La posibilidad de confraternizar los cubanos de todos los rincones del mundo en Santiago de Cuba y La Habana por primera vez en los últimos 53 años, seguramente nos congregará con entusiasmo durante la visita pastoral del Papa Benedicto XVI del 26 al 28 de marzo. A ambos lados del estrecho de la Florida, la Iglesia católica coordina la participación de un solo pueblo, y de todas las personas de otras nacionalidades que deseen asistir.

Reconciliación es un concepto muy abarcador en el contexto de Cuba. Tanto así, que avanza con mucha dificultad, y hasta hace muy poco tiempo eran pocas las personas que osaban abogar por ella, y muchas la temen por una variedad de motivos, desde el miedo a ser represaliado hasta el horror a perder las prebendas o los pretextos para librar las guerritas particulares.

Pero desde hace unos años se impone la convicción de que solo mediante la reconciliación entre todos los cubanos, los de adentro, los de afuera, y de los unos con los otros, se logrará reconstruir Cuba. Una oportunidad excepcional para hacerla avanzar están siendo las celebraciones por los 400 años del encuentro con la Virgen del Cobre, que como Patrona de Cuba realmente aglutina, porque “La Caridad nos Une”. Incluso, las más de tres décadas de prohibición gubernamental no pudieron impedir que sea venerada por la mayoría. La fortaleza, la cohesión y las esperanzas con que los independentistas mambises se sentían imbuidos por la virgen, se renuevan en este período crucial como una gran oportunidad para sepultar los dogmas y las revanchas, a fin de recuperar la autoestima patria, como cubanos internos, cubano-americanos o cubanos cosmopolitas.

En la peregrinación de la imagen de la virgen, iniciada el 8 de agosto de 2010 en Santiago de Cuba y concluida en la Avenida del Puerto de La Habana el 30 de diciembre de 2011 participaron más de 5 millones de cubanos. El 7 de enero de 2012 comenzó el Año Jubilar Mariano, durante el cual se mantendrán acciones, tanto por devotos católicos y de otras iglesias o grupos cristianos como por “los que, sin tener fe, pueden reconocer la presencia benéfica de la Virgen de la Caridad a lo largo de nuestra historia cubana”, como expresa la convocatoria de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.

Gran alegría motivó Monseñor Thomas Wenski, arzobispo de Miami, al acompañar al Cardenal Jaime Ortega y demás prelados “de adentro” en la misa del malecón habanero, que honró a la Virgen Mambisa envuelta en la brisa del mar que nos une, que no seguirá separándonos. Polaco al igual que Juan Pablo II, continúa el sabio derrotero legado por el Papa durante su estremecedora y reflexiva peregrinación por la Isla en enero de 1998. El Año Jubilar fue iniciado también en el Santuario Nacional de la Ermita de la Caridad en Miami y su Arquidiócesis participa en la organización de la visita del Sumo Pontífice en esta oportunidad. “Espero que cientos de personas viajen a Cuba. Espero que el Papa ayude nuevamente a promover la idea de la reconciliación. Estamos hablando de la reconciliación entre la gente”, ha expresado el Arzobispo.

En el curso de 2012, los cubanos deberán continuar reencontrándose, y el proceso no podrá detenerse, pues todos tenemos el derecho y el deber de contribuir a la reconstrucción de Cuba en todos los ámbitos. El fortalecimiento de los vínculos familiares y entre conciudadanos propiciará eliminar los odios acumulados por decenios de hostilidad y arbitrariedades. Las diversas generaciones tenemos la ocasión de procurar la recuperación de los valores morales y cívicos, en paz. Nuestros jóvenes merecen oportunidades dentro del país; tienen que poder labrar hoy, el futuro personal y de la Patria.

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