| Adiós con 'Lágrimas negras' |
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| Luego de presentarse en importantes escenarios europeos, la Vieja Trova Santiaguera se jubila. |
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| por ARSENIO RODRíGUEZ, Barcelona |
Parte 2 / 2 |
Durante sus giras del año 97, en plena promoción de este disco, la productora de cine Scorpio estuvo rodando su película sobre la Vieja Trova Santiaguera, una coproducción anglo-holandesa titulada Lágrimas negras, que se estrenó el día 23 de octubre en Rotterdam, con un concierto del quinteto, el 24 en el Barbican de Londres y a continuación en Madrid, cerrando así con el filme y este último concierto la gira europea de Hotel Asturias, que empezó en Lisboa en 1997.
¿Qué tiene de interesante esta primera etapa de la Vieja Trova Santiaguera en España con la independiente Nubenegra? Primero, que ayudó a crear la necesidad de un mercado para la música cubana más auténtica. No sólo se revitalizaron clásicos cubanos como Son de la loma, Mujer perjura, Olvido, Lágrimas negras, Ella y yo, Dulce embeleso, Blancas azucenas y Guajira guantanamera, sino que se arriesgaron ritmos menos conocidos como el changüí y el pregón. Es cierto que los autores cubanos más grabados por el conjunto fueron Ñico Saquito, Sindo Garay y Miguel Matamoros, pero la Vieja Trova Santiaguera tiene el mérito de haber grabado las canciones de Pepe Banderas (1891-1965), considerado hasta el momento como autor del primer bolero nacional. Sin descontar que las interpretaciones de cada tema rayan en la perfección, listas todas para clases magistrales de música tradicional, destacando con sobresaliente el tres de Reinaldo Hierrezuelo, los tumbaos en el bajo de Aristóteles Limonta y la voz de Reinaldo Creach.
Luego de este buen paso, la multinacional Virgin se interesó por ellos. Con esta nueva disquera grabaron Manigua (1998), Dominó (2000) y El Balcón del adiós (2002). Se incorporó, para sustituir a Machado, a Ricardo de los Santos (Ricardo Ortiz Verdecia), que se encarga de cantar y tocar maracas, güiro y percusión menor; y también se unió a las giras Manuel Hilario (Manuel Galbán Torralbas), quien además de participar en Buena Vista Social Club fue líder del mítico grupo Los Zarifos.
En esta segunda etapa el repertorio del conjunto, además de mantenerse mayormente concentrado en la música tradicional, incluyó autores españoles como Julio Iglesias, de quien grabó en ritmo de bolero-son La vida sigue igual. Además, cantó el chachachá Rico vacilón con el líder del grupo de pop español Jarabe de Palo; y con el rey de la rumba catalana Peret, en tiempo de guaracha, Compay Gallo, que el catalán había hecho famosa. Sin olvidar su presentación en escenarios madrileños con raperos como Nilo Castillo.
Todas estos experimentos, que le impone su nueva disquera Virgin, no los relanzan como a Compay Segundo y Buena Vista Social Club, con sus millones de copias vendidas. Quizá por ello no sorprende el anuncio de su adiós, que definitivo, o como estrategia de mercado, al menos funciona bien a la hora de abarrotar los escenarios de su última gira.
Haciendo un resumen de sus seis discos, no hay duda de que el segundo con Nubenegra, Gusto y sabor (1995), y el tercero con Virgin, El Balcón del adiós (2002), son los más logrados. El último es el más completo, no sólo por el balance rítmico de la selección de las piezas, sino porque se proyectan búsquedas interesantes como el replanteamiento del clásico de Ignacio Piñeiro Suavesito, del que toman la mitad del texto y, justo cuando éste hace alusión a la linda Sevilla, cambian para Espinita, de Ñico Jimenez, que alude a otra suavidad en una relación de pareja que mata, una verdadera joya que termina con la improvisación notable del tres de Reinaldo. Moliendo café es otra de las piezas fundamentales del CD, en la que el protagonismo esencial del contrabajo de Aristóteles acapara toda la atención, dando a la base armónica una limpieza excelente. El criterio técnico del último es notable, al incluir no sólo canciones sino un DVD con tres vídeos clips: María Cristina, Pregón de los chicharrones y Se paró la moto, que representan un balance de toda su discografía.
La obra sonora que ha generado la Vieja Trova Santiaguera representa formas clásicas de la música cubana del siglo XX, que sus integrantes hacen alcanzable y aun visible en la lejanía, removiendo la memoria, como los sueños. Si deciden realmente retirarse, pueden estar tranquilos.
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