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Actualizado: 17/05/2024 1:04

Historia

Las razones de una Revolución

La Revolución cubana en sus inicios representó las genuinas aspiraciones de casi todo un pueblo que anhelaba su oportunidad para insertarse en la modernidad


La Revolución Cubana representó uno de los hitos más importantes en el devenir político del siglo XX. Su huella en la memoria histórica mundial ha sido profunda y su legado ideológico goza aún de cierto predicamento en determinados sectores de pensamiento, particularmente en América Latina. Su influjo, aunque erosionado, se resiste a desaparecer. Quizás la principal razón sea la hábil manipulación del pequeño y frágil David frente al poderoso Goliat. Más allá de este lugar común, es incuestionable que a partir de la Revolución, el papel de Cuba en el contexto de las relaciones internacionales durante cuatro décadas sobrepasa con mucho las dimensiones de su territorio y de su población, así como su importancia geopolítica.

¿Por qué en una isla del Caribe se produjo una transformación tan radical?

Durante la última guerra contra el colonialismo español cobró fuerza entre muchos cubanos la necesidad de fundar una república basada en la independencia nacional y la justicia social, fundamentos del nacionalismo insular. Entre 1902 y 1958, dichas expectativas se frustraron en lo esencial, debido a la monoproducción azucarera y a la estrecha dependencia de Estados Unidos. El capital norteamericano promovió el crecimiento económico pero socavó el control de la economía nacional al configurar una eficiente red de explotaciones agroindustriales, convirtiendo la Isla en un enclave azucarero. La reciprocidad comercial protegía las importaciones norteamericanas, frenaba el desarrollo de las incipientes industrias cubanas y desalentaba el fomento de otras nuevas, reforzándose así el clásico modelo primario exportador.

Con una alta dependencia del comercio exterior, desde finales del siglo XIX la modernización de la economía cubana implicó un alto grado de especialización productiva y una elevada concentración geográfica de los intercambios mercantiles. Comercio, finanzas, infraestructura, servicios públicos, fuerza de trabajo, iban a remolque de las principales agroindustrias, sobre todo de la azucarera. Sólo a partir de los años 40, cuando los beneficios de la primera industria disminuyeron, las propiedades azucareras comenzaron a pasar a manos del capital cubano. Hacia 1958, el 62% de la zafra azucarera era producida por cubanos, mientras que sólo el 36,5% era norteamericano. No obstante, los volúmenes de producción descendieron de tal manera, en correspondencia con el sistema de cuotas norteamericano, que en la década del 50 apenas experimentan crecimiento, mientras se duplica la población.

A pesar de su evidente agotamiento como piedra angular del crecimiento, el azúcar continuaba representando la quintaesencia de la economía de la Isla gracias a los ingresos que generaba por concepto de exportación, y el mercado norteamericano, aunque fuertemente regulado, constituía su más importante mercado. Por ello, en el sector azucarero seguía residiendo la clave de la supervivencia de Cuba como nación, pues sin él no tardaría mucho en colapsar todo el sistema de reproducción económica nacional. En otras palabras; desde 1902 el azúcar era el motor de una intensa, aunque hipertrofiada, dinámica de progreso económico cuya vulnerabilidad era muy alta al depender de un sector sometido a la demanda exterior. A pesar de tal asimetría, la reciprocidad con Estados Unidos garantizó un auge económico y una modernización sin precedentes.

Recientes estudios han demostrado cómo junto al predominio azucarero y tabacalero se consiguió articular una pequeña pero eficiente red industrial que en muchos casos era subsidiaria de ambos sectores. Sin embargo, en otros mantuvo una relativa independencia de ellos y logró desarrollarse en medio de una normativa comercial tan adversa como el Tratado de Reciprocidad Comercial, entablando una intensa competencia con las mercancías norteamericanas (1). Resulta evidente que para un Estado con soberanía limitada como el constituido en 1902, no resultaba sencillo neutralizar a los exportadores norteamericanos los cuales no aceptaban la alteración de sus prerrogativas en el mercado cubano, así como vencer la resistencia de los intereses azucareros cubanos a los esfuerzos por proteger el mercado interno y desplegar una red industrial. “El conjunto de sectores burgueses relacionados con la exportación azucarera se moverá dentro de una orientación defensiva, intentando salvaguardar las condiciones favorables impuestas desde el exterior y sin motivo alguno para promover iniciativas de cambio, ya que la adopción de las decisiones que les conciernen se encuentra fuera de su alcance” (2).

En este escenario, las Cámaras de Comercio Industria y Navegación, el Centro Nacional del Fomento Fabril e Industrial de Cuba, creado en 1902, y, más tarde, la Asociación Nacional de Industriales de Cuba (ANIC), fundada en 1923, desempeñaron los papeles protagónicos en pos de conseguir nuevos espacios dentro del mercado nacional para sus productores fabriles. No obstante, la ANIC nunca gozó del apoyo del Estado, ni consolidó sólidas alianzas con otros sectores sociales capaces de propiciar la diversificación, aunque no por ello puede menospreciarse la actividad y el discurso de la burguesía industrial no azucarera en defensa de los intereses nacionales.

Los esfuerzos en pro de la diversificación industrial no lograron superar el enorme poder de los intereses azucareros basados en el régimen de latifundio. Este último factor agravó la situación del empleo, ya que sólo existía ocupación durante la zafra, manteniendo a una gran masa de campesinos parados durante el “tiempo muerto” y sin acceso a la propiedad de la tierra. De tal modo, el predominio de la industria azucarera reforzó la subordinación de Cuba respecto al mercado norteamericano, obstaculizó la diversificación económica y restringió las posibilidades de mejorar el nivel de vida de la población, en especial la establecida fuera de los límites de la capital del país. Existen datos que indican que el crecimiento medio anual real del producto interno bruto (PIB) desde 1947 hasta 1957 fue de 1,35%. En términos per cápita, dicho crecimiento se convierte en negativo teniendo en cuenta que el crecimiento de la población fue en esos mismos años de 1,57%, o sea, mayor que la tasa de crecimiento del PIB (3).

El reclamo de independencia económica y justicia social seguía siendo una legítima reivindicación compartida por diversos intereses corporativos y amplios sectores sociales.

