Desde hace algunos años grupos de la sociedad civil cubana y personas independientes han y están desarrollando un debate intenso para lograr consenso en diferentes grupos que luchan por la democratización de Cuba. Participan desde los más radicales a los más moderados.

Pero también el tema se discute en la periferia del estado/gobierno/ partido único, en círculos académicos, educacionales y artísticos.

Todos, en busca de modificaciones y eventuales soluciones a la problemática cubana por vías institucionales.

Como vengo abogando por esa vía, siento satisfacción y aliento al constatar que personas de la disidencia interna con posiciones muy radicales, contemplan en su proyecto político la convocatoria a una Asamblea Constituyente como solución a la problemática cubana, lo que sugiere la idea se va consolidando, pues avanza en un sector que no parecía muy propicio para su desarrollo.

La Asamblea Constituyente para parlamentar una constitución democrática, que nos lleve a un Estado de derechos con sus tres poderes independientes, solo pudiera ser efectiva si contempla la participación de todos los actores en conflicto incluyendo el actual partido único, que no es solución sino parte del problema, si está dispuesto a aceptar las reglas de la democracia.

Si el Partido Comunista o sus militantes no aceptaran debatir el tema y no estuvieran dispuestos a aceptar el juego democrático con la participación de todos, ellos mismos se excluirían por voluntad propia y no por el sectarismo del resto.

Un grupo de demócratas cubanos están trabajando en constituir un Parlamento Cubano (ParlaCuba), por medio de Internet, donde confluyan todas las fuerzas prodemocráticas cubanas tanto del interior de Cuba como de la diáspora, en el cual se puedan encontrar diferentes ideologías y fuerzas políticas, (derechas, centros, e izquierdas, pero todas democráticas), proceso del cual seguramente emergerán figuras y fuerzas conciliadoras que tendrán como denominador común la democratización de Cuba.

Ese escenario requiere de transparencia como herramienta necesaria para el debate y el consenso. No se trata de que las distintas plataformas se inhiban de sus propuestas o criterios. Todo lo contrario, precisamente de lo que se trata es que cada cual exprese sus puntos de vistas por muy contrapuestos que parezcas, incluso los que algunos puedan considerar extravagantes, porque lo fundamental es que las opiniones sean bien argumentadas y se expresen con respeto hacia los demás.

Cuando falta transparencia y surge opacidad, se ponen de manifiesto la incertidumbre, la duda y la pérdida de confianza entre los interlocutores lo que sería muy perjudicial para el debate y el consenso.

Un asiduo observador de la problemática cubana podrá constatar que nosotros los cubanos nos sentimos todos como dueños de Cuba y ante esa propiedad colectiva, no puede existir ningún dueño individual absoluto. Si se respeta ese precepto no habrá dificultades en el debate y de seguro se llegará al consenso entre tantos que piensan diferentes pero que quieren lo mejor para Cuba y para los cubanos.

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