Actualizado: 28/03/2024 20:04
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El gobierno tiene 'dificultades' para cobrar los electrodomésticos chinos vendidos a la población

Dirigentes provinciales prometieron 'acciones encaminadas a elevar la disciplina de pago'.

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Las autoridades cubanas enfrentan "dificultades" para cobrar los electrodomésticos chinos vendidos masivamente a la población como parte de una campaña contra el despilfarro de electricidad, dijo el viernes la prensa oficialista de la Isla, según Reuters.

Millones de cubanos adquirieron en los últimos meses nuevos refrigeradores, ollas a presión, televisores y equipos de aire acondicionado subsidiados por el gobierno.

Representantes de los Consejos de Administración de las 14 provincias de Cuba examinaron la semana pasada en La Habana "las dificultades que se presentan con el cobro de los artículos electrodomésticos distribuidos en el país", informó Granma, diario del Partido Comunista.

El periódico dijo los dirigentes provinciales prometieron tomar "acciones encaminadas a elevar la disciplina de pago en la población beneficiada".

Fidel Castro lanzó a fines del 2005 una cruzada contra el derroche de electricidad y el robo de gasolina que bautizó "Revolución Energética".

Fue uno de sus últimos proyectos domésticos antes de entregar temporalmente el poder el 31 de julio a su hermano Raúl tras una cirugía intestinal que hizo temer por su vida.

Miles de jóvenes voluntarios recorrieron el país, casa por casa, en busca de viejos refrigeradores y televisores de antes de 1959 o importados décadas atrás de la Unión Soviética a los que Castro describió como "dragones devoradores de electricidad".

El gobierno comenzó a reemplazarlos por electrodomésticos de bajo consumo importados principalmente de China mediante créditos blandos.

Según Reuters, un refrigerador es vendido a la población en moneda nacional por el equivalente a entre 167 y 256 dólares, según el tamaño; un televisor, 180 dólares; una hornilla eléctrica, 4,5, y una olla a presión, 7 dólares. Los equipos son pagados en cuotas con hasta 10 años de plazo.

Aunque la educación y la salud son gratuitas y el gobierno subsidia algunos productos alimenticios, el sueldo promedio en Cuba equivale a sólo unos 10 dólares.

Según cifras oficiales, hasta mayo habían sido distribuidos 250.000 refrigeradores, 390.000 televisores, dos millones de hornillas eléctricas, tres millones de ollas eléctricas y 967.000 ventiladores.

Para reducir el despilfarro de electricidad, Castro mandó también cambiar millones de bombillas incandescentes por otras de bajo consumo y elevó las tarifas eléctricas.

Además, el gobierno adquirió miles de generadores diesel para reforzar el obsoleto sistema de generación de Cuba, cuyas siete termoeléctricas generan unos 2.700 megavatios pero operan sólo al 60 por ciento de su capacidad, provocando apagones que en el verano del 2005 pusieron a prueba la paciencia de la población.