Chile

¿Incógnita o certidumbre?

De ingresar Chile en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU, no tiene otra alternativa que condenar las violaciones de La Habana.

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Con motivo de la victoria de Michelle Bachelet en las elecciones chilenas de diciembre pasado, nos preguntábamos (Fiesta de la Democracia) si cesarían las condenas de este país en la ONU contra las violaciones de los derechos humanos en Cuba. Después de consultar a una serie de actores y expertos en la política chilena, puede ya aventurarse un vaticinio.

El ex diputado por la Democracia Cristiana Exequiel Silva ofrece varias razones de peso al afirmar que el gobierno de Bachelet tendrá que acatar no sólo las obligaciones que emanan de pertenecer a una coalición de gobierno, sino ante una nueva pronunciación del Congreso, que cada año sugiere cuál debe ser la postura del ejecutivo en diferentes contextos internacionales.

Con respecto a Cuba, el Congreso se ha manifestado muy mayoritariamente a favor de condenar lo que en la Isla sucede en cuanto a derechos humanos. Y en estas decisiones hay que contar a partidos reputados de izquierda, como el Partido por la Democracia (PPD), y a vastos sectores del Socialista. En tal sentido, el voto de la derecha no titubea.

Aseguró Silva a Encuentro en la Red que el gobierno de la concertación no puede echar a un lado la línea de continuidad y coherencia de la política de su país en diversos casos, y el de Cuba en particular. "No puede hacerse el leso —precisó— respecto a la opinión generalizada de un Congreso que, por no observar cambios ni aperturas sino un recrudecimiento de la represión, votará de la misma forma en que lo ha hecho en períodos anteriores".

El papel de la Democracia Cristiana

Círculos políticos no olvidan que fue la Democracia Cristiana, y en particular diputados como Patricio Walker, Exequiel Silva y otros militantes de esta entidad, quienes hicieron conciencia y campaña dentro del Congreso para que se manifestara en pro de una condena a La Habana. Además, un grupo de la Democracia Cristiana, cuyos integrantes enseñan detallado conocimiento de episodios y personas de la disidencia cubana, se encarga de desplegar acciones solidarias —dentro y fuera de Chile— que un día la historia de la Isla habrá de agradecer.

Se ha dicho asimismo que la ODCA —Organización Demócrata Cristiana de América— presionó al presidente Ricardo Lagos para que Chile votara condenando a La Habana en la Comisión de Derechos Humanos de la ONU. Quien más influyó fue Gutenberg Martínez, presidente de la ODCA, viejo amigo de Lagos y esposo de la ex canciller Soledad Alvear, actual senadora y ex candidata presidencial, que cerró entonces sus aspiraciones en apoyo de la actual mandataria.

Sin la colaboración de la Democracia Cristiana muy difícil hubiera sido el triunfo de Bachelet en los comicios presidenciales de diciembre pasado.


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