Bachelet nombra a un ex ministro de Allende como embajador en Cuba
Socialista histórico de la ex facción almeydista —la más dura—, Jaime Tohá asumirá sus funciones en un momento débil en la relación entre ambos países.
El ex ministro de Agricultura del gobierno de Salvador Allende, Jaime Tohá González, fue designado por la presidenta de Chile Michelle Bachelet como nuevo embajador de este país en Cuba, informó el diario local La Tercera. Aunque su nominación no ha sido confirmada oficialmente por la Cancillería, fuentes de gobierno y la Concertación señalaron que su nombre ya fue comunicado a La Habana.
Socialista histórico de la ex facción almeydista —la más dura—, Tohá asumirá sus funciones en un momento débil en la relación entre ambos países, a raíz de las posturas asumidas por Santiago de Chile ante las resoluciones de condena contra La Habana en la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas.
De hecho, en la Cancillería se interpretó el reciente reemplazo de Alfonso Fraga en la Embajada cubana en Santiago como el fin de los esfuerzos de Fidel Castro por forjar lazos políticos de primer nivel con Chile.
Fuentes oficialistas con contactos en Cuba y que conocen a Tohá (ingeniero forestal) dijeron, citadas por La Tercera, que a pesar de que el ex ministro no tiene experiencia diplomática y no maneja una red de contactos políticos en la Isla, éste "no debiera tener problemas para generar una interlocución" de primer nivel.
Esta fuente agregó que a su favor podrían jugar factores como haber tenido una formación política propia de los años sesenta, haber participado (junto a su fallecido hermano José Tohá) del gobierno de Salvador Allende y haber vivido 12 años de exilio en Mozambique, asesorando a la entonces recién independizada nación africana en programas agrarios.
Una fuente socialista dijo que Tohá podría atenuar su falta de nexos con Cuba apelando a tener una "historia compartida con la vieja guardia cubana".
Además, en el oficialismo consideran que a su favor jugará el hecho de que Chile haya dejado de integrar la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, con lo que el gobierno de Michelle Bachelet se ahorrará el problema de definir una postura respecto del régimen de Castro.
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