Panorama socio-político

En tal escenario se produjo un impetuoso desarrollo de las profesiones liberales y las élites urbanas, conjuntamente con los perniciosos excesos de un sistema político inmaduro y corrupto, donde la violencia para dirimir los conflictos era moneda corriente. Esto impidió ofrecer una seria y duradera alternativa de gobernabilidad democrática. Al mediar el siglo XX, Cuba, después de librar dos guerras de independencia contra el colonialismo español, sufrir dos ocupaciones militares de Estados Unidos y ser escenario de una revolución frustrada a mediados de los años 30, fue capaz de darse una nueva constitución en 1940, muy avanzada para la época, que refrendaba un orden liberal y democrático. Protegía la propiedad privada y alentaba el despliegue de una política intervencionista por parte del Estado, mientras que prescribía una reforma agraria, junto con la promoción de una serie de derechos sociales. Decretó el sufragio universal, igualitario y secreto, y estableció la práctica del referéndum popular, admitiendo el acceso de toda la ciudadanía al desempeño de funciones y cargos públicos.

A lo largo de los años 40 no se hicieron realidad muchos de esos preceptos, pues los gobiernos presididos por los líderes del Partido Revolucionario Cubano Auténtico, forjado en la lucha contra Machado, no consiguieron promulgar un conjunto de leyes complementarias a la Constitución, ni diversificar la economía; igualmente fracasaron en sus intentos por erradicar el latifundio. Los “auténticos” habían generado muchas expectativas desde su arribo al poder en 1944. Sin embargo, el abandono de sus ideales por el enriquecimiento ilícito, la proliferación de bandas armadas –el gangsterismo político– y la corrupción generalizada que caracterizó a sus gobiernos, condujo a una profunda crisis de credibilidad de la democracia parlamentaria. Desafortunadamente, el contexto político en aquel momento no se caracterizaba por zanjar las diferencias por medio del diálogo entre los opositores y el compromiso con las instituciones democráticas era bastante precario. Por otra parte, la cultura política del pueblo se decantaba por el carisma de un líder antes que por un programa político o corriente ideológica. “Era ciertamente el síndrome del caudillo, esa atrofia de la conciencia cívica que con persistencia endémica ha frustrado el funcionamiento de la democracia en Cuba…” (4). De tal suerte, la violencia se consolidó como el vehículo idóneo para desplazar a los adversarios.

Tras el suicidio de Eduardo Chibás, líder populista del Partido Ortodoxo, las clases sociales que pugnaban por un adecentamiento de la administración pública –“vergüenza contra dinero”–, sufrieron una terrible frustración. De tal modo, cuando Batista asaltó el poder en la madrugada del 10 de marzo de 1952, apenas tuvo que enfrentar algún amago de oposición en el conjunto de la sociedad. Se impuso así la vía militarista que buscaba una recomposición de la oligarquía conservadora, instaurándose un régimen de fuerza y violación de los derechos humanos.

Batista, intensificó la política de intervencionismo estatal y para ello amplió la red de organismos bancarios paraestatales especializados, algunos de ellos creados durante el gobierno de Prío. Tales instituciones sirvieron de soporte orgánico y funcional al Estado para el despliegue del Plan para el Desarrollo Económico y Social. El mismo tenía como fin mantener el nivel de actividad económica mediante la captación de recursos por parte del Estado, utilizando el mecanismo del gasto público. Dichos fondos se movilizaron con el objetivo de desarrollar nuevas actividades agrícolas e industriales, intentando así modificar el patrón de reproducción tradicional de la economía cubana.

A tal punto llegó la fusión de los intereses del Estado cubano con los monopolios norteamericanos y el gran capital nacional, que de hecho el régimen asumió rasgos muy acusados de un capitalismo monopolista de Estado (5). Aquél proceso inversionista basado fundamentalmente en la construcción de nuevas obras de infraestructura de cara al turismo y concebido para la modernización de La Habana, estuvo plagado de fenómenos de corrupción, pues menos del 50% del gasto público representaban los costes reales, mientras que el resto constituían las comisiones y los márgenes de beneficio para los incondicionales del régimen (6).

El elevado margen de discrecionalidad política de aquel proceso inversionista supeditó la adjudicación de contratas para el trazado de una autopista, o la concesión de créditos para el desarrollo, a favorecer a los empresarios adictos al régimen y respondió a la lógica de la corrupción imperante. Cuba, pese a contar en los 50 con un Estado profundamente implicado en promover un nuevo desarrollo dependiente a partir de la fusión de sus intereses corporativos con los inversionistas extranjeros y los grupos más fuertes de la oligarquía nacional, no fue capaz de quebrar el consagrado poder del azúcar. La estrategia de desarrollo económico y social de la dictadura falló tanto en su propósito de encontrar un nuevo modelo de desarrollo dependiente, como en extender el relativo progreso al resto del país.

En el aspecto social, la Cuba de los 50 exhibía un panorama cuajado de profundos contrastes. Por una parte, se encontraba entre los cinco primeros países de América Latina en indicadores tales como urbanización, alfabetización, ingreso per. cápita, mortalidad infantil y esperanza de vida. En educación, los logros a nivel macro eran apreciables: en 1958, existía una matrícula a la escuela primaria pública de 1.300.000. Los institutos de bachillerato ascendían a 95, entre públicos y privados, funcionaban 19 Escuelas Normales, 14 Escuelas de Economía Doméstica, 7 Escuelas de Artes Plásticas y varias escuelas de periodismo, artes dramáticas y ballet. Además, en La Habana de los 50 existían dos universidades estatales; más la de Santiago y la de Las Villas, así como algunas privadas. “Cuba contaba con 3,8 estudiantes universitarios por cada mil habitantes, la misma cifra de Argentina, Chile y México. Los profesionales universitarios, sobre todo los de carácter técnico e industrial, constituyeron una vasta red que permitió la progresiva y plena cubanización de la producción y la gestión del país” (7).

Algunos especialistas definen a la sociedad cubana prerrevolucionaria como de clase media; este sector agrupaba casi 180.000 profesionales, administradores y ejecutivos, cerca del 10% de la población económicamente activa. Las 203 asociaciones profesionales eran organizaciones de la clase media y ésta, además, no paraba de crecer (8), lo cual da idea de la pujanza de la sociedad civil cubana de la época. Según Pérez-Stable, “importantes sectores de la clase sindicalizada, especialmente en La Habana y en las más modernas empresas industriales, suponían también una ayuda potencial para la renovación del capitalismo dependiente” (9).

