Así lo soltó ya el Dr. en Ciencias Históricas Néstor García Iturbe, ex spymaster de la Misión de Cuba ante Naciones Unidas, por el programa radial “Voces del Mundo” (AM 750, 10-11 pm, Buenos Aires). Esa Trump-bosis postraría definitivamente al anticastrismo de corneta china y comparsitas luego de los accidentes vasculares del restablecimiento de relaciones diplomáticas Cuba-USA y el abandono de la Posición Común por la Unión Europea.

García Iturbe sabe muy bien que solo el Congreso puede abrogar la Ley Helms-Burton (1996), pero los discursos del bloqueo/embargo suelen centrarse en la figura presidencial. De ahí que, por ejemplo, otro doctor consagrado al estudio de Cuba y USA, Esteban Morales, critique a Obama por no ir contra el bloqueo en Washington como quieren en La Habana.

García Iturbe considera que Obama tachó al embargo de fútil en sintonía con el empresariado americano interesado en aprovechar relaciones económicas que no cuajan por causa de aquel. Igual causa tienen los proyectos de ley presentados de conjunto por demócratas y republicanos en la Cámara Representantes: HR 664 (Viajes), HR 3238 (Comercio), HR 3687 (Exportaciones Agrícolas). Pero vayamos a Trump.

Historia y estilo

Aunque Trump largó que, en uso de sus facultades ejecutivas, pudiera dar marcha atrás a los “cinco paquetes” de medidas de Obama, también afirmó que buscaría “mejor acuerdo” y esto implica que negociará con el Gobierno, tal como indicó ya su jefe de gabinete, Reince Priebus, a Fox News Sunday. De ser así, Trump advertiría más tarde o más temprano, como hombre de negocios, la utilidad de levantar las restricciones que entorpecen las relaciones financieras, económicas y comerciales con Cuba frente a la inutilidad de las inversiones en el sector de la transición a la democracia, que desde hace décadas vienen dando cero como retorno.

Así como animado por las oportunidades en Cuba para uno de sus negocios favoritos: los campos de golf, Trump se inclinaría más bien a declarar la bancarrota de aquel anticastrismo, tal y como hizo con sus casinos en Atlantic City. Porque eso del diferendo entre el Gobierno y el pueblo de Cuba por los derechos humanos distará mucho de convencer a Trump si ni siquiera pudo convencer a la Unión Europea, sobre todo cuando salen a la calle turbas castristas, van a la plaza multitudes en apoyo al socialismo y los electores votan abrumadoramente por el Gobierno.

Desde luego que el pueblo cubano se comporta así por causa de la represión y en realidad está en contra del Gobierno y a favor de la oposición, pero la mentalidad de Trump parece atenerse más a los registros contables que a las cuestiones del alma. El problema cubano no radica ya solo en que el pueblo no se opone al Gobierno por hipocresía o temor, sino también en que ese pueblo tendría que enloquecer o volverse idiota para dar apoyo al liderazgo visible de la oposición.

Al efecto de ilustrar la mentalidad de Trump, García Iturbe coló su entrevista con el presidente de American Leaf Tobbaco, dueña de la patente de Partagás en EEUU. Las tierras de cultivo, almacenes y fábrica de American Leaf Tobbaco en la Isla fueron expropiadas, pero su presidente propuso que Cuba le diera la distribución en exclusiva por cinco años de los tabacos Partagás en EEUU a cambio de no reclamar los bienes expropiados, ya que en cinco años iba a sacarle a tal distribución más dinero que el valor de esos bienes.

Los cálculos de García Iturbe para el comercio tabacalero Cuba-USA rondan los $900 millones al año, a los cuales se sumarían más de $500 millones en rones y casi $1.000 millones en turismo para las agencias de viajes y aerolíneas.

También cifra esperanzas en el comercio de productos farmacéuticos, la prestación de servicios médicos, la prospección conjunta de petróleo en la zona económica y otras oportunidades que se verían potenciadas por la simple cercanía geográfica. Para García Iturbe, Trump ni siquiera perdería los votos electorales de Florida por normalizar las relaciones comerciales con Cuba y sí ganaría prestigio en la arena internacional por cumplir con la resolución de la Asamblea General de la ONU contra el bloqueo.

Desde luego que la decisión está en manos del Congreso, pero García Iturbe considera que la mayoría republicana y la minoría demócrata se guiarán por el interés material, sobre todo porque la política simbólica del caucus cubano-americano recurre a los mismos argumentos de siempre y a fin de cuentas el embargo no ha servido para nada. Entretanto el resto del mundo, agobiado por terrorismos y extremismos, no tocará a degüello contra Cuba por violación de derechos humanos si no aparecen disidentes degollados en las calles.

Coda

El optimismo de García Iturbe pudiera aplacarse con el papel que, dentro del equipo de transición de Trump, desempeñaría el activista Mauricio Claver-Carone, quien seguramente apretará el paso para tratar de conseguir algo más allá de la nada cotidiana del Comité de Acción Política (PAC) US-Cuba Democracy. Así mismo hay que tener en cuenta que Guillermo Fariñas voceó ya que Trump debe suspender las relaciones comerciales y negocios con Cuba hasta que el Gobierno se comprometa a implantar reformas democráticas. Tras su gira triunfal por Europa, ya sabemos qué peso tienen los argumentos de Fariñas.

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