta del MININT, no del MINFAR, el generalato de la JM debía incluir por lo menos al Jefe de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), Jesús Becerra Morciego, antes que a los jefes de ejército, que ni pintan ni dan color represivo.

Aparte de puro invento, la JM es un disparate. Antes que usar la navaja de Occam para no multiplicar las cosas sin necesidad, la FDHC marca con los pies la plantilla de una JM por encima del BP sin atender a la sencilla razón funcional de que, en contexto ñángara, el único partido sustituye al pueblo, el congreso del partido sustituye al partido, el comité central sustituye al congreso, el buró político sustituye al comité central y el primer secretario sustituye al buró político [1]. Así tenemos la auténtica dictadura (autocrática) de partido único (totalitaria) comunista sin otro adminículo.

Perplejos sin guía

La FDHC inventa una JM porque no atina a comprender que la vieja guardia castrista planificó, con tiempo de sobra, cómo dejar la jefatura del partido único eventualmente separada de la jefatura del Estado y Gobierno con alguien sin apellido Castro, quien asumirá las funciones constitucionales de “Jefatura Suprema de todas las instituciones armadas [y] presidir el Consejo de Defensa Nacional” (Artículo 93.g y h).

La FDHC prosigue inventando con que “Fidel Castro nunca aceptó —como en la URSS y otros países socialistas— que el Partido Comunista estuviera por encima de los militares”. Este forro no cabe en el dominó histórico del castrismo. Desde que entró en La Habana, Fidel Castro adelantó su estrategia de militarizar toda la sociedad.

De ahí que descartara un ejército regular, formara milicias, impusiera servicio militar obligatorio y terminara elaborando la concepción estratégica denominada guerra de todo el pueblo. Por mera lógica sistémica, el control político no puede radicar entonces en ninguna JM, sino en el partido, que se desparrama por las propias fuerzas armadas y por todos los demás sectores de la sociedad militarizada de arriba abajo. No en balde la ley (75/1994) dispone que la defensa nacional “se prepara y realiza bajo la dirección del Partido” (Artículo 2).

La FDHC no atina a comprender la dictadura de partido único y se empantana en el esquema de la dictadura militar, como si Castro, precisamente por haber tumbado a Batista, no se hubiera apartado de aquel esquema e implantado otro mucho más racional para ensamblar su Estado totalitario de filiación comunista.

Ajeno a la división funcional del poder estatal unitario, el informe de la FDHC delira con que en Cuba hay seis poderes: Dictador, Junta Militar, Buró Político, Comité Central [CC], Consejos de Estado [3] y de Ministros [4], más Asamblea Nacional del Poder Popular. Incluso urde un séptimo poder que habría sido “el verdadero gobierno del país”: el Grupo de Coordinación y Apoyo del Comandante en Jefe. Así incurre en contradicción, pues el mismo informe señala que, desde los tiempos de Fidel Castro, la JM era el gobierno verdadero e invisible.

Y como si el Jefe de Estado y Gobierno sin apellido Castro no fuera miembro del Politburó ni este último tomara las decisiones, el informe augura que quizás Raúl Castro “concentre más que nunca su poder militar desde el Partido Comunista” para impedir que el sucesor en la jefatura de Estado y Gobierno “se crea que lo es de verdad”. Lo único que preocupa al BP es que alguien se crea que es otro Fidel Castro y por eso se adelantó ya que la jefatura de Estado y Gobierno podrá desempeñarse tan sólo por dos mandatos consecutivos.

El augurio de la FDHC viene convoyado con que “la crisis social y económica se agrava cada día [y] en 2018 todo será peor que en 2017”. En consecuencia, la FDHC inventa también cómo salvar la nación cubana: “mayor presión desde abajo, el temor arriba de que si no mueven ficha todo puede venirse abajo, una política más fuerte aún de Washington, y menos complacencia europea con el castrismo”.

Coda

Siempre es bueno saber de qué se está hablando, pues hay cosas que no sabemos que no sabemos. Sin advertir la dictadura de partido único que tiene delante de sus narices, el informe especial de la FDHC ni siquiera cabría en reedición aumentada de los cuentos fantásticos kubizhes que José Martínez Matos compiló hacia 1980. Estos cuentos guardaban al menos la cordura del entretenimiento.

Notas

[1] El principio nángara del “sustitutismo político” fue descrito bien tempranito por León Trotsky en Nuestras tareas políticas (1904).

[2] El informe de la FDHC suelta que, “con 31 miembros, el Consejo de Estado actúa”. Ni siquiera está al tanto de son 33, tras la inclusión de Ulises Guilarte de Nacimiento y Rafael Ramón Santiesteban Pozo en 2014.

[3] El informe de la FDHC desvaría con que el Consejo de Ministros [33 miembros] “es dirigido de hecho por el CC del PCC” [más de 140 miembros]. Ni siquiera tiene en cuenta que la ley orgánica del Consejo de Ministros [Decreto-Ley 272/2010] define un Comité Ejecutivo que con apenas 8 [el Presidente y su secretario, el Primer Vicepresidente y los cinco vicepresidentes], así como los demás que fueren necesarios, dirige de hecho el gobierno (Artículo 8).

© cubaencuentro

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