Con respecto a los medios de comunicación social, en 1959 existían en La Habana 14 grandes diarios, algunos de ellos de distribución nacional, dos revistas semanales de información general como Bohemia y Carteles, funcionaban más de 250 estaciones de radio y el país contaba con un radiorreceptor por cada 6,28 habitantes, el tercer puesto en América Latina. Emitían 5 canales de televisión; la población contaba con un televisor por cada 25 habitantes, ocupando el primer lugar en el subcontinente (10).

Empero, la modernidad cubana ocultaba agudas desproporciones, entre ellas una baja tasa de crecimiento económico, el papel preponderante del azúcar como generador de ingresos, exagerada dependencia de Estados Unidos para capital y mercados, insuficiente actividad inversionista, altas tasas de desempleo crónico y subempleo –el desempleo abierto en 1958 era del 12% de la fuerza laboral– y el débil crecimiento de la economía, así como muy acusadas diferencias entre el medio rural y el urbano (11). El 71% de la fuerza laboral urbana y el 64% de la rural tenían empleo a jornada completa durante todo el año. Entre la población rural, el analfabetismo era casi cuatro veces mayor y la matrícula escolar de las edades comprendidas entre los 5 y los 14 años era de menos de la mitad; mientras en las ciudades los logros en educación y cultura eran mucho más significativos. Con respecto a la salud pública, en 1950 el Informe de la Misión Truslow del Banco Mundial señalaba que la salud constituía un serio problema en Cuba, pues la gran mayoría de la población rural infantil sufría de parasitosis intestinal. Los trabajadores agrícolas tenían un déficit diario de 1.,000 calorías y estaban situados en un 16% por debajo de la media es estatura y peso. El 60% de los médicos, el 62% de los dentistas y el 80% de las camas de hospital estaban en La Habana; en el campo sólo había un hospital.

Los índices de calidad de vida expresaban igualmente tales diferencias. Existía un 20% de analfabetos. La mayoría de la población rural carecía de agua corriente (85%), de servicios sanitarios dentro o fuera de la vivienda (54%), de electricidad (93%) y de refrigerador (96%) y era más normal que sus viviendas se encontraran en condiciones precarias (26%), o que no estuvieran construidas con materiales sólidos. La inmensa brecha entre La Habana y el resto del país era aún mayor. Casi un 25% de la población vivía en la provincia de La Habana, principalmente en la ciudad. La capital poseía casi el 50% de la totalidad de la industria, incluyendo ocho de las catorce plantas con más de 500 obreros. Los habaneros tenían más probabilidades de superar el tercer grado y de obtener algún nivel de educación primaria intermedia (52%), y representaban la mayor parte de los graduados de estudios secundarios (60%), de escuelas de oficios (50%) y de estudios universitarios (70%) (12).

La tendencia de la distribución del ingreso representaba otra muestra palmaria del liderazgo habanero. Entre 1952 y 1958 el total de los salarios se mantuvo casi inalterable; entretanto, en la capital se elevaba del 53 al 64%. Provincias como Las Villas, Camagüey y Oriente sufrían sensibles disminuciones de los salarios en igual período de tiempo, lo cual contribuye a explicar el generalizado apoyo que a partir de 1958 recibió la guerrilla rebelde por parte de la población de la zona centro-oriental del país. Mientras que La Habana vivía en la opulencia, destapándose en aquellos años una verdadera orgía consumista en gran parte de su población, buena parte del país, particularmente las comarcas rurales remotas, carecían de los más elementales servicios para desenvolver una existencia humana decorosa. La aparente prosperidad que fascinaba a habaneros y a turistas a finales de los 50, fue resultado del gasto de las reservas internacionales que Cuba logró acumular durante los años de la Segunda Guerra Mundial a partir de los ingresos extraordinarios por las exportaciones de azúcar. El revelador estudio hecho en 1957 por la Agrupación Católica Universitaria se refería en los siguientes términos a la clamorosa asimetría entre la urbe habanera y las zonas del interior de la República. “La ciudad de La Habana está viviendo una época de extraordinaria prosperidad mientras que en el campo, y especialmente los asalariados, están viviendo en condiciones de estancamiento, miseria y desesperación difíciles de creer...Ya es hora de que nuestra Nación deje de ser feudo privado de algunos poderosos. Tenemos la firme esperanza de que dentro de algunos años Cuba será no propiedad de unos pocos, sino la verdadera patria de todos los cubanos” (13).

Maduración de la situación revolucionaria

Frente a las luchas intestinas por el control político que dividían el campo de la oposición a Batista, tanto dentro de los auténticos, como en las filas de los ortodoxos, la consigna de “por la libre empresa y la Constitución del 40” se convirtió en la principal demanda en contra de la dictadura. Una vez más se ponía de manifiesto la incapacidad cubana para consolidar un gobierno democrático libre de corrupción y de violencia, en el marco de la dependencia y el tutelaje respecto a Estados Unidos. El joven abogado Fidel Castro supo capitalizar la situación de malestar y de ilegitimidad que embargaba en aquellos momentos la República y con un numeroso grupo de jóvenes se propuso enfrentar la dictadura y liderar la lucha armada. Aunque el asalto a la fortaleza de Moncada fue un rotundo fracaso, este acontecimiento sirvió a Castro para saltar a la palestra pública como adalid de las libertades, cautivando el imaginario popular. Entretanto, el resto de los sectores moderados de la oposición fracasaban en sus intentos por lograr una salida pacífica y negociada del conflico, agravado por el asesinato del congresista Pelayo Cuervo a manos de la policía de Batista y la rotunda negativa de éste a convocar elecciones antes de 1958. Lo único que consiguió el dictador fue que la ciudadanía se fuera identificando con la violencia revolucionaria, desacreditándose la oposición moderada como una fuerza capaz de alcanzar una transición pacífica a la democracia.

