Al regreso de La Habana, donde cubrí con CNN en Español los funerales de Fidel Castro, me tropiezo en Miami con un desarrollo singular: cuando las encuestas sufren ––desde Inglaterra a Estados Unidos pasando por Colombia–– la mayor derrota de su historia, América TeVe nos quiere estremecer con una de ellas. Así, nuestro tradicional canal 41 se ha mandado, junto a la Fundación Inspira América[1] un nuevo survey que nos explica por enésima vez varias “verdades” de abolengo: a) que la mayoría de los cubanoamericanos están en contra de las medidas de Obama con La Habana b) que en Cuba hay mayor persecución política que nunca c) pero que hay que modificar la ley de ajuste cubano porque los cubanos que padecen cada vez más persecución política abusan mucho de ella y finalmente d) que el presidente electo Donald Trump es la gran esperanza blanca del exilio cubano. La gran esperanza número 12, vale subrayar.

La encuesta es más bien frugal, entrevistó solo a 600 cubanoamericanos[2] y con eso denuncia los opuestos resultados de la Universidad Internacional de la Florida (FIU) ––que hace tres meses hizo la suya–– y encontró que el 52 % de los residentes de origen cubano en Miami apoyaban las medidas de Obama con La Habana. Es así. Una guerrita de encuestas.

En estos días, una encuesta es lo más socorrido para decir que uno tiene la razón, pero como hay cada vez más gente que quiere tener la razón al mismo tiempo, hay cada vez más encuestas diferentes. Eso, ya sabemos, pasó con Brexit, la Paz Colombiana y Mr. Trump. Pero a quién le importa. Los encuestadores tienen todo el derecho a vivir lo mejor posible en una sociedad de consumo y los que los contratan tienen el derecho de pagarles lo que les venga en gana para sentirse convencidos de que tienen la razón. Eso para todas ellas, todos los encuestadores; todos los que pagan, todos los que cobran y todos los que salen más convencidos o compungidos, como fue el caso con la elección de Mr. Trump. La gente se sorprende de cómo pudo suceder aquello y se pregunta por qué falló hasta el gran Nate Silver, pero siguen evadiendo la verdad: que si la mayoría silenciosa, que si la gente tenía temor, que si la metodología debía ser diferente ante el fenómeno de Trump. Arabescos. Los encuestadores cargan su cubilete invocando a la Minerva sociológica para complacer a su cliente, ya sea televisora o la universidad porque… ¿acaso el cliente no tiene siempre la razón?

Y en este caso la encuesta de América TV – Fundación Inspira América, cuya alma parece ser Marcell Felipe, un hombre inteligente y abogado que ha hecho parte de su profesión la lucha anticastrista, tiene como objetivo principal desacreditar la encuesta de FIU. Es apasionante, porque el propio Felipe lo subraya en la televisión, en A Fondo, con Pedro Sevcec, dice: “Preparada [la encuesta de FIU] justo un mes antes de las elecciones para tratar de influir en la decisión de los electores, cosa que no lograron hacer…”. “Preparada por personas que tienen la agenda de promover negocios con la tiranía castrista” y que “han tratado de vender a los oficiales electos que el exilio cubano quiere un acercamiento con la tiranía”. Candela. Pérez Roura redivivo. Tal pareciera que FIU es otro nido de avispas.

Las tradicionales batallitas cubanas de Miami. Y como me dice un dilecto amigo: batallas de la guerra anterior. Porque las de ahora no debían ser contra otra encuesta, y ni siquiera contra el Gobierno cubano, sino contra la gran empresa americana, como Google, que sigue firmando contratos con La Habana. ¿Por qué no se atreven a plantarles cara?

[1] Super Pac y organización exiliada anticastrista con sede en Miami.
[2] 478 electores cubanoamericanos en algunos temas.

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