Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Exilio, Yoani, Beyoncé

Cuba Espectáculo

A Yoani la hicieron “celebridad”. Cada foto con la disidente, más que muestra de patriotismo era síntoma de deshumanización

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Llegó a su fin el capítulo Yoani en Miami. Siguió su recorrido pero siguieron llegando disidentes, el gurú Mendive y el playboy Marichalar camino a la cubana Marina Hemingway. La imagen con la bloguera fue la más difundida en el ciberespacio. Se dejó retratar con exagentes del MinInt, el jefe de despacho de Raúl Castro, los arrepentidos, dinosaurios, hijosdalgo, la burguesía, farándula y los periodistas rosa. En Cuba, la bloguera es vilipendiada, en la Florida es manipulada y trivializada. Yoani fue fragmentada en fotos, artículos, entrevistas “exclusivas” y visitas. Funciona Miami al nivel “micro”, poniendo de manifiesto las fuerzas centrífugas de ese ciclón que es el quehacer cubano.

Accedió a las preguntas infantiles de la “heraldista” Márquez en el ámbito circense Miami-Dade College. Ofreció una conferencia en un Country Club para miembros de la Fundación Nacional Cubano Americana. Al día siguiente visitó MegaTV y el Canal 41. Su conferencia en la Florida International University mantuvo la cordura. Siempre coherente al guión, dejó entrever la entereza que la colocó en la mirilla editorial del New York Times, el Washington Post, la respetada cadena PBS y el londinense The Guardian.

Tras la hija de Payá, anuncian visita la valerosa Berta Soler y el joven Eliecer Ávila, personajes de menor interés editorial. Vivimos en la sociedad del espectáculo donde los medios de comunicación ejercen su hechizo. La diva Yoani ya está en Europa. Todo culebrón requiere una antagonista (“la mala”). Los congresistas cubanoamericanos colocaron en escena a Beyoncé Beyond-Sense, chanteuse conocida por Put a Ring on It y por los dos $2 millones que cobrara a Aníbal Gadafi, hijo del Coronel, por un recital privado. El joven libio propinó tal paliza a su esposa que la dejó ensangrentada en el hotel Claridge’s de Londres. Beyond-Cent calcula muy bien sus centavillos: no tuvo tiempo de ensayar para la Toma de Posesión de nuestro Presidente pero lo hizo a cabalidad para el bien remunerado Súper-Bowl. Dio la chanteuse un viaje de aniversario a La Habana con su marido, al empresario musical, compositor y agente deportivo Jay-Z.

Cientos de miles de cubanos asilados a través del Cuban Adjustment Act viajan a su antigua metrópoli opresora todos los años. Los estrategas políticos republicanos del sur de la Florida, ciegos a este hecho pero adictos a las conferencias de prensa, abrieron las puertas a la cursilería. Una simple llamada al Departamento del Tesoro bastaría para cerciorarse de la legalidad del viaje de la pareja farandulera. De no crear el histrionismo Díaz Balart/Ros Lehtinen/Rubio, cerraría Yoani con broche de oro su visita a Estados Unidos al transmitirse una entrevista con la respetada cadena PBS. Los republicanos permitieron que el matrimonio, Beyond-Cent-Z se apoderara de la conversación. Son ahora los abanderados de la libertad de viajes a Cuba, el intercambio con el pueblo cubano y el levantamiento del bloqueo. Han dado voz al empresario Hugo Cancio (explotador de talento isleño) y a todos los agentes de viajes a la Isla para borrar el mensaje de la Sánchez. Más aún, borran el tan penoso incidente que el escritor afrocubano Alberto Zurbano separado de su cargo en Casa de las Américas por una nota de opinión que denunciando el racismo publicara en The New York Times. Los que han sido invitados a opinar en Melissa Harris-Perry (MSNBC) y otros comentaristas que han enviado un comunicado de prensa olvidan el caso de Sonia Garro y su esposo, afrocubanos detenidos sin juicio y sin acusaciones formales desde el 18 de marzo de 2012. No existe el derecho de habeas corpus para los negros en Cuba. La izquierda burguesa se olvida de ellos precisamente porque son fundamentalmente racistas, títeres de los capitalistas y hacendados agazapados tras el ahora pro-diálogo anti-embargo Carlos Saladrigas. Algunos nombres que se esconden bajo el Cuban Study Group: Juan O’Naughten (Conde Casa Bayona), Alfy Fanjul, el Embajador Paul Cejas, Roberto Goizueta, Jr., Eduardo Mestre, para algunos nombrar algunos oligarcas.

