Actualizado: 28/03/2024 20:07
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Cuba, República, Castro

Fue una gran república

Cuba republicana, como todo ensayo político, tuvo sus luces y sus sombras y fue parte de un proceso en evolución constructivo, que el régimen de los Castro frustró

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El comunismo en Cuba, igual que en otros países que han padecido (o padecen) semejante mal, urgió de un régimen totalitario para fundamentar su incrustación. Factores cruciales para concretar exitosamente ese empeño, han sido la mecanización sistemática del terror estatal, un esquema de premiación/castigo para provocar la sumisión y la promulgación y el reforzamiento de la contracultura. Este último elemento estratégico del proyecto comunista cubano consiste de la tergiversación metódica de la realidad y los hechos, por medio de la manipulación de la cultura, que es como las sociedades perciben el mundo material. Esta maquinación busca alinear la percepción de la substantividad cotidiana de los cubanos, con los objetivos ideológicos y dictatoriales, para así facilitar el control social. Como punta de lanza, esta imposición cultural artificial ha conllevado a que, con consistencia invariable, el poder político haya confeccionado la adulteración del pasado, la ocultación del presente y el engaño sobre el futuro.

Nuestros próceres han sido difamados. Los crímenes de lesa humanidad cometidos han sido negados descaradamente. La historia cubana entera, tal como la ha propagado el castrocomunismo y sus papagayos, ha padecido de una campaña de embaucamiento intensivo. La república que surgió aquel 20 de mayo hace 115 años y que según la mistificación castrista, ellos mataron el 1 de enero de 1959, ha soportado el mayor vilipendió en su guerra deconstructiva sucia. Sin embargo, los hechos son maestros en la obstinación.

Cuba republicana, como todo ensayo político, tuvo sus luces y sus sombras y fue parte de un proceso en evolución constructivo, que el régimen de los Castro frustró. Cuba de 1902 a 1958, dejó grabado fidedignamente para cualquiera que quisiera indagar, analizar y formular un juicio crítico y equilibrado, su record como república liberal. Es cierto que las cifras no revelan en cualquier análisis la complejidad integradora del caso en punto, pero no es menos cierto que las ciencias sociales sin pretender describirlo todo, emplean índices y establecen estándares por alguna razón. Éstos nos permiten examinar datos y figurar parámetros de comparación. El castrismo con los índices ha sido un experto en la prestidigitación calculada, ese arte que busca engañar al espectador, utilizando las manos y otros trucos. Dicho sea de paso, que esos mismos índices o sus equivalentes, son los que nos muestran la información que abajo aparece.

Algunos de los logros en la salud de la República de Cuba eran laudables. En 1957, Cuba gozaba de una tasa de mortalidad infantil más baja que Francia, Bélgica, Austria, Japón e Italia. Hoy todos esos países tienen índices en este campo que superan a Cuba. En cuanto a médicos per cápita, Cuba republicana tenía más galenos por cada mil habitantes en la década de 1950 que el Reino Unido, Finlandia, Noruega, Suecia, Irlanda y España y estaba emparejada con los Países Bajos. En cuanto a la expectativa de vida humana en años, en esa misma década, los cubanos vivían más que los costarricenses, los chilenos, los surcoreanos y los portugueses. Hoy todos los ciudadanos de estas naciones viven igual o más que los cubanos. Por un país en “subdesarrollo”, Cuba pre comunista superaba a muchos de los galardonados hoy en la élite del primer mundo. ¿A qué mundo llevaron los castristas a Cuba?

El campo de la educación, brotan semejante resultados y es víctima de la misma gesta timadora. El argumento del castrocomunismo en cuanto a sus alardeados “avances” en la educación, depende de la ignorancia de su receptor. En otras palabras, la dictadura busca limitar el análisis de las cifras, a un fenómeno estático y aislado y no uno comparativo y dinámico. El experimento comunista cubano heredo un país alfabetizado en casi un 80 % de su población. Progreso de la proporción que alude la propaganda castrista, lo tuvieron países como El Salvador, Perú, Brasil, Bolivia y República Dominicana (entre muchos otros). En 1950, El Salvador tiene un nivel de alfabetización de menos del 40 %. Hoy cerca del 90 % de los salvadoreños pueden leer y escribir. Los dominicanos estaban en la misma situación y hoy 92 % de sus ciudadanos están alfabetizados. Ambos casos más que duplicaron los porcentajes en los índices de alfabetización. Brasil y Perú, con un 50 % de alfabetizados en 1950, han alcanzado respectivamente hoy, el 93 % y el 95 %. ¿Por qué no se habla de los grandes logros de estos países? ¡Todos ellos lo lograron sin tener que sufrir 58 años de un régimen totalitario!

En cuanto a la relación entre la remuneración a la sociedad y la suma de lo que produce el país en bienes y servicios y llamado el producto interno bruto (“PIB”), Cuba estaba, en 1956, en el cuarto lugar del mundo con el 64 % del PIB cubano empleándose como remuneración a los trabajadores cubanos. Hoy en Cuba ese por ciento es del 37 %. ¡Esto representa un decrecimiento de un 42 %! En términos del PIB per cápita (en relación al número de personas), Cuba gozaba del puesto número 15 en la escala mundial en 1957 en ingreso. En el 2010, la dictadura castrista colocó a Cuba en el número 29. Lo que hemos visto es un crecimiento negativo, en prácticamente todas las clasificaciones medibles, cuando se toma en cuenta el tiempo transcurrido y se hace una comparación dinámica y relativa.

En la política, el resumen es aún más claro. En los 56 años de la Cuba republicana, hubo 16 individuos que ocuparon la presidencia, de partidos políticos diferentes y en gran parte, participando en elecciones competitivas. Podemos señalar entre 1902 y 1958, 11 años de gobernanza cubana de corte autoritario. Esto significa que a pesar, incluso, de los 2 años de gobierno extranjero producto de la segunda intervención norteamericana (gran error de los políticos criollos), las libertades civiles y políticas fueron la regla y no la excepción. Esto es un contraste magnánimo con los 58 años de absolutismo totalitario, dinástico, oligárquico y militar, de Cuba comunista.

Por eso cada 20 de Mayo, cada cubano, viviendo en libertad o en despotismo, debe de celebrar el Día de la Independencia de Cuba. ¿Qué Cuba republicana tuvo defectos? Claro que sí. Igual que absolutamente toda república liberal en la historia, sin excepción. El ensayo democrático es un proceso evolutivo de perfeccionamiento continuo. ¡Cuán fatídico resultó el experimento comunista que comenzó aquel 1 de enero de 1959! Ahí paró el avance. Cuba fue, sin duda, una gran república.


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