Líderes católicos de La Habana y Miami analizan gestión de la Iglesia católica

El obispo cubano Arturo González afirmó que la Iglesia católica de su país continuará sus esfuerzos por lograr la liberación de los trece disidentes de la llamada Primavera Negra de 2003 que aún permanecen en prisión, informó el diario El Nuevo Herald.

“Hemos obtenido promesas y seguimos confiando en ellas y seguiremos trabajando para que se cumplan desde el amor de Jesucristo”, indicó González. “La Iglesia no actúa con presión”.

González, obispo de Santa Clara, hizo estas declaraciones después de oficiar una misa el miércoles en la iglesia St. Timothy Catholic Church. En la homilía participó el obispo auxiliar de Miami, Felipe Estévez.

Líderes religiosos de Miami y de Cuba se reunieron esta semana en el sur de la Florida en el marco de jornadas de oración y reflexión. El encuentro sirvió también para analizar la crisis de los presos de conciencia y hacer un balance de la mediación de la Iglesia católica en la mejora de las condiciones de los disidentes cubanos.

Estévez declaró que los participantes de la jornada intercambiaron ideas sobre un documento interno que, entre otros asuntos, tomó en cuenta la situación de las Damas de Blanco. El colectivo femenino sale a las calles desde hace siete años en respaldo de activistas de derechos humanos, periodistas y bibliotecarios independientes.

“El punto principal ha sido la historia del proceso, cuyo arranque fueron los actos de repudio contra las Damas de Blanco y la protesta de nuestra Iglesia en la persona del cardenal Ortega”, acotó Estévez.

Tras el histórico encuentro en mayo entre Castro y el cardenal cubano Jaime Ortega Alamino se ha permitido la salida a España de 39 reos de conciencia del Grupo de los 75, blanco de una ola represiva en el 2003. Recientemente la gestión humanitaria abrió las compuertas a nuevas excarcelaciones.

Otros 13 opositores se niegan a abandonar la Isla y permanecen en prisión sin que hasta el momento haya quedado claro cómo se resolverá su situación. Sin embargo, este jueves trascendió que al menos 2 presos podrían salir en libertad dentro de 15 a 30 días.

El pasado 7 de noviembre se cumplió el plazo que inicialmente fijó La Habana para completar el proceso de liberaciones. Varios defensores de los derechos humanos en Cuba advirtieron que saldrán a las calles si el Gobierno no ordena la excarcelación de los activistas pacíficos.

Estévez dijo que la solución final del problema sobre los disidentes está en manos del Gobierno castrista. El papel de la Iglesia es ofrecer y persuadir, explicó.

“El carcelero, quien tiene las llaves de la prisión, es el Gobierno, que no acepta la diversidad de pensamiento ni de opiniones”, manifestó Estévez. “Entonces la Iglesia no tiene ese poder, lo más que puede hacer es atender a las familias y defender a los presos”.

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