Si en Miami atomizaron a Yoani en fotos, fiestas y preguntas tontas, en La Habana la han llevado a comisaría y de paseo en auto policíaco. Lo dudan —sin investigar testigos o buscar a los agentes de seguridad— el periodista Fernando Ravsberg y Salim Lamrani. Este último, tras horas de interrogación a la bloguera, apuntó: “usted ha sido premiada por su posición política contra el gobierno. Ésa es la impresión que tenemos”. Espetó su premisa en el medio de la entrevista. Adiós a la imparcialidad académica.

Guignols de l’info, (programa francés “Títeres de la Info”) Ravsberg, protegido por la cadena mediática del imperio capitalista británico y Lamrani, acomodado en la burguesía académica parisina, ambos con status privilegiado, niegan credibilidad a una mujer que narra lo extraoficial. Echar mano a los estudios culturales pondría en peligro su status. Gozan la lucrativa contradicción de una alianza entre dos hegemonías, la primermundista y el feudalismo castrista. Una posición detractora lleva presunción de culpabilidad. Quieren silenciar una perspectiva alternativa que desestabilice el esquema oficial justificado por ambos. Están maniatados por la ideología, poco atentos a la manipulación propagandística que utiliza todo sistema, carentes de un aparato desmitificador. La castigan también porque su relato puede tener puntos de coincidencia con los guignols de Miami: Pérez Roura, García Fusté, Ninoska y María Elvira. El resentimiento contra la histeria de una generación en vías de extinción en Miami y sus risibles medios son suficiente para que los Cuba-apologistas nieguen lo que Cuba, oficialmente, acaba de admitir: que hay restricciones en la prensa: siempre con característica paranoia. Silencio existe sobre la vía revisionista que Raúl Castro pretende trazar.

A Yoani la hicieron “celebridad”. Cada foto con la disidente, más que muestra de patriotismo era síntoma de deshumanización, “cosificación”. Como el que se retrata con el Presidente, Luis Miguel o el Príncipe Felipe de Borbón, el abrazo y la sonrisa con la bloguera era prueba de status y red de conexiones con el poder. Salir en la misma imagen afirmaba, geográficamente, la situación del sujeto en un terreno vedado para otros. Es la fantasía, la ilusión que regala el segundo frente al flash.

Pasada Yoani, celebridad del momento, los otros disidentes serán segmentos breves en noticieros hispanos, conferencias en la Casa Bacardí, cenas privadas y titulares en El Nuevo Herald. Los guignols de l’info aquí en Norteamérica olvidarán a la Garro y el documental del profesor Henry Louis Gates sobre el racismo en Cuba. Celebrarán a Omara Portuondo y a la Charanga Habanera cuando vengan de gira. Continuarán despreciando a Miami como ciudad intolerante y Republicana por más que diera su voto a Barack Obama en dos elecciones consecutivas. CAFÉ y otros politically correct abogarán por un levantamiento del embargo contradiciendo la definición y retórica anti-yanki del proceso “revolucionario”. Los politically correct, productos de una contradicción burguesa a la que no pueden escapar, querrán venderle el alma cubana a ese diablo al que achacaron los males en la época pre-revolucionaria. Viven tan ansiosos de mojitos y playas como los gringos y los latifundistas. Por el momento, el “radical chic” de ser anti-embargo, de ser “Che Guevara con bling, seres con complejidad”, como “rapea” Jay-Z, les asegura un lugar en la red académica, becas o bolsas de estudio para viajes y la cámara en el espectáculo mediático para entretener en los shows de debate televisivos. Mientras tanto, “Carta Abierta”, cacofonía de Jay-Z, se ha distribuido a todas las estaciones de radio estadounidenses. Pitbull —Cuba espectáculo— ya compuso una respuesta.


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