Actualizado: 19/05/2024 23:18
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Analistas no esperan cambios en la política de EE UU hacia Cuba tras las elecciones

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Analistas estadounidenses consideraron poco probable que haya cambios en la política de Washington hacia Cuba tras las elecciones presidenciales de 2008, a pesar de la enfermedad de Fidel Castro y de las ofertas de diálogo de su hermano Raúl.

"Estados Unidos no es el problema. El problema es Fidel Castro y el sistema comunista", afirmó la congresista cubanoamericana Ileana Ros-Lehtinen (Florida), al justificar la posición inflexible del mandatario George W. Bush, quien reforzó en 2004 el embargo contra la Isla iniciado en 1962, informó la AFP.

Ian Vásquez, del instituto CATO, de Washington, atribuyó la falta de flexibilidad norteamericana al "sistema político estadounidense, donde un grupo puede tener mucha influencia", en alusión a la comunidad cubanoamericana, radicada principalmente en Miami.

"Para bien o para mal, así funcionan las democracias. Por tanto, mientras sea así, hay pocas posibilidades de que los candidatos presidenciales vayan a favorecer cambios en la política (hacia Cuba) de Estados Unidos, a pesar de que la mayoría de los estadounidenses deseen cambios", opinó el analista.

Raúl Castro, quien encabeza el gobierno cubano desde que su hermano Fidel le delegó el poder el 31 de Julio de 2006 por una grave crisis intestinal, dejó claro el jueves que no espera nada del actual gobierno estadounidense y se mostró dispuesto a dialogar "en pie de igualdad" con la próxima administración.

La oferta, lanzada durante el discurso por el aniversario 54 del asalto al cuartel Moncada, hecho considerado por el régimen el inicio de las luchas que llevaron a Fidel Castro al poder, es la tercera que realiza el gobernante interino.

Washington dijo el mismo jueves, a través del portavoz del Departamento de Estado, Sean McCormack, que "el único diálogo real que necesita" el gobierno cubano "es con el pueblo cubano" y rechazó de esta forma la propuesta, como hizo con las anteriores.

La importancia en las elecciones de 2008 del Estado de Florida, donde Bush obtuvo la victoria en 2000 por un puñado de votos tras un polémico recuento, convirtió a Cuba en un tema sensible para todos los aspirantes a la Casa Blanca.

"Es probable que ambos partidos se queden con la política de a ver quién suena más duro durante la campaña", admitió Marifeli Pérez-Stable, de Diálogo Interamericano, después de que candidatos republicanos como Mitt Romney o John McCain lanzaran duros ataques contra el régimen castrista al visitar Miami.

Según sus cifras, el demócrata Bill Clinton obtuvo el 36% de los votos cubanoestadounidenses en Florida cuando logró su reelección en 1996, Al Gore sólo consiguió la mitad (18%) en 2000 frente a Bush, tras el caso del "balserito" Elián González, y John Kerry recuperó un poco de terreno en 2004, al alcanzar el 28%.

"No debería ser difícil para el candidato o la candidata demócrata lograr algo más del 30% del voto cubanoestadounidense" y ganar en Florida, un estado que puede determinar la elección en caso de que los resultados nacionales vuelvan a ser muy estrechos en noviembre de 2008.

A juicio de Pérez-Stable, la clave para los demócratas, que controlan el Congreso desde enero, podría ser un discurso "matizado" sobre el embargo y proponer, por ejemplo, levantar las restricciones a los viajes de cubanoamericanos a la Isla, impuestas por Bush en 2004.

"Aunque la gente no lo diga públicamente, eso tiene apoyo", afirmó y añadió también como ejemplo la posibilidad de poner fin a las restricciones al envío de remesas a familiares.