Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Política

«Me interesa que Cuba logre su libertad»

Huber Matos habla del presente y el futuro de Cuba, y de sus experiencias tras la llegada de Castro al poder.

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Matanzas y Camagüey fueron las provincias donde menos fusilamientos se llevaron a cabo. En Camagüey, esos tribunales condenaron a muerte a menos de 30 personas. Estos tribunales estaban dirigidos directamente desde La Habana. Personalmente me opuse en más de una ocasión a los deseos de venganza de mucha gente. Por ejemplo, en la ciudad de Ciego de Ávila, los radicales paralizaron la ciudad porque no se fusilaba a unos militares que habían participado en una emboscada. Incluso el tribunal revolucionario no los condenó a muerte porque consideró que lo sucedido había sido en el contexto de una operación militar. Yo llegué allí, hablé al pueblo, me opuse al fusilamiento, y se evitó un crimen.

Estando preso en Cuba, ¿en algún momento Fidel se comunicó con usted directamente? (Tayluma Peláez, Montreal).

En ningún momento. Desde prisión, varias veces lo reté a que fuera a la cárcel para decirle en su cara que era un traidor y un criminal.

¿Puede haber un cambio mientras viva Fidel? ¿Cuál sería el papel de las Fuerzas Armadas en un cambio en Cuba? (Carlos Alberto Chávez Vaillant, Angola).

No lo creo fácil. El rol que les corresponde a los militares es aliarse al pueblo cubano y defender los derechos de la gente para propiciar el tránsito a la democracia. Si no lo hacen, los van a responsabilizar con el mismo nivel de culpabilidad que los servicios de represión, como Seguridad del Estado.

Poniéndolo todo en perspectiva, después de tantos años y tantos muertos, dolor y tristeza, ¿no cree que era mejor haber dejado que Batista y su gobierno legítimamente constituido después de la elección de 1954, terminara su mandato pacíficamente? ¿No cree que la aventura de la llamada revolución, de la cual usted fue partícipe, fue una tremenda equivocación a juzgar por sus nefastos resultados? (Jaime Figueras, Filadelfia).

Con ese criterio tal vez hubiera sido mejor que Cuba hubiera quedado como una colonia de España. Ni Martí ni Maceo, ni nuestros mambises se equivocaron. Seguramente si el pueblo cubano se hubiera imaginado lo que le esperaba, no hubiese apoyado el proceso revolucionario. Pero ni el pueblo ni ninguno de nosotros pensó en tal desenlace. Batista fue un criminal corrupto y sin su golpe de Estado no se hubiera producido el fenómeno revolucionario.

No se puede mirar a la historia como si uno hubiera tenido una bola de cristal. Hay que luchar por los derechos de forma pacífica si se puede, si no, es válido defenderse con la fuerza. Hay que luchar contra las tiranías y las injusticias, en lugar de aceptarlas pensando que es mejor la obediencia que la rebeldía.

¿Cuáles son las causas fundamentales del fracaso político sostenido de más de 45 años de ese segmento cubano que usted representa? (Alexis Figueredo, Key West).

Nosotros no hemos fracasado, quienes han fracasado son los marxistas-leninistas. La historia no ha terminado.

El castrismo ha podido mantenerse en el poder por muchas razones, entre ellas, tuvo el respaldo total de la Unión Soviética por más de tres décadas, luego recibió el respaldo político y económico de España, Canadá y otras potencias industriales de Occidente, en su afán inescrupuloso de hacer negocios con la dictadura castrista. Ahora recibe 2.000 millones de dólares de ayuda de Chávez. Durante esos 45 años una buena parte de la prensa occidental lo ha apoyado de forma sistemática, con una falta total de objetividad. Las Naciones Unidas, donde la mayoría de los gobiernos representados son autoritarios o dictatoriales, lo han apoyado de forma permanente.