«Me interesa que Cuba logre su libertad»
Huber Matos habla del presente y el futuro de Cuba, y de sus experiencias tras la llegada de Castro al poder.
¿Qué sabe del avión de Camilo, si conoce que salió realmente o no? De no saber, ¿qué opina sobre los hechos siguientes a su desaparición? ¿Cómo eran sus relaciones con Camilo Cienfuegos en el momento de su muerte? (Abraham Fernández Cruz, Miami; Florángel Hernández, Madrid; Ernesto Parellada, Barcelona; José Luis Goicoechea, Tucson; Víctor Sosa, Hallstahammar).
Desconozco los detalles del vuelo de Camilo. Mis relaciones con Camilo eran muy buenas. Él estaba preocupado por la infiltración comunista en las filas de la Revolución. Raúl Castro le tenía mucha envidia y a Fidel le molestaba también. Camilo estaba consciente de que Fidel no lo respetaba. Lo asesinaron porque no estaba de acuerdo con ellos. Los hermanos Castro querían evitar una crisis pública al mismo tiempo con dos de sus comandantes. Por eso a mí me arrestaron con la idea de fusilarme, y a Camilo lo desaparecieron una semana después de yo estar en prisión.
¿Qué opina sobre la hipótesis de que fueron Vilma Espín o Raúl Castro quienes asesinaron a Camilo Cienfuegos? (Jesús Reina Carvajal, Estocolmo).
Creo que fue una conspiración de los dos hermanos Castro.
He oído que conoce de un lugar donde probablemente se encuentran enterrados los restos de Camilo y su avión. ¿Qué tan cierto es esto? ¿Le gustaría formar parte de un gobierno democrático en Cuba? (Mario Escalona, Houston).
No sé dónde están los restos de Camilo. A mí lo que me interesa es que Cuba logre su libertad y me gustaría ayudar a la reconstrucción. No tengo interés en ocupar un cargo. Pienso que seré más útil desde fuera del gobierno.
¿Cree que el gobierno español está haciendo algún tipo de negociación secreta para liberar a los presos políticos y de conciencia, o simplemente intenta que no los encarcelen a todos antes del óbito? ¿Cree posible que Raúl intente un trato con EE UU y cuando haya conseguido sus objetivos traicione dicho acuerdo? (Oswaldo Yánez, La Habana).
No creo en la sinceridad del gobierno español. Creo que lo que están es protegiendo sus intereses económicos en Cuba. Raúl tratará de consolidarse cómo pueda, y va a traicionar al gobierno que sea para permanecer en el poder el mayor tiempo posible.
Carlos Franqui dice en sus memorias que en vez de enviar una carta de renuncia, usted debió haberla leído por la televisión. ¿Cuál es su reacción a ese comentario? Obviamente, se puede hacer la misma crítica a Franqui y muchos otros. (Carlton Solomon, Miami).
Si yo hubiera tenido acceso a una estación de televisión nacional, que no lo tenía, le hubiera dado la excusa a Fidel de caracterizarme como un contrarrevolucionario que estaba tratando de provocar una situación de violencia. Mi propósito era denunciar lo que veía venir para alertar al pueblo, consciente de que me arriesgaba a que me arrestaran y me fusilaran. En ambos casos creía que esa sería la mejor forma de alertar a la población.
¿Cuál cree que será la actitud de EE UU si Hugo Chávez coloca cohetes en Cuba, en este caso iraníes, para tratar de perpetuarse en el poder como Fidel y crear otra crisis de los misiles? (Juan Portu, Tenerife).
Creo que los Estados Unidos responderían con una acción militar drástica.
¿Será posible en la reconstrucción del país, después de la dictadura, recuperar el dinero robado por Castro? (Javier Iglesias Alfonso, Brasilia).
No creo que sea fácil recuperar el dinero que los Castro han robado, aunque habrá que hacer todos los esfuerzos por lograrlo.
La reconstrucción de Cuba está garantizada porque el pueblo cubano es un pueblo trabajador. Cuba tiene un potencial turístico muy grande. La industria azucarera puede recuperarse, además de azúcar puede producir combustible y generar electricidad. Hay otros sectores de la economía con potencial, entre ellos la exportación de servicios.
En Miami algunos le acusan de haber fusilado a camagüeyanos. ¿Es cierto eso? (Juan Pérez, Miami; Manuel Balboa, California).
La dictadura de Batista cometió una cantidad enorme de asesinatos y torturas, tanto contra opositores como a víctimas inocentes. Según los estudios que se han hecho, cuando la revolución triunfó los tribunales revolucionarios condenaron a muerte a cientos de personas en los primeros diez meses de 1959. Yo renuncié en octubre de 1959.
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