Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Ricardo Alarcón, Castro-salud

Alarcón: Castro no se 'llevó las llaves' y 'el país sigue funcionando'

El dirigente afirmó que Castro se recupera y 'seguirá siendo una personalidad insustituible en Cuba por todas sus capacidades y lo que significa'.

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Los últimos dos meses sin Fidel Castro en el poder demostraron que después de casi medio siglo de guerra ideológica Estados Unidos desconoce todavía a su enemigo, dijo el martes el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón, uno de los dirigentes cubanos más experimentados en las relaciones con Washington.

Pese a los pronósticos estadounidenses, el régimen cubano no colapsó desde que Castro entregó el 31 de julio las riendas del país a su hermano Raúl mientras se recupera de una cirugía intestinal, afirmó el alto funcionario cubano en una entrevista concedida a la agencia Reuters.

"Fue demostrada, fehacientemente, la esquizofrenia de algunos en Estados Unidos. Su imposibilidad de apreciar la realidad tal cual es", opinó Alarcón.

"Han pasado dos meses. Ojalá se den cuenta que estaban muy mal informados, que tienen problemas serios con su percepción de la realidad (…) Cierta gente como (la secretaria de Estado) Condoleezza Rice estaban hablando de otro planeta", comentó.

La crisis de salud de Castro fue aplaudida con euforia por exiliados en Miami y vista por el gobierno del presidente George W. Bush como el "comienzo del fin" de su casi medio siglo en el poder.

"Este es un período de transición para el pueblo cubano (…) el cambio está claramente en marcha", dijo Rice apenas una semana después de que Castro, de 80 años, cediera el poder.

Pero en opinión de Phil Peters, un experto en temas cubanos del Lexington Institute, de Washington, la Casa Blanca se equivocó y en lugar de transición lo que está ocurriendo es, posiblemente, una sucesión.

"A medida que la era pos Castro se hace visible, las malas interpretaciones que guían la política estadounidense son también más evidentes", dijo Peters.

Semanas antes de la crisis de Castro, Estados Unidos anunció un fondo de 80 millones de dólares para apoyar a los disidentes cubanos y aumentar la presión económica sobre el gobierno de la Isla, sobre el que mantiene un embargo económico desde hace más de 40 años.

La Habana insiste en que la situación es "normal" desde que Raúl, un general de 75 años percibido como menos carismático pero más pragmático que su hermano, asumió provisoriamente el poder.

Algunos creen ver en Raúl un estilo de gobierno más colectivo que ha dado más protagonismo a dirigentes como Alarcón, el vicepresidente Carlos Lage o el canciller Felipe Pérez Roque.

"Nadie se llevó las llaves (…) el país sigue funcionando", dijo Alarcón, saboreando un enorme tabaco Cohiba.

"Cuando él (Castro) no está, hay un montón de personas que han estado durante años trabajando con él (…) La única diferencia es que él no está ahora llevando esas cosas en la forma que lo hacía", indicó.

Otro elemento nuevo, reconoció Alarcón, es que se acabaron los maratónicos discursos a los que Castro acostumbró durante casi medio siglo a amigos y enemigos. Raúl ha dejado claro que ese no es su estilo.

Castro "sigue evolucionando muy satisfactoriamente en la recuperación", dijo Alarcón.

"En este momento está en un bache, saliendo de un bache (…) Todo está abierto hacia adelante, seguirá siendo una personalidad insustituible en Cuba por todas sus capacidades y lo que significa", agregó.

No está claro cómo ni cuándo regresará Castro al poder. Sus partidarios barajan la posibilidad de que vuelva en un papel más simbólico y menos ejecutivo que el que ha ocupado durante los últimos 47 años.

Washington ha dicho que no negociará con La Habana mientras alguno de los hermanos Castro gobierne.