Actualizado: 25/04/2024 19:17
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De la sombra a los flashes

¿Qué será del protagonismo de Raúl Castro tras sus quince minutos de fama en la pasada Cumbre de los No Alineados?

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"Él es distinto de Fidel. No padece de vanidad política y creo que le importa poco un lugar en las enciclopedias. En la Edad Media no hubiera tenido problemas con ser el segundón", hace ver el experto en teatro. La propia Alina Fernández, hija natural del comandante con Naty Revuelta, defendió ese carácter familiar de su tío Raúl en un libro vehemente publicado en el exilio: La hija rebelde de Fidel. Sus consideraciones de entonces las reiteró en una reciente entrevista en Santiago de Chile para la CNN.

Una de sus hijas, Mariela Castro, está al frente del Centro Nacional de Educación Sexual y promueve un código de tolerancia hacia los homosexuales. En agosto último viajó a Montreal para participar como ponente en las Olimpiadas Gays, un foro en que expuso logros y también retos de la comunidad homosexual en la Isla. A las virtudes hogareñas de Raúl se le suma su visión pragmática, cuyos límites todavía están por ver. Valen más los frijoles que los cañones, llegó a decir públicamente en pleno "período especial", una frase más propia de un iconoclasta, que de un ministro de las FAR. El momento era sumamente tenso, de supervivencia.

Durante la recesión de los noventa, con urgencia instrumentó para las Fuerzas Armadas un sistema de oxigenación financiera, creando el grupo hotelero Gaviota, además de almacenes, flotas de taxis terrestres y aéreas, y cadenas de tiendas llamadas por sus siglas TDR Caribe (Tiendas de Recaudación de Divisas.) Su férreo ejercicio de mando ha puesto a raya a toda su burocracia en contacto con el dinero y las comodidades que para cualquier cubano de a pie resultan lujos. Los casos de corrupción han sido inmediatamente corregidos.

Raúl Castro ha estudiado in situ el experimento chino de socialismo liberal y en 1994 anunció la vuelta de los mercados libres agropecuarios, una medida por la que Fidel siente aversión.

Sin embargo, para muchos está claro que las diferencias entre los dos hermanos son más tácticas que estratégicas y que en última instancia sólo un desquiciado apostaría a un cisma.

Washington llama a Raúl, no sin sorna, un "Fidel light", acusando ese perfil pragmático, menos romántico y atento a los tirones de la realidad. Para el canciller Felipe Pérez Roque esas son bobadas. "No hay en el pensamiento político de Fidel y Raúl un alfiler de diferencia… No cabe un alfiler entre esos dos pensamientos, entre esos dos compromisos", afirmó tajante el diplomático y ex secretario personal del gobernante cubano.

En una crónica publicada por Granma, el periodista y diputado argentino Miguel Bonasso se pregunta si Fidel Castro, una vez restablecido, "volverá a ser el de antes, el infatigable, o se concentrará exclusivamente en algunas tareas estratégicas… Es una pregunta difícil de contestar", que el propio ex militante montonero no se atrevió a formularle.

Si ese alfiler llega a ser encontrado, tendríamos, quizá, una parte de la respuesta. La otra, ya la sabemos. Granma no publica preguntas inocentes.


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