El alegato de autodefensa de Castro devino plataforma política del Movimiento 26 de Julio. En él se delineaban los aspectos esenciales de un programa político de contenido popular-democrático y nacionalista, desdeñando deliberadamente de su definición de pueblo a los hacendados, los grandes latifundistas y a los empresarios industriales y comerciales. Tras su breve encarcelamiento y después de ser beneficiado con una amnistía general, Castro decidió continuar la insurrección. Entre 1957 y 1958 el pequeño foco guerrillero fue cobrando fuerza. La Habana, el Directorio Revolucionario 13 de Marzo atacó el Palacio Presidencial y un grupo de esta organización creó otro foco guerrillero en las montañas del Escambray. Por otra parte, las propias fuerzas armadas soportaban motines internos, como el de Cienfuegos.

La base social de la guerrilla se nutrió en buena medida de campesinos serranos, sub-empleados y jornaleros ocasionales sin tierras que no tenían una idea exacta de qué cosa era la Constitución del 40 pues la mayoría eran semianalfabetos y jamás habían visitado La Habana. Si la población campesina y de las ciudades del interior se enroló en la guerrilla, fue porque tenían muy poco que perder y bastante que ganar. La evidente asimetría La Habana/resto-de-lpaís, hizo que la Cuba “del interior” se incorporara al Ejército Rebelde, pues a la vez que miraba a la capital con desazón, veía en el M-26-J una organización política nueva, ajena a la politiquería tradicional, que se jugaba la vida contra la dictadura y cuya plataforma los representaba. Otra cosa pasaba en la clandestinidad en las ciudades, pues muchos de los que se implicaron en la lucha urbana en La Habana, Santiago de Cuba, etc., provenían de las profesiones liberales y sí se movían principalmente por estímulos políticos, tales como recuperar el ritmo constitucional y restaurar las libertades perdidas.

El movimiento revolucionario en contra de la dictadura no lo provocó exclusivamente la violación de la legalidad por Batista y su obstinada permanencia en el poder, si bien esto radicalizó el proceso. Fue la quiebra del prestigio y de la confianza ciudadana en los políticos y en las instituciones lo que produjo la bancarrota de la desacreditada democracia cubana. Tal situación, unida a la urgente necesidad de llevar adelante una transformación agraria que elevara el nivel de vida del campesino cubano, así como el despliegue de políticas que favorecieran el incremento de la educación y la salud pública con un alcance verdaderamente nacional, erradicando además todo tipo de discriminación, fue lo que alentó a los sectores sociales más desposeídos a incorporarse al Movimiento 26 de Julio o apoyarlo decididamente.

Por otra parte, el pequeño y mediano empresariado no-azucarero, los profesionales, etc., creían que este movimiento de signo ideológico variopinto sería capaz de satisfacer las demandas a favor de un cambio de rumbo económico, fomentando el proteccionismo. Batista intentó imprimirlo por medio de su Plan de Desarrollo Económico y Social, generando con él determinados elementos de capitalismo monopolista de Estado, pero falló, pues careció de un amplio consenso social. Asimismo, la turbulencia política que provocó su asonada y las acciones militares que a partir de 1957 se produjeron en algunas ciudades y sobre todo en la zona este del país, impidió en buena medida su éxito, más allá del favoritismo político y la vergonzosa corrupción que generó.

A finales de 1958, ante el empuje de la invasión guerrillera hacia el oeste de la Isla, capitaneada por Ché Guevara y Camilo Cienfuegos y el reconocimiento del liderazgo de Fidel y el M-26-J por el resto de la oposición a Batista, la dictadura apura sus últimas horas hasta que el 1° de enero de 1959 se desploma definitivamente. Días después, Castro se dio un baño de multitudes en La Habana, cuyos habitantes no dudaron en proclamar públicamente que cada una de las casas de la capital era propiedad del líder rebelde. La Revolución cubana en sus inicios representó las genuinas aspiraciones de casi todo un pueblo que anhelaba su oportunidad para insertarse en la modernidad.

El desmantelamiento del capitalismo y la sociedad liberal

Una de las innegables virtudes del liderazgo de la Revolución cubana, sobre todo en su fase final, fue haber logrado la concertación nacional de fuerzas provenientes de diversos espectros políticos, pero que no obstante convergieron en un objetivo común: la lucha contra la dictadura para una vez obtenida la victoria, proceder a la restauración de la democracia y las libertades civiles y políticas conculcadas. Esta vez la reimplantación de la Constitución del 40 pasaba por hacer realidad los ideales de democracia, de justicia social y de una administración pública honrada junto con la eliminación de los latifundios, el logro de la diversificación agrícola e industrial, la expansión de los servicios de educación y de asistencia médica, así como impulsar una injerencia benéfica del Estado en la economía –respetando la propiedad privada– con el fin de fomentar el pleno empleo, proteger al mercado y a la industria nacionales.

Al carro de la Revolución se montaron pequeños propietarios agrícolas o arrendatarios, jornaleros y campesinos sin tierra, pequeños colonos, maestros y profesores, pequeños y medianos empresarios industriales y comerciantes, así como jóvenes de las profesiones liberales, obreros industriales y clases populares en general. Muchos de ellos confiaban en que el nuevo poder revolucionario, sin apartarse del marco democrático y liberal que refrendaba la Carta Magna pisoteada por Batista, atendería sus reivindicaciones, estimulando su actividad con el fin de que ocuparan el lugar que les correspondería como agentes impulsores de un nuevo desarrollo de la economía nacional. Sin embargo, fueron engañados, pues el atropello de las libertades, el control estatal de la economía, la censura de prensa y la alianza con el comunismo, nada tenían que ver con las genuinas aspiraciones de democracia y libertad por las cuales se habían involucrado de diversas maneras en la Revolución. Para ellos resultó una muy dolorosa experiencia ver cómo una Revolución que concibieron para abolir las dictaduras, al radicalizarse, se tornó dictatorial.

