Partidos, Cuba, Elecciones
Partido único vs multipartidismo en Cuba
El multipartidismo cubano podría estar constituido inicialmente por seis o más partidos o agrupaciones políticas, una cifra que estaría en correspondencia con la extensión territorial y el número de habitantes de Cuba
En el ya histórico debate sobre la democratización de Cuba, los defensores a ultranza del sistema de partido único y el manteniendo del totalitarismo, argumentan o, mejor dicho, vociferan que:
- el multipartidismo divide a la nación por la existencia de pequeños grupos, con innumerables proyectos y propuestas para “una futura Cuba libre y democrática”,
- los mismos responden a los intereses de la extrema derecha de Miami y son agentes del imperialismo —el manido planteamiento— y
- que, la oposición no tiene ningún plan de desarrollo económico y social para evitar que Cuba se convierta en un Brasil o en un México, entre otras democracias representativas, las cuales consideran las peores muestras de países democráticos.
Ciertamente, existen muchos grupos políticos en el interior de Cuba, con diferentes agendas y orientaciones políticas y hasta determinadas personas con sus agendas individuales.
Sin embargo, la nueva ley electoral y de partidos políticos que surja de un proceso democrático tendría que regular las condiciones para la legalización de los partidos políticos de oposición, a fin de establecer los deberes y derechos de los partidos, en igualdad de condiciones, incluyendo al actual partido único. La organización que no los cumpla podría ser suspendida.
Para evitar una hemorragia de micro-partidos y evitar la fragmentación parlamentaria, se pudiera establecer en la ley de partidos políticos una “cláusula de barrera” a fin de prevenir una extensión mínima cuantitativa y cualitativa para el registro de una agrupación política como partido legalizado.
La “cláusula de barrera”, también conocida como barrera electoral o legal, o umbral electoral, es la proporción mínima de votos que necesita una lista electoral para que pueda conseguir asientos o representantes en el parlamento u órgano similar; o también, la cantidad mínima de votos necesarios para que un partido pueda actuar en las comisiones parlamentarias.
Ante esas regulaciones los pequeños grupos políticos tenderían, naturalmente, a unirse por afinidad para convertirse en partidos mayores con posibilidades de clasificar.
Su importancia estaría dada no solo por un problema de número, sino que también la nueva ley electoral debería asumir cuotas de recursos iguales para todos los partidos, de manera que las campañas no se diferencien por la cantidad de recursos invertidos sino por la calidad de sus programas. Y el presupuesto para estos menesteres debe tener un límite.
Como en el caso de Cuba hay que empezar en cero, por no existir multipartidismo, hasta tanto se efectúen las primeras elecciones libres y democráticas, la cláusula de barrera se podría establecer a partir de un número máximo de partidos políticos, teniendo en cuanta las corrientes ideológicas de los grupos políticos opositores y\o disidentes más reconocidos y el actual partido único, o a partir del tipo de proyecto político de las agrupaciones partidarias.
Lógicamente, cuando la gente pueda organizar partidos, habrá una reagrupación de fuerzas que pudiera enmarcarse en estas u otras orientaciones ideológicas:
Comunistas (PCC); liberales; socialcristianos; Izquierda democrática; socialdemócratas y demócratas.
O sea que el multipartidismo cubano podría estar constituido inicialmente por seis o más partidos o agrupaciones políticas, una cifra que estaría en correspondencia con la extensión territorial y el número de habitantes de Cuba.
Ya en un estado democrático de derecho y con elecciones realizadas que muestren las fuerzas de cada agrupación, se podría establecer la cláusula de barrera en función un coeficiente electoral (un por ciento mínimo de votantes), como es en los países de tradición democrática que la aplican. Es posible que en el proceso democrático se reduzcan el número de partidos en virtud de la poca aceptación de la sociedad que no permita alcanzar el coeficiente electoral mínimo a determinada agrupación.
Cláusula de barrera para algunos países
País | Coeficiente electoral % | Parlamento |
Alemania | 05 | Bundestag (Parlamento Federal) |
Argentina | 03 | Cámara de Diputados Nacional |
España | 03 | Congreso de Diputados (Cámara Baja) |
Rusia | 07 | Duma Estatal (Cámara Baja) |
Suecia | 04 | Riksdag (Asamblea Legislativa) |
Turquía | 10 | Meclis (Gran Asamblea Nacional Turca) |
Uruguay | 01 | Cámara de Representantes |
Fuente: Wikipedia. https://es.wikipedia.org/wiki/Cl%C3%A1usula_de_barrera
No se incluye la cláusula de barrera para la Cámara Alta (Senado) de los países que tienen un sistema bicameral.
Como se puede apreciar la mayor limitación para la representación oficial de partidos políticos es en Rusia (07 %) y en Turquía (10 %).
El proyecto político no sería un proyecto de gobierno, sino más bien, un programa político-económico y social. Existe la creencia generalizada, producto de estas casi seis décadas de totalitarismo, de que un programa político se impone a partir del poder ejecutivo (totalitarismo puro y duro).
No se trata de imponerle a la futura democracia de Cuba la cláusula de barrera, de lo que se trata es de aprovechar las experiencias que ya existen para contrarrestar las complicaciones de un exceso de pequeños partidos y además alertar en la necesidad de ir previendo alternativas posibles en la democratización, porque en democracia no se puede si quiera pensar en unipartidismo y sería una utopía inalcanzable pensar en una sociedad sin partido, más, tratándose de Cuba, porque como alguien dijo una vez “cada cubano es un partido”.
Un programa político en la democracia se desarrolla parcialmente a través de leyes aprobadas y negociadas en el congreso por iniciativa de la sociedad civil, de los partidos políticos con representación parlamentaria y por iniciativa del poder ejecutivo. Con el tiempo las leyes generadas serán las mejores iniciativas de los partidos políticos y de la sociedad civil.
Siempre en este debate sale a relucir quiénes serían los que legislarían la susodicha ley de partidos políticos. En la actual sociedad civil independiente, en la actual oposición\disidencia interna y en el aparato de gobierno\estado\partido único existen personas con prestigio para realizar esa tarea, auxiliados también por organismos de la comunidad internacional y gobiernos interesados en que se resuelva de forma positiva y armónica la problemática cubana, que ciertamente no es fácil, porque requiere de la voluntad política de los actores en conflicto que el gobierno se resiste a reconocer.
La legalización de los partidos políticos de oposición debería realizarse en el marco de una transición paulatina a la democracia donde el establecimientos de las libertades fundamentales de expresión, asociación, elección y actividad económica favorezcan 1) La legalización de los Partidos Políticos de Oposición, 2) La convocatoria a una Asamblea Constituyente Multipartidista, 3) La instauración de un Estado de Derecho con sus poderes independientes (ejecutivo, legislativo y judicial) y una nueva ley electoral pluripartidista y 4) La convocatoria a Elecciones Multipartidistas Municipales, Provinciales y Nacionales.
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