Cinco héroes, Consignas, La denuncia de hoy
Danzones por “Los Cinco Héroes”
Todos los días 5 de cada mes, desde el pasado año, una peña del danzón que se lleva a cabo en la sureña ciudad de Cienfuegos dedica su danzar a “Los Cinco”
Los castrocomunistas son personas, a no dudarlo, que suelen expresar raras ternuras que, en ocasiones, muchas, van a dar a lo cursi, o lo inconsistente, o lo ridículo. Lo cual, ya lo sabemos, aparte de uno u otro matiz, viene siendo lo mismo.
Son aportaciones que intentan entregar, para el exterior, una imagen edénica, y, de paso, de unanimidad inconcebible para el resto del continente; este sumido todo en réplicas, puntos encontrados, oposiciones opuestas, criterios divergentes; en fin, sumido, el resto del continente, en antagonismos estériles muy distantes de aquella Isla donde todos, todos, piensan igual; aun los perros, si pudieran expresarlo.
El pueblo de Cuba en pleno, según los castrocomunistas, por ejemplo, ha apoyado consignas tan vacuas, tan de kindergarten como “Dos tareas básicas: producción y defensa” o “La Jornada laboral es sagrada”. Cuestiones tan elementales en cualquiera de los equivocados países cuyas poblaciones no han alcanzado la unanimidad del pueblo cubano, que allí nadie lo dice ni tienen que decírselo a nadie, se hacen, solo se hacen; sin que ni siquiera los propios que lo hacen, día a día, se enteren.
Será rara esta unanimidad y esta nobleza rayana en el candor de los cubanos. Pero debemos suponer que existe, según van pasando los años.
Otro ejemplo que viene al caso: “¡Seremos como el Che!”, juran los niños cubanos desde hace más de 40 años, día tras día, en el encuentro matutino que da paso al inicio de las clases.
Lo juran frente a sus maestros, que previamente les han dado el pie de consigna: “¡Pioneros por el comunismo!”.
Muchos de estos niños se han marchado, se marchan, se marcharán en su momento para Miami en una balsa, o en lo que sea posible, y tantos otros para diversos países por los medios que estén a su alcance.
Muchos de aquellos niños que hace 20, 30 o 40 años gritaron semejante consigna y luego pudieron abandonar su tierra, entonces se enteraron de que antes, en los matutinos, habían jurado millones de veces que, en el futuro, serían asesinos.
Pero en aquellas mañanas de escolares, todos juraban lo mismo. Era unánime el grito.
Asimismo, muchos, otrora niños, hoy apátridas, según el régimen, gozaban con otra terneza castrocomunista de tiempos pasados: “Los niños nacen para ser felices”, si bien debieron buscar la felicidad, que tanto allá le anunciaran, en otras latitudes. Igual que hoy quisieran buscarla, nadie debe dudarlo, cientos de miles de adultos, si no millones, que habitan en Cuba y antaño resultaron dormidos con la misma frase de encanto.
Ahora nos llega otra chulada de este tipo mediante el diario oficialista Granma (como el resto de las publicaciones en Cuba, en la nómina del régimen) del pasado 20 de junio bajo el título: “Un danzón permanente para los Cinco Héroes”.
“Los Cinco Héroes” son los espías cubanos condenados en EEUU. Bueno..., en realidad, los espías pueden ser héroes para el gobierno que los manda; pero no más que espías para el que los detecta en su territorio. Cuestión de puntos de vista, diríamos.
Y bien, ya de estos cinco, dos fueron liberados, pero el régimen —y el pueblo de Cuba todo, indudablemente— les sigue llamando “Cinco”. ¿Alguien se pregunta por qué? Yo lo sé: porque los espíritus de los dos liberados siguen allí, solidariamente presos en las celdas de sus compañeros.
No podría ser de otra manera. El pueblo de Cuba es noble, fraternal. Y comunista. Todo. Todo el pueblo, sin excepción.
En la foto que ilustra el texto citado, podemos observar a unos viejecillos bailando danzón, unánimemente. Se ven bonitos, limpios, bien vestidos, como corresponde a una población digna, pletórica de bienes materiales y espirituales.
Según esta nota del Granma, todos los días 5 de cada mes, desde el pasado año, esta peña del danzón, que se lleva a cabo en la sureña ciudad de Cienfuegos, dedica su danzar a “Los Cinco”. Y así continuará por siempre.
Aclara el Órgano Oficial del Partido Comunista de Cuba que estos danzoneros “realizan esta acción de forma ininterrumpida, lo cual es de conocimiento de nuestros patriotas, amantes además del género musical tan vinculado a las raíces criollas”.
Es decir, los tres espías tienen conocimiento de que cada día 5 va para allá, como decían los santeros de mi barrio, la “enviación”. Entonces, debemos suponer, se “conectan”, unos bailando en Cienfuegos y los otros en su celda en EEUU escuchando el ritmo, y aun admirando, mediante un leve esfuerzo mental, los pasos de los, con ellos solidarios, bailadores.
Otro detalle que me llama la atención en la frase referida es que los tres espías encarcelados son “amantes además del género musical [el danzón]”. Raro, pero esperanzador: el danzón en Cuba, por desidia del régimen, fue desapareciendo. Sobre todo aquellos en cuyas letras rezaban líneas que aludían a “la Nochebuena” “el puerquito bien asadito”, “la virgencita de la Caridad del Cobre”, entre otras.
Pero lo creo. No tenemos por qué dudar que el trío todavía encarcelado ame este ritmo. Un trío que en mi opinión, dicho sea de paso, no debería estar preso. Me explico: como otros miles, estos tres, por el candor inoculado a cierto segmento de la población, por la falsa unanimidad sembrada por el régimen en la misma, por el romanticismo que tantos hombres están aptos para atesorar si un cínico se lo administra con precisión... resultaron manipulados por el castrismo... O sea: los tres son también víctimas de un sistema político que los envió —de acuerdo: con la anuencia de ellos—a una batalla “antiterrorista” descabellada.
Un sistema político, tomémoslo en cuenta, se cae a pedazos, agoniza, pero continúa depredando al cubano de a pie con crueldad suma, mientras su élite habita en la abundancia capitalista, viviendo como “Rocquefelitos” isleños a la par que tres hombres por ellos enviados a una acción macabra y novelera penan en una cárcel lejana.
“La creatividad y el amor de su pueblo a estos héroes se manifiestan en acciones como esta y otras tantas que se manifiestan a lo largo del país”.
Esta frase está tomada de un comentario que, en el foro de la nota en cuestión, ha escrito el propio autor de la nota.
Desde lejos, si no libre, al menos fuera de los barrotes, es muy fácil escribir edulcorados textos como este. Y todavía más fácil bailar un danzón.
Ya ven. Así van las cosas.
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