Actualizado: 28/03/2024 20:07
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La comunidad cubana en Estados Unidos se inclinaría por la reconciliación

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La comunidad cubana en Estados Unidos es hoy "mucho más proclive a la reconciliación", según un reporte publicado este domingo por el diario español El País.

De acuerdo con la publicación, el perfil del exilio ha cambiado, pero no su importancia, y su actuación "puede ser más determinante a medida que se aproxima el proceso de cambio político" en la Isla.

Unas 700.000 personas forman parte de la comunidad cubana en el sur de Florida (cerca de un millón en todo Estados Unidos) y son hoy "una fuerza más dispersa y compleja (…) decisiva ya en el sostenimiento económico de Cuba y dispuesta a impulsar el desarrollo de la Isla, sin condiciones maximalistas e incluso mediante el diálogo con los actuales gobernantes", dice El País.

El reporte cita opiniones de analistas y figuras prominentes de la comunidad cubana, como Carlos Saladrigas, presidente de Cuba Study Group, para quien el exilio "ha desarrollado una forma de pensar más pragmática, más racional y menos emocional; en resumen, más efectiva".

La llamada "línea dura" conserva todavía "influencia notable en ciertos sectores políticos de Estados Unidos", recuerda el diario. "Pero esos grupos (…) no son ya la mayoría del exilio cubano", añade.

"La gente que utiliza el discurso del degüello es una minoría", opina el veterano opositor Ricardo Bofill, presidente del Comité Cubano Pro Derechos Humanos quien sufrió 16 años de presidio político en la Isla. "El discurso general es de brazos abiertos, de colaboración", agrega.

Varios analistas han llamado la atención sobre el hecho de que buena parte de la comunidad cubana en Estados Unidos está compuesta hoy por personas jóvenes que llegaron siendo niños, nacieron en el país, o arribaron en años recientes dejando familiares cercanos en la Isla.

Los crecidos en Estados Unidos "se han educado en un modelo de convivencia con la diversidad de ideas y pensamientos. Los exiliados más recientes, por su parte, nunca han roto los lazos con sus parientes que quedaron en la Isla y son proclives a soluciones que les permitan a todos vivir juntos de nuevo en las mejores posibilidades de prosperidad y paz", dice el diario.

"Al cambiar la composición demográfica, cambian las percepciones políticas", afirma otro de los consultados, Omar López Montenegro, director ejecutivo de la Fundación Nacional Cubano-Americana (FNCA), quien llegó a Miami en 1994.

El gobierno cubano suele acusar a los exiliados de querer regresar a la Isla para recuperar las propiedades incautadas en los primeros años de la revolución. Sin embargo, Brian Latell, investigador del Instituto de Estudios Cubano Americanos de la Universidad de Miami considera que "la mayoría de los cubanos no tiene interés en reclamar sus propiedades".

"El que era rico allí, es rico aquí", afirma.

Según El País, las encuestas coinciden en que menos del 15% de los cubanos radicados en Estados Unidos tiene siquiera planes de regresar a la Isla. "Para muchos, simplemente ha pasado demasiado tiempo desde su salida" y han echado raíces en su nuevo país de residencia. Además, la distancia que separa a ambas naciones es de sólo unos 150 kilómetros, lo que haría factible una buena comunicación en caso de que se normalizaran las relaciones entre La Habana y Washington.

No obstante, los exiliados cubanos tienen ya un importante de papel en la economía de la Isla. Cálculos no oficiales sitúan en unos mil millones de dólares anuales la cifra de las remesas que envían a Cuba, a pesar de los obstáculos que han impuesto los gobiernos de ambos países.

"Si esto es ahora que el dinero es sólo para la supervivencia, ¿cuánto podemos llegar a hacer en el futuro?", se pregunta López Montenegro. "El potencial de esta comunidad es enorme", afirma.

"Miami está llamado a jugar el papel de Alemania Occidental en la unificación alemana: sufragar a la otra Cuba en favor de la unidad", opina Ricardo Bofill.

Organizaciones como el Cuba Study Group han elaborado proyectos encaminados a brindar ayuda para el fomento de la economía de la Isla.

El grupo ha propuesto la creación de un fondo de 10 millones de dólares para el desarrollo de un sistema de microcréditos.

Este tipo de iniciativas ha recibido críticas de otros representantes del exilio, como Frank Calzón, que dirige en Washington el Centro para una Cuba Libre.

"¿Alguien pensó que (…) Kim Jong-il sería mejor que Kim Il Sung?, ¿o que Somoza hijo sería mejor que Somoza padre? No creo que nadie pensara eso. ¿Por qué tiene alguien que pensar que Raúl Castro va a ser mejor que Fidel?", se pregunta Calzón, de acuerdo con El País.

Para Carlos Saladrigas, "ésta es la última oportunidad de Raúl (Castro) de salvar algo de esa revolución". Y, por esa razón, la misión del exilio ha de ser la de "rebajar el precio que el régimen tiene que pagar por cambiar, no subirlo".

"Si el precio es perder la vida, no lo van a pagar nunca. Además, Irak nos ha enseñado que ninguna democracia surge de las cenizas", advierte.

A su juicio, la política debe ser la de "acelerar el intercambio y crear un clima que favorezca el cambio".

"Hay que entender que sólo la reconciliación va a permitir que surja una Cuba nueva, como en España, como en Chile, como en Sudáfrica", añade.

"Para que Cuba renazca, todos los cubanos tenemos que cambiar, los de aquí y los de allá; los de aquí ya estamos cambiando", afirma Saladrigas.