El primer jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria se quitó la vida en Miami

El piloto Pedro Luis Díaz Lanz, quien fuera el principal encargado de garantizar el suministro de armas desde el extranjero a las fuerzas de Fidel Castro en la Sierra Maestra, se suicidó el jueves en Miami a los 81 años de edad, con un disparo en el pecho.

Díaz Lanz fue el primer oficial de alto grado que criticó el rumbo comunista que tomaba el régimen instaurado por Castro y se opuso a la forma en que fueron procesados los miembros del ejército de Fulgencio Batista capturados.

Nada más tomar el poder, Castro le nombró jefe de la Fuerza Aérea Revolucionaria, según el Diario Las Américas. Debido a su posición crítica, fue sustituido por Juan Almeida, y el 29 de junio de 1959 escapó de la Isla con su familia en una embarcación, ante el peligro de ser asesinado.

En Estados Unidos dedicó esfuerzos a convencer al mundo del carácter comunista de la revolución castrista y llevó su testimonio hasta el Congreso. Sin embargo, sus intentos terminaron en decepción.

En una de sus comparecencias, afirmó que Washington estaba más interesado en "proteger" la Isla que en liberar a su pueblo. "Cuba se perdió en Washington", dijo.

De acuerdo con el diario El Nuevo Herald, en el exilio, Díaz Lanz fundó en 1959 la Cruzada Constitucional Cubana, junto a Frank Sturgis, y implicó en misiones organizadas por la CIA para realizar acciones de infiltración en la Isla.

Figuró entre los integrantes de la llamada Operación 40, un grupo de anticastristas que debían acompañar la expedición de Bahía de Cochinos en abril de 1961. Además, participó activamente en numerosas operaciones marítimas para introducir armamentos en Cuba durante la década de los sesenta.

El gobierno cubano lo consideró siempre un enemigo peligroso y llegó incluso a difundir versiones de su supuesta participación en el asesinato del presidente John F. Kennedy, en 1963.

En los últimos años de su vida su situación era precaria e incluso llegó a dormir en su propio auto. Según El Nuevo Herald, trastornos emocionales también habían afectado seriamente su salud.

"Creímos en una Cuba sin vencedores ni vencidos, sin más odios ni rencores, con todos y para todos. Creímos en el respeto al derecho ajeno, en la libertad y la justicia. Sueño bello era aquel que tantos abrazaron y por el cual muchos dieron la vida. Pero la noche de las ambiciones se extendió sobre nuestra bella Isla'', dijo hace varios años en un artículo publicado en el diario miamense.

A Díaz Lanz le sobreviven sus hermanos Eduardo, Marcos y Yolanda, sus hijos Pedro René, Pedro Miguel, Tania Denisse, Minú e Ivonne, y varios nietos. Su primogénito Pedro Luis murió años atrás. Otros tres hermanos del piloto fallecieron con anterioridad en circunstancias violentas: Jorge se suicidó en Miami, en 1976; Esther María fue asesinada en Miami Beach, en 1986; y Guillermo se ahorcó en La Habana, en 1998.

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