La Ley Fundamental –“auténtica acta de defunción de la democracia representativa basada en las elecciones por sufragio universal y en la división de poderes” (14)–, dictada por el Consejo de Ministros el 7 de febrero de 1959, le adjudicó a esta instancia de poder una facultad legislativa irrestricta, facilitando la acelerada centralización del poder político y económico. A partir de la creación del primer gobierno revolucionario el concepto de soberanía quedará muy tocado. El pueblo dejará de ser el pueblo civil, el ciudadano, deviniendo desde entonces “pueblo organizado y uniformado: pueblo estatal” (15)


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26 Comentarios


26 by Pedro Rholax (Usuario no autenticado) 11/04/2010 7:20

Las sinrazones de una Robolución. La izquierda se delata. La izquierda fue en una época la esperanza desesperada de los burgueses con inquietudes altruistas y de los pobres. Se comparaba la enormidad del escándalo con el del evolucionismo, pero el recelo quedaba opacado por la luminosidad. La justicia para los pobre, su llegada al poder, la oportunidad de romper los yugos y dirigir sus propios destinos. Sería la perfecta democracia. Significaría la equidad en el reparto de la vida, aquí en lo material, saciando el estómagos físico, sin dormirse en sueños engañosos de paraísos celestiales. Dios era mentira, pero el comunismo haría cierto que los ricos y sus popes quedarían atascados en el ojo de su aguja con todos sus oropeles. La realidad de sus obras ha mostrado lo que eran, y lo hizo mucho más que la caída del muro de Berlín. La historia ha sido su enterrador. Habiendo fracasado rotundamente en la teoría y en la práctica, habiendo sido los mayores genocidas –y de proletarios de la historia, hasta el punto de dejar a Hitler pequeño y demócrata, se retratan por llamar facha a todo el que se les oponga. Facha proviene del culto a la faz o fascio, práctica que nadie cultivó más -ni mejor -que ellos, y aun cultiva, en Cuba y en Norcorea. La izquierda demuestra ser lo más hipócrita que existe. Se zambullen en el capitalismo con fruición, tienen empresas y explotan al obrero como todos. En el banco pueden tener más o menos, vestir más caro o más discreto, y tener cualquier edad y aspecto. Pero por mucho que se confundan con la masa decente en cuanto lanzan el calificativo de facha se delatan. Parece que lo soñaron en alguna pesadilla y aquelarre colectivo en que tomaran triste conciencia de su fracaso estrepitoso, moral y humano. Stalin, Pol-Pot, Mao. Después de 80 años la formación soviética humanista y atea de sus masas esclavas de la élite, y cultivando la delación y los juicios-farsa, sólo han dejado el legado más materialista y mafioso, el más indiferente ante los valores del hombre que yo recuerde. Pero no se trata de lo que yo opine. Sino que ese fracaso lo agiganta el mismo contraste con sus pretensiones, y por el coste en sangre derramada y en torturas, por la destrucción de la paz individual y familiar , por la represión de los gays y de los creyentes , por la aniquilación de la libertad y la privacidad hasta el orden atómico y neuronal. Y la izquierda, en vez de asumir sus errores los rememoran orgullosos. Himnos como La marsellesa, la Internacional, y saluditos con el puño en alto, escupiendo la palabra facha, que es lo que ellos son u han sido, a todo el que se los recuerde. (publicado de mi blog http://pedrorholax.blogspot.com/p/valle-de-lagrimas.html )

25 by Armando Vega (Usuario no autenticado) 03/04/2010 20:20

Para mi, la Revolución terminó cuando Castro hizo la pregunta: ¿Elecciones para qué? y una nueva tiranía empezó.

24 by Rombo ex preso plantado (Usuario no autenticado) 01/04/2010 21:00

NUNCA An Tenido Razon, Siempre An Fracasado por Impuros, y criminales.

23 by Baltasar Santiago Martin (Usuario no autenticado) 31/03/2010 8:40

En 1959, quise decir. Unicamente un ciego no ve la destruccion y la sordidez que hay en toda la isla. Nos desbarataron el pais, coño, y todavia hay un sanaco como el Carles ese que se atreve a decir que Cuba era un pais de pena en 1958; horror y vergüenza es lo que da ahora. En 1958 casi nadie queria emigrar, ahora casi todos los cubanos sueñan con poderse ir aunque sea para Haiti o Bolivia.

22 by Baltasar Santiago Martin (Usuario no autenticado) 29/03/2010 23:40

Si Cuba era un pais de pena antes de 1959 ahora es para darse cabezazos contra las paredes, partia de destructores que son todos ustedes los comunistas, que ni un conten de acera son capaces de hacer bien. Fidel y su cuadrilla nefasta han sido como los cuatro jinetes del apocalpsis y Atila el Huno juntos arrasando la isla de punta a punta. Yo me conformaria con que con una varita magica se pudiera regresar el pais al 1957, donde ojala que hubiera habido el hambre y la miseria que los comunistas dicen que habia antes de 12959, para que los barbudos de Fidel en la Sierra, con el maxijeputa incluido, se hubieran muerto de hambre, pero matando vacas y puercos de los guajiros de la sierra bajaron todos gordos y troncuos, partia de descarados que son. Hay que tener cara para decir que daba pena Cuba antes de 1959; ahora da horror.

21 by Justino Morales (Usuario no autenticado) 28/03/2010 14:40

Mira Elpidio Valdez, Todo lo que dices es la historia que inventó Castro, medias mentiras y medias verdades, los números todos alterados. La prostitución es ahora mas grande que la del Batistato, lo del 80% de las tierras incultivables está bien exagerado, lo de los 20 mil victimas del batistato está sobreexagerado, lo de los marines meando a Martí es verdad, pero los americanos no tienen ese patrioterismo de los cubanos y lo mismo se limpian el culo con su propia bandera que se sientan durante el himno nacional, así que hasta esto está exagerado.Los casinos no estaban en toda la isla, como dices, sí, había lotería Nacional, como en cualquier país incluyendo USA, lo de las drogas era solamente en la capital y en los enclaves turísticos, la corrupcion actual es general, la de la época eran muchos políticos, no todos, la mafia existía en lo del juego en casinos y alguna que otra area del comercio, no estaba en toda la isla como tratas de hacer creer..., el desastre de ahora no tiene comparación con ninguna otra época. El Fidelismo es una banda de asesinos corruptos que engañaron al pueblo, lo subyugaron y lo mantienen esclavo. Desolación, hambre, corrupción, crimen, un pueblo obligado a robar para sobrevivir, violaciones de toda índole, no hay excusa, no la hay.

