Actualizado: 17/04/2024 23:20
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Menos trabajadores por cuenta propia en Cuba

La cifra muestra el estancamiento de las reformas económicas anunciadas por el mandatario Raúl Castro

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Más de 496.400 personas trabajan actualmente en el sector privado en Cuba, cifra que ha disminuido en comparación con un registro hecho en julio de 2015, cuando sobrepasaban el medio millón, informó el lunes el semanario oficial Trabajadores.

La cifra muestra una ligera reducción en el número de trabajadores cuentapropistas con respecto al año anterior, aunque al mismo tiempo confirma la tendencia al aumento de esta rama productiva en el país.

El informe del lunes muestra una cantidad levemente menor a los 504.600 reportados en julio pasado. Pero al mismo tiempo confirma el alza experimentada a partir de 2010, cuando comenzó la flexibilización del trabajo independiente. Ese año había 157.000 personas en esta condición.

En un balance más amplio de la situación, se podría inferir que el número muestra el estancamiento de las reformas económicas anunciadas por el mandatario Raúl Castro.

“Internamente, la parálisis es grande. Durante 2015 no se legalizó ni una sola cooperativa más, no abrieron nuevas modalidades de trabajo autónomo, los mercados mayoristas brillaron por su ausencia y la tan reclamada unificación monetaria sigue engavetada”, afirmó a finales del pasado año Fernando Ravsberg, en su blog Cartas desde Cuba.

La ampliación del trabajo privado es una de las principales reformas del Gobierno del Raúl Castro para “actualizar” el modelo socialista de Cuba y compensar la supresión progresiva de empleos estatales. En un principio se habló de suprimir un millón y medio de estos empleos, pero el plan ha quedado interrumpido sin más explicaciones. Algunos analistas consideran que debido al temor de una explosión social debito al desempleo y otros creen que dentro del Gobierno hay una fuerte oposición a un incremento del sector productivo privado.

En estas condiciones, sin posibilidades de un mayor desarrollo del sector privado salvo su lenta evolución propia, y sin capacidad por parte del sector estatal para brindar mayores fuentes de empleo, la única opción posible es una situación generalizada de subempleo, donde sobra el personal pero el Gobierno no sabe qué hacer con ellos.

Bajo este panorama, resulta imposible aumentar la productividad y por lo tanto la necesaria eliminación de la dualidad monetaria parece cada vez más lejana.

Todo ello confluye a la creación de un círculo vicioso económico, donde reina el estancamiento.

A la única carga que parece estar apostando el Gobierno cubano para salir de este atolladero es la inversión extranjera.

La compañía anglo-holandesa Unilever ha recibido autorización del gobierno de Cuba para instalar una empresa mixta asociada a la cubana Intersuchel en la Zona Especial de Desarrollo del puerto de Mariel (ZEDM) con una inversión superior a los $35 millones de dólares, según una información de la agencia Efe.

Ejecutivos de Unilever e Intersuchel dijeron que la nueva empresa comenzará a producir a finales de 2017 y que colocará en el mercado cubano categorías de productos de cuidado personal y del hogar.

Unilever, que estuvo presente en Cuba hasta 2012 y ahora regresa, aporta el 60 % del capital, mientras el 40 % restante va a cuenta de la cubana Intersuchel.

Esta empresa holandesa-cubana es el noveno proyecto autorizado por el Gobierno de Cuba a instalarse en la Zona de Mariel.

De los otros ocho proyectos ya aprobados, cinco son de capital 100 % extranjero; una empresa cubana que prestará servicios logísticos dentro del Mariel; la empresa mixta cubano-brasileña de producción de cigarrillos Brascuba y el contrato de administración de la terminal de contenedores para la compañía de Singapur PSA.

Los cinco proyectos de capital foráneo son para las empresas mexicanas Richmeat, de producción de cárnicos, y Devox Caribe, de fabricación de pinturas; la española ProFood, que produce alimentos y bebidas para hoteles; y otros dos, uno de logística y otro de desarrollo tecnológico para la compañía belga BDC.

De momento, todos estos proyectos indican que el potencial económico de la Zona de Mariel, un centro empresarial y megapuerto mercante que ofrece condiciones ventajosas para la instalación de compañías de capital extranjero, es aún muy limitado.

Por su parte, las esferas económicas en que se desarrolla principalmente el trabajo autónomo o la limitada empresa privada, casi siempre familiar, gira alrededor del sector de los servicios y excluye una gestión productiva más amplia.

Las actividades más representativas del trabajo autónomo son la elaboración y venta de alimentos, con 56.270 personas, transporte de carga y pasajeros (50.482) y el arrendamiento de viviendas, habitaciones y espacios (28.634), según datos del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social citados por la publicación.

Asimismo los trabajadores privados de telecomunicaciones suman 24.195, mientras que los contratados son 114.000, es decir, un 22 %, y fundamentalmente asociados a las actividades de elaboración y venta de alimentos.

El 65 % de las personas que trabajan por cuenta propia radican en las provincias de La Habana, Matanzas, Villa Clara, Camagüey, Holguín y Santiago de Cuba.

El Ministerio del Trabajo también indicó que del total de personas autorizadas a ejercer el trabajo privado, el 17 % son cubanos que a la par mantienen ocupaciones en el sector estatal, los jóvenes y las mujeres representan el 30 %, respectivamente, y son jubilados el 12 % del total.

Los cuentapropistas o trabajadores autónomos en la Isla contribuyen el 10 % de la población económicamente activa que suma unos cinco millones de cubanos. La lista de 200 categorías, autorizadas para el trabajo autónomo, es poco abarcadora de la actividad económica y se centran en labores no productivas o de escaso valor agregado.

Todo lo anterior indica que ni el trabajo por cuenta propia, prácticamente estancado o ligeramente reducido, ni el muy limitado sector productivo estatal, dependiente de la inversión extranjera, son suficientes para el avance económico de la nación.


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