Actualizado: 23/04/2024 20:43
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Cuba

Religión

Babalawos intentan conjurar malos augurios con sacrificios

Enviar Imprimir

Un grupo de babalawos cubanos participó este domingo en La Habana en una ceremonia en la que se sacrificaron seis animales para intentar conjurar los malos augurios de este año, informó EFE.

Reunidos en una vivienda del barrio habanero de la Víbora, decenas de babalawos ofrecieron la vida de tres pollos y tres chivos a Eshu o Elegua, quien abre los caminos y controla el orden del universo en la religión afrocubana, y a Ifa, como se conoce al arte de la adivinación.

"Estamos tratando de hacer una obra beneficiosa para Cuba y para el mundo", explicó Lázaro Cuesta, presidente de la Comisión Organizadora de la Letra del Año, independiente del gobierno, y una de las asociaciones de sacerdotes de Ifá existentes en Cuba que cada año se encarga de elaborar una predicción general.

"Estos sacrificios no se hacen por capricho, estas deidades han sido invocadas para evitar infortunios y se prestaron a ayudarnos", aseguró.

La ceremonia comenzó con un ebbo o invocación para llamar a los dioses frente a un altar levantado en honor de Orunmila, por delante del cual desfilaron todos los sacerdotes.

Agua, aguardiente, manteca, cocos, sal, aceite de palma y miel de abeja adornaban otro altar, el levantado para Eshu, sobre el cual fueron degollados los chivos y los pollos, mientras los babalawos llamaban a los dioses con una campana y continuaban con sus cánticos y letanías en el salón de la vivienda, donde las imágenes de santos católicos comparten espacio con los símbolos afrocubanos.

Tras el sacrificio, uno de los babalawos debía clavar las cabezas de los animales en tres lugares de la ciudad. La pequeña figura que representa a Eshu debe permanecer durante tres días cubierta con la sangre de los animales sacrificados para que el ritual tenga éxito.

Las cabezas de los animales repartidas por la ciudad, según la leyenda a la que obedece la ceremonia, simbolizan "soldados" dispuestos a defender del infortunio a los más débiles.

"Las cabezas deberían ubicarse en lugares visibles, pero no están dadas las condiciones y se repartirán en algunas zonas de la ciudad donde no se afecte a la actividad pública", explicó Víctor Betancourt, otro de los sacerdotes.

Según Betancourt, ceremonias similares se han realizado también en las ciudades de Holguín, Matanzas y Morón.

La Letra del Año de esta comisión de babalawos anunció en enero un año de guerras, desastres naturales y enfermedades.

"Es necesario hacer algo para evitar todos estos males y eso es lo que tratamos de hacer hoy", aseguró Cuesta.

"El enemigo puede ser un ciclón, una guerra o una catástrofe, y no estamos haciendo esto para proteger a unas determinadas personas, sino para proteger a todos. Somos un grupo de ritualistas no comprometidos con nadie", insistió.