20 by Liborio (Usuario no autenticado) 27/03/2010 22:00

Sin hablar nada de economia. En Cuba no hay ninguna "revolucion" y aun menos evolucion. lo que hay es una DICTADURA

19 by Humberto Herrera Carles (Usuario no autenticado) 25/03/2010 13:40

Pedro Pablo me temo que el articulo contradice sus tesis que con tanta vehemencia trato de defender en sitio y en su querida revista Vitral, como ve no solo soy yo quien le dice que Cuba antes del 1959 era un pais de pena. JUan Rodriguez aqui le dejo este link para su cultura economica. http://www.ceec.uh.cu/Sitio...0tema%20IV,%20agropecuario.pdf

18 by A Humberto Herrera Carles: (Usuario no autenticado) 24/03/2010 13:01

De Juan Rodriguez (cubano): No podemos decir que lo ocurrido en Cuba de 1959 al 2010 es un proceso revolucionario. Revolucion significa evolucion para mejorar el progreso de un pais y que alguien me mencione que renglon economico o social funciona en Cuba? Como se atreve a decir que el pueblo cubano quiere continuar el ballu que mantienen los dictadores Castro con sus esbirros de MININT a la fuerza? Yo recientemente fui a Cuba y le pregunte a cientos de cubanos de a pie en las calles de diferentes ciudades cubanas. Todos me contestaron que estan obstinados de tanta miseria producto del miserable salario y pensiones de esclavo que reciben en las empresas de liborio, de ver tanta corrupcion de los esbirros del MININT y de los dirigentes "revolucionarios". El pueblo cubano no ha derrotado a la dictadura militar cubana por el miedo a la represion brutal que ejercen los esbirros del MININT sobre cada opositor pacifico de la dictadura. Paren la demagogia de que Cuba es o fue socialista. Vivi por varios años en el socialismo ruso y estudie obligado diferentes asignaturas marxistas en una universidad rusa. Lo que hay y hubo en Cuba es un sistema socio-esclavista implantado por conveniencia de una dictadura militar. Despues de ver a mi pais por cuatro decadas de donde usted saco que hubo un crecimiento del 1959 al 1989? De los indices economicos mencionados por la dictadura cubana? Pues yo y todos los que me rodeaban solo sentimos el crecimiento de la miseria. Claro los esbirros que trabajaban en las embajadas en el exterior no sintieron la miseria.

17 by Pedro Pablo el de Baracutey Cubano (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Hasta el propio Fidel Castro ha dicho que Cuba era uno de los países de América Latina donde menos condiciones objetivas habían para que hubiera una Revolución. “Cuba: 1952-1959. The True Story of Castro’s Rise to Power”, de Manuel Márquez Sterling es un libro necesario para rebatir la tesis de que una Revolución era necesaria en Cuba; tesis muy en boga durante décadas y de la que la Dra. Marifeli Pérez-Stable fue una de las más conocidas académicas en defenderla. En Cuba habían problemas sociales y económicos que resolver, el desempleo era un de ellos con un 12%, pero las condiciones socioeconómicas que existían en Cuba eran tales que no puede justificarse, aunque sí explicarse, una revolución social. Cuba, estaba en ese entonces muy por encima en adelantos socio-económicos que la mayoría de los países latinoamericanos e incluso del resto del mundo. Esto puede leerse en el mencionado libro del prestigioso historiador cubano pero también constatarse en un ensayo escrito por mí en Cuba y publicado en el año 2002 en la revista Vitral. El título del ensayo es Una primera Aproximación a la República: 1902-1958 y lo más interesante es que sus fuentes son la literatura o bibliografía escrita en la Cuba Castrista. El ensayo puede leerse en Internet en : http://www.vitral.org/vitral/vitral49/cent1.htm Los grandes problemas que existían en Cuba en ese tiempo eran fundamentalmente de carácter político y no socioeconómicos, aunque insisto de que habían problemas sociales por resolver y que aún hoy, ellos están sin ser resueltos. En 1950 la Misión Truslow, comisión internacional solicitada al Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento (BIRF) por el gobierno presidido por el Dr. Carlos Prío Socarrás para que hiciera un diagnóstico de la economía cubana y recomendara medidas para dinamizarla, planteó, entre otras cosas, que Cuba debía diversificar su economía teniendo al azúcar como punto de partida y que Cuba poseía los recursos humanos, financieros y materiales necesarios para ello salvo el combustible; alertó que la prosperidad bélica (II Guerra Mundial y Guerra de Corea) había propiciado nuevos niveles de vida para muchas personas y que el actual crecimiento económico no satisfacía las necesidades de su creciente población y que si la economía era incapaz de sostener ese nivel en tiempos menos prósperos, sobrevendría una gran tirantez política . Como elemento conclusivo planteó: ¨Si los líderes se han descuidado en prever esta posibilidad, la opinión pública los inculpará. Y si ello ocurriera, el control podría pasar a manos subversivas y engañosas, como ha ocurrido en otros países donde los líderes no se han dado cuenta de las corrientes de estos tiempos. ¨ Ya sabemos de quienes eran esas manos subversivas y engañosas; sólo lesfaltó decir a esa Comisión de que usarían barbas.

16 by CRITERIO CUBANO (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Mis respetos Enrique, su articulo es una abreviada pero intensa Clase Magistral de Historia de Cuba. Lo felicito.

15 by CRITERIO CUBANO (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

¡Ay Elpidio! cada vez demuestras mas tu ignorancia, Enrique Collazo ha hecho una erudita explicación en un artículo de nuestra Historia, no pudo llegar a los detalles que tu nombras y que viste a lo largo y ancho de la Isla, me refiero a la prostitución, las drogas, el hambre, el juego, etc. Por demás todos ellos presentes en la "Sociedad del Hombre Nuevo" ¿O no sabes nada de las jineteras, el juego de la bolita, la falta de alimentos y el comercio de las drogas en la Cuba actual? Elpidio que ignorante eres, te repito: debes estudiar para poder expresarte hermano. En tu histérica proclama no haces mas que decir lo mismo que ha dicho el autor, claro, a el le quedó mejor porque ha estudiado y sabe de qué manera decir las cosas. Concluyendo, si tuvieras dos dedos de frente te darías cuenta que coincides casi totalmente con lo expuesto por Collazo. Por otra parte no me parece ético que inmiscuyas a los Orishas en tus alegatos y si lo vas a hacer 8cosa que no viene a cuento) aprende a escribir sus nombres: OLODDUMARE Y OBBATALA, así deben escribirse. Lo dicho Elpidio, "LA IGNORACIA MATA A LOS PUEBLOS" tu ya estás muerto.

