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Actualizado: 22/04/2024 20:20

Atentados, Charlie Hebdo, Francia, La denuncia de hoy

Rata

Todos tenemos algún trastorno de la personalidad, solo que hay unos trastornos más severos y más dañinos que otros

En cualquier diccionario hallamos que la acepción de Psicología, entre sus significados primarios, es: 1) “Parte de la filosofía que trata del alma, sus facultades y operaciones”. 2) “Todo aquello que atañe al espíritu”.

Alma: “Principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e intelectual de la vida”.

Espíritu: “Ser inmaterial y dotado de razón”.

De ahí en lo adelante la Psicología resulta benévola en muchas de sus apreciaciones, que pueden ser correctas. Pero que, en tantos casos, no funcionan para enderezar el alma, el espíritu de alguien que, el común de los mortales, califica de canalla, perverso y otros apelativos cuasi sinónimos, según el caso.

Pero estos no son más que “trastornos de la personalidad”, dictaminan los psicólogos; es decir, personas que van por el mundo con esos trastornos, sin que nada puedan hacer sus semejantes, víctimas de ellos en muchos casos; tiranos megalómanos —valga la redundancia—, obsesos, lengüilargos, mitómanos, traidores, violadores, envidiosos, etcétera.

No son personas que estén enfermas, solo que padecen de “trastornos de la personalidad”; o sea, como decir que sí están enfermas, pero no “legalmente enfermas”.

Un alma negra, dicen de aquel; un espíritu diabólico, dicen de éste. Pero estos resultan solamente “trastornos de la personalidad” que hay que dejar correr o atajar lo mejor posible.

Está bien, por otra parte debemos estar de acuerdo con que todos tenemos algún trastorno de la personalidad; si de este modo no fuera, no existirían, entre otros, la literatura y el arte.

Solo que hay unos trastornos más severos y más dañinos que otros. Y nada o muy poquito podemos hacer frente a estos.

De manera que, según se afirma, una cosa es la demencia declarada, y otra, los trastornos de la personalidad; aunque estos últimos sean más perjudiciales para el prójimo que lo primero.

Toda esta muela de un indiestro de mi talla en la materia, me ha venido a la mente luego de leer lo que, a raíz del atentado de musulmanes extremistas ocurrido contra el semanario Charlie Hebdo, la semana pasada, en París, ha declarado el actor español Willy Toledo en su cuenta de Twitter, donde prácticamente justifica el crimen.

Recordemos que Toledo, enemigo letal de Occidente, pero que, paradójicamente, se hace llamar Willy —no Guillermo, tal es su nombre—, ha declarado que en el único español en que cree es Fidel Castro. Asimismo, cuando, en 2010, el disidente cubano Orlando Zapata Tamayo muriera luego de una larga huelga de hambre, afirmó Toledo que “este señor al que se llama disidente, no era nada más que un delincuente común, que ha sido forzado y manipulado (…) para ponerse en huelga de hambre y llegar hasta los extremos de dejarse la vida allí”.

Ahora, luego de los sucesos en el semanario Charlie Hebdo, donde murieron 12 personas inocentes, ha replicado el actor español en su cuenta de Twitter que “el Pentágono y la OTAN bombardean y destruyen países enteros, asesinan a millones, cada día”. Y añade: “¿De verdad esperamos que no hagan nada?”.

Dice que “destruyen países enteros, asesinan a millones cada día”. “Millones cada día”, de manera que, si atendemos a esta cifra, lo más probable es que a fines de 2015 no queden ni personas ni países en el planeta.

Dice: “¿De verdad esperamos que [los extremistas] no hagan nada?

Es decir, lo ocurrido en el Charlie Hebdo es un acto de justicia, los inocentes que allí perdieron la vida se lo merecían, aunque no fuesen ni de la OTAN ni del Pentágono, ni siquiera de bando político alguno.

O sea, mañana podemos ver cómo un extremista suicida, o solo un extremista, vuela o ametralla una guardería y los niños que allí muriesen a causa de esta acción, se lo merecían, sin duda, porque “la OTAN y el Pentágono...”.

En su afán de atenuar el crimen en el semanario, Toledo afirma que fue “un burdo montaje” el video en el que se ve a uno de los terroristas disparando a un policía en el suelo. Un montaje, debemos suponer, de la OTAN, el Pentágono o quizás en este caso de las autoridades francesas.

¿Con qué fin, se pregunta uno, fuera quien fuese, si así hubiera sido, se habría armado este “burdo montaje”? ¿Qué peso podría tener esta acción dentro de la tragedia ocurrida?

Hasta ahora, según lo que hemos visto, el policía en cuestión pidió clemencia al atacante, quien le respondió con un tiro en la cabeza.

Bien, vuelvo al inicio de estas líneas: ¿cuál será, según la Psicología, el trastorno de personalidad que padece Willy Toledo? ¿Egocentrismo?, ¿narcisismo?, ¿histrionismo?

O ninguno de estos; o sí, alguno, pero sumado con otras denominaciones de la sabiduría popular, del lenguaje de barrio, del adjetivo impublicable, de la invectiva que se piensa o se dice en silencio.

Ya ven. Así van las cosas.

Referencias:

© cubaencuentro

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