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Relaciones Cuba-Corea del Norte, Kim Jong-il

Amistades peligrosas: Cuba-Norcorea

Por la muerte de Kim Jong-il, el Gobierno de Cuba decretó duelo oficial los días 21, 22 y 23, posiblemente un gesto superior al de los amigos chinos, y que incluso opacó al verbo fluido de Hugo Chávez

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Kim Jong-il, falleció el 17 de diciembre después de permanecer 17 años como el “Querido Líder” del pueblo de la República Democrática Popular de Corea (del Norte), heredero de su padre Kim Il-Sung (“Gran Líder” de 1948 a 1994) y legando al “Brillante Camarada” Kim Jong-Un, su hijo menor de unos 27 años. El Gobierno de Cuba decretó duelo oficial los días 21, 22 y 23, posiblemente un gesto superior al de los amigos chinos, y que incluso opacó al verbo fluido de Hugo Chávez.

“Los cubanos no llegan o se pasan”, se dice expresó el Generalísimo Máximo Gómez, dominicano buen conocedor de los subalternos mambises, frecuentemente exagerados. Mientras tanto, el mundo se preocupa por la incertidumbre sobre la aceptación por los militares norcoreanos del brillante heredero, con su hermana Kim Kyong-Hui, y el esposo, Chang Song-Taek, también promovidos previamente por el fallecido, y la eventualidad de que el triunvirato promueva una acción bélica contra Corea del Sur y Japón para demostrar que son duros.

Los medios de difusión y particularmente los noticieros de televisión han encumbrado al ilustre fallecido y resaltado las honras fúnebres del embalsamado Kim Jong-il, con coreanas llorosas presumiblemente al recordar las consecuencias del incumpliendo de órdenes, sobre todo en circunstancias tan graves. Los nexos con Kim Il-Sung fueron estrechos y continuaron con el siguiente dictador. Varias veces al año se publican las visitas de altos funcionarios, recibidos por la máxima dirigencia cubana, así como se envían delegaciones a Pyongyang, y se celebran rimbombantemente las fechas relevantes, con reportajes sobre la resistencia de los heroicos norcoreano frente a las supuestas amenazas de Estados Unidos y Corea del Sur.

Nada se dijo sobre el reinado del déspota Kim Il-Sung en el país más cerrado y represivo del totalitarismo comunista. Lejos de atenuarse con Kim Jong-il, tan solo por hambruna se estima que en la década de 1990 fallecieron entre varios cientos de miles y dos millones de personas, y la malnutrición crónica afectaba al 37 % de los menores; problemas que se han mantenido. A pesar de haberse comprometido a suspender el programa nuclear a cambio de alimentos, combustible y la construcción de dos reactores nucleares, sistemáticamente no autorizó las inspecciones del Organismo de la Energía Atómica de la ONU, en enero de 2003 abandonó el Tratado de No Proliferación Nuclear, en febrero de 2005 anunció la posesión de armas nucleares, y en octubre de 2006 efectuó una prueba nuclear subterránea. Nuevamente en 2007, en conversaciones con Corea del Sur, Estados Unidos, China, Rusia y Japón, accedió a cerrar las instalaciones nucleares a cambio de ayuda energética y económica. Las conversaciones a seis bandas se han roto asiduamente por no honrar los compromisos y las pruebas de cohetes de mediano y largo alcance, entre otras razones. En 2010 hundió la corbeta Cheonan con 46 marineros a bordo y atacó la isla Yeonpyeong, por lo que Seúl cortó los lazos comerciales y desplegó su Ejército. Mientras Estados Unidos, Sudcorea y Japón han sido grandes donantes de alimentos para la famélica población, Norcorea mantienen el cuarto ejército mayor del mundo con 1,1 millón de soldados en activo y 4,7 millones en la reserva. Dedica al gasto militar del 33 % del producto interno bruto.

Kim Jong-il, encabezó la Comisión Nacional de Defensa y fue Comandante Supremo del Ejército, pero no era el presidente del país, pues el título fue concedido de manera póstuma para la eternidad al padre. Su mando se caracterizó por la hambruna, el agotamiento físico, las torturas y las ejecuciones, incluidas las de los familiares de los condenados. En un informe reciente de la ONG Amnistía Internacional sobre los desmanes cometidos en los últimos 10 años se denuncia la existencia de unos 6 campos de concentración con 200.000 prisioneros políticos, de ellos Yodok, el mayor, retiene alrededor de 50.000 hombres, mujeres y niños. Señala además que existe un sistema de reeducación para toda la población con el fin de ejercer un control permanente. Para Reed Brody de Human Rights Watch, Corea del Norte se destaca por ser el “régimen más cerrado y represivo que se pueda imaginar en el mundo”, y Kim será recordado como uno de los líderes más brutales, responsables de centenares de miles de muertos y una serie de atrocidades que constituyen el antítesis de la dignidad humana.

Por otra parte, en Cuba, el fallecimiento de Václav Havel el pasado 18 de diciembre, solo recibió una escueta mención en la pequeña Sección Hilo Directo del periódico Granma. Al disidente y ex presidente checo sistemáticamente se le atacó durante decenios; primero por ser un opositor al homólogo régimen de la Checoslovaquia llamada socialista, luego por mandatario electo de la república democrática surgida como resultado de la Revolución de Terciopelo y finalmente por solidarizarse con la disidencia cubana. Sin embargo, se ocultan todos los “defectos” de los amigos, y se compromete a la población con el apoyo a aliados como el régimen Sirio que está masacrando al pueblo.

La sucesión del sanguinario Kim Song-il creó una tensa incertidumbre mundial por el imprevisible desenlace interno, así como la eventual agresión a los países vecinos, incluida la amenaza nuclear. Estados Unidos, Corea del Sur y Japón han mantenido sus tropas en alerta. La gravedad del problema con posibles implicaciones serias para China, la lleva a mediar ante sus protegidos de Pyongyang. Estas circunstancias deberían ser conocidas por el pueblo de Cuba, manchado por un bochornoso duelo oficial.


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