14 by Baltasar Santiago Martin (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Si Cuba en 1958 no habia entrado en la modernidad, ahora esta en la comunidad primitiva, cual parodia del film Los sobrevivientes.

13 by Esopo (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Elpidio Valdes, a no ser lo de los marines en la estatua de Martí, que es cierto, tu has hecho un resumen de lo escrito por Collazo, ciertamente Collazo hace un análisis bastante extenso y uno puede perder la atención, en mi caso algunas partes tuve que leerlas dos veces, pero si tu lees con detenimiento veras como te dije, has hecho un resumen de lo que escribe Collazo a partir de tu propia experiencia, Te recomiendo que tengas un poco de paciencia porque la situación de Cuba hay que resolverla incluso con tu participación y gente que piense como tu, porque en un final el dialogo será con todos y podrás defender los logros que consideres que deban mantenerse o por cuales se puedan sustituir para lograr la eficiencia necesaria para que Cuba y los cubanos puedan progresar en armonía.

12 by querubin (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Los males sociales son necesarios para los "revolucionarios" para justificar su cambio radical, en ese algunos dicen que por Batista surgio Fidel; pero en realidad los 2 no actuan independientes uno del otro, ambos son(fueron) titeres de sus amos, los que lo pusieron. Si analizamos la llegada al poder de Castro, podemos llegar facilmente a la conclusion de que tanta suerte no es casual, fue ayudado por muchos, por muchos a los que pago y sigue pagando. Que debemos aprender: Hay una elite que quita y pone "lideres", no hay lideres, hay agentes, Las revoluciones no son obra de los pueblos, son obra de esa elite, los pueblos son simples peones manipulables, unos participan otros no, es parte del teatro que esconde la cruda puesta en escena.

11 by querubin (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:41

Bueno, no vivi la etapa anterior a 1959; pero segun me conto mi abuela era mejor que ahora, sus palabras: "nunca habia pasado tanto trabajo en mi vida como ahora" y no era rica. tambien se que muchos Europeos querian ir a Cuba a trabajar, los Italianos tenia colas en la embajada. Bueno, digo esto porque en Cuba no hacia falta una revolucion y buscar una explicacion en los males sociales de la epoca falla ya que habian paises peores que Cuba, no hicieron revolucion y hoy superan a Cuba en muchos indicadores. La necesidad de una revolucion de corte "marxista" en Cuba no estaba en Cuba, estaba mas arriba, al norte, y son sabidas las conspiraciones para llevar a castro al poder, hay hasta un libro que describe el proceso, se llama el 4to piso. De la misma manera podemos extrapolarnos a la Rusia zarista y llegar a la misma conclusion, no hacia falta una revolucion socialista en Rusia, le hacia falta a los comunistas monopolistas para meter a Rusia en la pobresa por 7 decadas. Ojo, las cosas no siempre son lo que parecen.

10 by jacuzzis been (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:40

Todo el artículo, es bastante objetivo aunque faltaron cosas como la prostitución, el racismo, etc. Pero ese reconocimiento de la situación antes del 59, que por cierto en este foro muchos han negado, es para manipular y concluir en los dos últimos párrafos y decir que todo se cambio como no esperaban. Es irrisorio decir que si el acta de defunción de la democracia, dice el articulista fue en febrero de 1959,¿ cómo es posible que el pueblo ha aguantado tanto? ¿ Cómo es posible la constitución de 1976 que fue sometida a referendo popular?. Es un hecho real que la revolución se ha mantenido tantos años por el apoyo del pueblo y el día que este no quiera, algo que espero no ocurra, la cambiara. El artículo intenta presentar 50 años de revolución como un cambio del hilo conductor de la sociedad cubana y de hecho así es, pero para bien. A mi modo de ver hubo un crecimiento y desarrollo hasta 1989, a partir de 1990 nos hemos limitado a resistir y a sobrevivir y no a dinamizar, renovar, perfeccionar y desarrollar el socialismo que estamos construyendo. Esa y no otra, sigue siendo la razón de la revolución

9 by Humberto Herrera Carles (Usuario no autenticado) 24/03/2010 9:40

Todo el artículo, es bastante objetivo aunque faltaron cosas como la prostitución, el racismo, etc. Pero ese reconocimiento de la situación antes del 59, que por cierto en este foro muchos han negado, es para manipular y concluir en los dos últimos párrafos y decir que todo se cambio como no esperaban. Es irrisorio decir que si el acta de defunción de la democracia, dice el articulista fue en febrero de 1959,¿ cómo es posible que el pueblo ha aguantado tanto? ¿ Cómo es posible la constitución de 1976 que fue sometida a referendo popular?. Es un hecho real que la revolución se ha mantenido tantos años por el apoyo del pueblo y el día que este no quiera, algo que espero no ocurra, la cambiara. El artículo intenta presentar 50 años de revolución como un cambio del hilo conductor de la sociedad cubana y de hecho así es, pero para bien. A mi modo de ver hubo un crecimiento y desarrollo hasta 1989, a partir de 1990 nos hemos limitado a resistir y a sobrevivir y no a dinamizar, renovar, perfeccionar y desarrollar el socialismo que estamos construyendo. Esa y no otra, sigue siendo la razón de la revolución .

