Actualizado: 28/03/2024 20:04
cubaencuentro.com cuba encuentro
| Opinión

Panel de opinión

Respuesta de Manuel Pereira

Comentarios Enviar Imprimir

1) ¿Cree usted que sería posible que en Cuba el descontento existente llegara a expresarse de la misma manera, mediante manifestaciones y revueltas populares a favor de la democracia y de un cambio de Gobierno?

He visitado más de una vez tanto Egipto como Túnez. La primera diferencia con Cuba es que en esos países existe una vibrante economía de mercado, lo cual permite que egipcios y tunecinos (a diferencia de los cubanos) tengan muchos más celulares, computadoras y nuevas tecnologías que posibilitan las redes sociales.

El porcentaje de internautas en Túnez es del 27%. En Egipto, del 17%. En Cuba solo 1,7 habitantes de cada cien puede navegar por la Red. Cuba está peor que Haití, donde 7 de cada 100 habitantes tienen acceso a Internet. No obstante, es asombroso lo mucho que hacen los blogueros cubanos con lo poco que tienen.

En materia de telefonía móvil, Cuba está por detrás de Papúa-Nueva Guinea y Nepal. En nuestra Isla, solo 1,2 habitantes de cada 100 disfruta del sistema de comunicación celular.

Otra abismal diferencia es que ni en Egipto, ni en Túnez, existe algo parecido a la red de espionaje vecinal de los CDR. El control del Estado sobre los individuos en Cuba solo es comparable con la represión existente en Corea del Norte.

Por otra parte, la mayoría de la población en Túnez y en Egipto es musulmana, una religión que —como es sabido— en situaciones límites aspira a la muerte, sea para encontrarse en el Más Allá con las huríes de ojazos negros que bailan la danza del vientre, o con Alá. En el ámbito de la escatología cubana no existe nada ni remotamente parecido.

Túnez y Egipto comparten fronteras con otros países, sus habitantes pueden entrar y salir libremente de su territorio, mientras que Cuba sufre un doble cerco: el muro de mar y tiburones que la rodea por todas partes y ese otro muro invisible que prohíbe viajar.

2) De producirse ese fenómeno en la Isla, ¿cuál considera que sería el papel que asumiría el Ejército cubano?:

A) De incondicionalidad al Gobierno.

B) De mediador en la crisis.

C) A favor de los manifestantes.

D) Se dividiría a favor y en contra del Gobierno.

Me gustaría estar equivocado, pero el Ejército cubano nació en la Sierra Maestra a finales del 56. No es un ejército profesional respetuoso de la división de poderes, del imperio de la ley, garante de la propiedad privada, sino todo lo contrario, es una institución radicalmente ideologizada y, por tanto, sus principales mandos son fieles —por convicción o por prebendas— a los fundadores del Ejército Rebelde, que siguen vivos.

3) ¿Considera que las reformas que ha emprendido el Gobierno cubano marcan un tiempo de espera dentro del que es improbable una revuelta popular, por muy precaria que sea la situación económica y la vida cotidiana de la mayoría de la población? ¿O son claramente insuficientes y la paciencia de la población puede agotarse y estallar como está ocurriendo en el mundo árabe?

Las recientes “reformas” económicas, aparte de tímidas, nacen ya cargadas de regulaciones y con impuestos astronómicos. Ni siquiera llegan amparadas por un marco jurídico que impida —al menos en teoría— que mañana el Estado lo confisque todo, como ha ocurrido en otras ocasiones. Más que reformas, son parches: aspirinas contra el cáncer. Con todo y eso, esas aperturas darán un respiro a la población, pero también permitirán a los gobernantes ganar tiempo, estirar el chicle, soltar lastre, dejar de importar alimentos y ahorrar divisas. Cuando la cifra de despedidos supere el millón, quizá la desesperación popular estalle. Pero no hay que olvidar que el Gobierno siempre tiene un as en la manga para evitar que la olla de presión le explote en la cara: abrir la talanquera y provocar otro Mariel.

A decir verdad, la única similitud que veo entre Egipto y Cuba es la persistencia de las momias, tanto las yacentes y mudas del Museo de El Cairo, como las ambulantes y parlantes del Socialismo Tropical.


Los comentarios son responsabilidad de quienes los envían. Con el fin de garantizar la calidad de los debates, Cubaencuentro se reserva el derecho a rechazar o eliminar la publicación de comentarios:

  • Que contengan llamados a la violencia.
  • Difamatorios, irrespetuosos, insultantes u obscenos.
  • Referentes a la vida privada de las personas.
  • Discriminatorios hacia cualquier creencia religiosa, raza u orientación sexual.
  • Excesivamente largos.
  • Ajenos al tema de discusión.
  • Que impliquen un intento de suplantación de identidad.
  • Que contengan material escrito por terceros sin el consentimiento de éstos.
  • Que contengan publicidad.

Cubaencuentro no puede mantener correspondencia sobre comentarios rechazados o eliminados debido a lo limitado de su personal.

Los comentarios de usuarios que validen su cuenta de Disqus o que usen una cuenta de Facebook, Twitter o Google para autenticarse, no serán pre-moderados.

Aquí (https://help.disqus.com/customer/portal/articles/960202-verifying-your-disqus-account) puede ver instrucciones para validar su cuenta de Disqus y aquí (https://disqus.com/forgot/) puede recuperar su cuenta de un registro anterior.