Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Celebrar con Mario

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Cubaencuentro está de fiesta, como toda la comunidad hispana y cada uno de nosotros en tanto que lectores, y hoy queremos celebrar con Mario Vargas Llosa los regalos que nos ha brindado a lo largo de tantos años.

El gozo de descubrirlo con aquellas primeras lecturas: “Los cachorros”, “La ciudad y los perros”, “La casa verde”. El deslumbramiento ante la perfecta arquitectura de “Conversaciones en la catedral”, espejo en que se vieron reflejadas todas las contradicciones de una generación. El disfrute de sus nada menores “La tía Julia y el escribidor” y “Pantaleón y las visitadoras”, con un tipo de humor que nunca hemos vuelto a encontrar en otro escritor.

Redescubriendo de su mano a Emma Bovary gracias a su mirada de lector, no de académico. Porque Mario no es un entomólogo de la literatura, sino que va directamente a la vida que late y se encarna en cada obra. Con “La verdad de las mentiras”, se repite el milagro con un grupo de autores tan diversos como indispensables. Y así, a lo largo de los años, esperando con impaciencia cada nueva publicación.

El análisis de su obra queda pendiente para los especialistas, hoy es un día para festejar. Pero también para agradecer.

Porque además del escritor, Mario se ha volcado siempre en la defensa de los débiles, los oprimidos. Lo escuchábamos en su exhortación al pueblo peruano cuando decidió lanzarse a la política: “Hay demasiada miseria, demasiada pobreza…” Ese era el centro de su preocupación, y ese fue el impulso que lo llevó a Cuba, muy al principio de la revolución, con la ilusión de que los desvalidos llegaban al poder, inaugurando el sistema de libertades y elecciones democráticas que le había sustraído la dictadura batistiana. Cuando comprobó que no era así, tuvo el coraje de decirlo, en un momento en que era una herejía disentir del apoyo al castrismo.

Esa misma honestidad intelectual ha presidido todas sus posiciones políticas, acercándose y alejándose de cada opción según le dicta su conciencia. Mario, desde su liberalismo, nunca se ha “casado” con ninguna formación política y hoy debemos también rendir homenaje a su independencia ética, a su fidelidad a sí mismo. Ha sido siempre el niño de aquel cuento de Andersen que se atrevió a decir: “El rey está desnudo…”. Así, descubriendo las desnudeces de nuestra sociedad global, se ha comprometido siempre y por encima de todo con la libertad, sin olvidar la imperiosa necesidad de la lucha contra la pobreza.

Los cubanos le debemos expresar hoy una especial gratitud, porque Mario siempre ha estado presente cuando se trata de defender la democracia que queremos para nuestro país. Sea prestando su firma, recibiendo a un intelectual perseguido, convocando foros o al escribir sus artículos, Mario Vargas Llosa nunca se olvida de Cuba.

Celebremos hoy, pues, al escritor y al hombre.


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