8 by elpidio valdes (Usuario no autenticado) 24/03/2010 1:00

Senor Collazo tu articulo muy bien ensamblado, es para tupir a los tontos e ignorantes que son bastantes dentro del valeroso y siempre honesto pueblo espanol, por supuesto esto le conviene a la oligarquia que gobierna en Espana, pues los pueden manejar mejor. El que te contesta tu articulo asi como a algunos de los que comentan el mismo, te dire que yo vivi el capitalismo en la Isla, no en cifras, no en fotografias, no en informaciones parciales, mentirosas y sobre todo llenas de la maladad de los que tenian el poder en esa espoca. Recorri el pais de punto a cabo, y cada una de sus principales ciudades y te puedo decir que tus cuentos no se veian en lado alguno. El pais era un gran garito para el juego, la droga se traficaba por los que gobernaban en contubernio con la mafia y los corruptos funcionarios norteamericanos de esa epoca, la protistucion era un negocio millonario y la corrupcion en el pais estaba a la orden del dia, mientras los campesino no tenian tierras, vivian en las guardarrayas con sus familias pues eran expulsados de la tierra que ocupaban, que entre parentesis estaba ociosa en un 80% en todo el pais, los cortadores de cana trabajaban 3 meses en el anos y a la mayoria le pagaban con papeles para que comprara en la tienda cuyo dueno era el del central y por supuesto del latifundio en cuestion, no habia escuela para los hijos de los campesinos y los trabajadores, en la Habana, las escuelas publicas eran un desastres (el que te habla estudio en una y a pesar de muchos maestros honestos, dignos y ejemplares) no se lograba que muchos que la inciaban pudiesen continuarla, la salud publica, era practicamente inexistentes, solo si tenias algun politico que por tu voto te resolvia una cama en el hospital y la ensenanza superior, era para las los que tenian altos ingresos o para los hijos de papa, que acudian a las universidades en sus lujosos carros con chofer. La Habana era un escaparate de cristal que queria mostrar el adelanto artificial de un pais que era una colonia y un centro de diversiones publicas de los norteamericanos, de los marines cuando visitaban la Habana, para orinarse encima de la estatua de Marti, cosa que no podras negar. En fin todas tus mentiras y falsedades cuentaselas a los que todavia sufren con la revolucion y sus logros a pesar del bloqueo y las campanas orquestadas por los gringos y sus socios europeos. Que Olubdumare y Obatala siempre me acompanen

7 by Esopo (Usuario no autenticado) 24/03/2010 0:40

La historia es real, todos fuimos unos ingenuos y nos embarcamos en ese carro. Pero la historia nos enseña que no más máximos lideres, que después pasan a caudillos y de caudillos a dictadores. eso que dice Querubín hay que darle atención porque siempre del exterior quieren ver un “líder o un hombre fuerte” al frente de un país y entonces empiezan a fabricar a ese hombre a través de diferentes métodos. Hoy tenemos grandes luchadores por la democracia en Cuba y sabe Dios cuantos potenciales, por eso hay que estar muy atentos para que en un proceso democrático nos quieran poner el destino de Cuba en manos de un hombre o una mujer fuerte como en el pasado que dura hasta el presente.

6 by Juan Rodriguez (100% cubano) (Usuario no autenticado) 23/03/2010 21:20

Y todavia hay cubanos que escriben sobre la peor desgracia que ha tenido la Republica de Cuba en toda su historia: la "Revolucion" de 1959. El pueblo cubano no se quiere acordar nunca mas de esta pesadilla.

5 by ronaldo luiz nazario (Usuario no autenticado) 23/03/2010 21:20

En cuba quizas se pueda hacer una revolution pero las condiciones no estan creadas por que son 50 años de represion y terror, la constitucion no te da seguridad para nada , no hay dinero para comprar bienes belico en caso de una similitud a lo acurrido en los años 50 , en cuba todo esta mas que controlado es decir metro a metro ellos sabes como piensa cada cual y quien es quien , en cuba nadie puede caminar por que en cada cuadra hay un CDR (comision delatora de la revolucion ) , en cuba todo esta pensado por que ellos eliminaron las vias de acceso por las cuales ellos llegaron al poder , en cuba no hay cultura politica y mucho menos lideres por que estas personas que piensan diferente estan penetrados y saben hasta a que hora les toca ir al baño , en la isla hay un sentimiento de temor enorme por que sabes que el aparato represor es casi perfecto , el pueblo sabe que queda poco por que la corrupcion , la necesidad , la falta de libertades tanto como politicas y civicas se ven a diario fraccionadas por un grupo que posee el control de todo y el pueblo sabe que cada dia queda menos pero lo que no sabe este pueblo es cuando va empezar .... la esperanza generalizada en la calle es cuando muera la generacion del centenario , es triste esta manera de pensar pero esa es la percepcion del cubano de hoy

4 by irene serrano (Usuario no autenticado) 23/03/2010 21:00

en la segunda parter...mucho tendra que ver la politica agresiva y arrogante de USA para dar pretexto a este revolucionario de mente feudal que se apropio de la revolucion y pisoteo nuestros sueños...hoy Cuba es un pais frustrado lleno de odios y resentimientos porque los que durante mas de 50 años han mangoneado al pais y lo han varado en medio de un desierto no hacen autocritica y niegan la participacion a otros para buscar la salida colectiva a que tenemos derechos....esto no va a quedar asi,no puede quedar asi...porque ellos lo prefieren...(que la isla se hunda en el mar antes que manden otros)

3 by Haroldo Dilla (Usuario no autenticado) 23/03/2010 21:00

Le felicito por este articulo, maduro y valiente.

2 by querubin (Usuario no autenticado) 23/03/2010 21:00

Mira que somos tontos, las razones para la "revolucion" hay que buscarlas fuera de cuba, para ser mas exactos, hay que buscarlas en EUA, alli fue donde se ideo la cosa y desde donde se recluto a fidel castro como agente "alex" en 1948 para hacer la revolucion. Las revoluciones son ilusiones, no son para el pueblo, son para una elite que no vive en el pais de la revolucion; pero pone un agente al mando del negocio, ejemplos: Lenin, Stalin, Mao, castro hasta incluso la revolucion mexicana. Que funcion real cumplen estos "procesos radicales"? Bueno, convierten a los paises en coorporaciones al servicio de la elite en dependencia del objetivo geopolitico que esta desee acometer, en el caso de cuba la guerra fria en latino americana primero y el narcotrafico despues han servido mucho a esa elite narco comunista mundial, por eso esta todavia en Cuba el agente de Biran.

1 by EB (Usuario no autenticado) 23/03/2010 13:20

Estimado Enrique, Excelente artículo, para cuando la segunda parte, es decir, del 59 hasta hoy?? crees que en la Cuba actual se dan las condiciones necesarias para una segunda revolución?? Un saludo.

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