Lunes, 22 octubre 2001 Año II. Edición 218 IMAGENES PORTADA
Economía
Alánimo, alánimo ¿con qué se hace el dinero?

¿Con cáscara de huevo?: Vincular el salario a los resultados económicos puede ser perjudicial para el trabajador si no se crea antes una verdadera infraestructura material.
por OSCAR ESPINOSA CHEPE  

Al cierre del primer semestre del 2001, el salario mensual en Cuba era de 247 pesos (11.22 dólares, de acuerdo a la tasa de cambio vigente), según se informó en la IV Reunión de Estudios de los Directores Provinciales y Municipales del Ministerio del Trabajo y Seguridad Social, concluida el pasado 5 de septiembre.

El salario medio mensual fue de 249 pesos en el 2000, por lo que este monto del primer semestre significa una ligera reducción de los limitados ingresos que perciben los trabajadores por su labor.

En la citada reunión, también se comunicó que en la primera parte del año se crearon más de 59 mil nuevos puestos de trabajo, previéndose para el segundo semestre un incremento de 133 mil, con prioridad para las provincias orientales en las que la tasa de desempleo resulta más elevada.

Lamentablemente, en la información publicada no se precisa el número de trabajadores que abandonaron sus puestos de trabajo en el período analizado, por los bajos salarios y la ausencia de estímulos, lo cual origina una gran inestabilidad laboral.

La tasa oficial de desempleo de la población económicamente activa fue del 5,5% en el 2000. El Gobierno ha anunciado su propósito de reducirla el presente año entre un 1,2 y un 1,3%, para llevarla hasta cerca del 4,0%. Ello se quiere lograr mediante la creación de puestos de trabajo esencialmente en la agricultura y la esfera de los servicios.

Sobre la tasa de subempleo falta información oficial, pero tomándose como base la productividad del trabajo obtenida en 1989, pudiera estimarse en un 16,5% de la fuerza de trabajo ocupada en el 2000.

La situación del empleo en nuestro país es complicada y contradictoria. A pesar de existir un número considerable de desempleados y subempleados, actualmente hay abundantes puestos sin cubrir en la agricultura, la salud pública, la educación, la construcción y otras actividades productivas y de servicios, que nadie acepta porque los salarios son absolutamente insuficientes.

En los últimos tiempos, la política laboral del Gobierno tiende a extender la práctica de vincular el salario a los resultados económicos, lo cual, en principio, es positivo como fórmula para elevar la productividad y la eficiencia de la utilización de la fuerza de trabajo.

Sin embargo, con las condiciones persistentes en la economía cubana, este propósito tiene serios obstáculos, como son: asegurar un abastecimiento técnico material que garantice el flujo ininterrumpido de la actividad productiva, y la existencia de controles confiables que eviten la vulneración de los mecanismos aplicados, entre otros requisitos muy difíciles de lograr en el contexto de inestabilidad y crisis económica prolongada que vive la nación.


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