Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Teatro, Teatro cubano, Literatura

Entrevista a Matías Montes Huidobro

Sobre “los oscuros recovecos del alma cubana y su historia”

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Se presentan en Miami tres obras de teatro de Matías Montes Huidobro, donde La soga interactúa con La navaja de Olofé y Tirando las cartas, lo que forma un conjunto agrupado bajo el título de Puro Teatro. Un recorrido por las vicisitudes biográficas e históricas de la vida cubana, en un trabajo con intertextos que hacen uso del teatro dentro del teatro —que tan importante papel ha jugado en la dramaturgia de Montes Huidobro— en una obra donde no hay un argumento en sentido tradicional, sino un caos interno, desesperado; una linealidad interrumpida que nos mete en el desquiciamiento que vive el personaje.

CUBAENCUENTRO conversó con el escritor y autor teatral sobre este proyecto y otros futuros.

¿Cómo se siente con esta puesta de Puro Teatro que incluye como un todo a tres de sus obras en un acto, La navaja de Olofé, La soga y Tirando las cartas?

Yo pienso que toda obra dramática existe desde el momento que se concibe, independiente o no de que se lleve a escena; sin embargo, el montaje representa una realidad adicional cambiante, que no termina nunca mientras exista la posibilidad de un nuevo montaje. Cada montaje representa una nueva vivencia para el dramaturgo, como si la obra fuera un hijo que crece y se transforma cada vez que se lleva a escena. Tengo muchas obras que no se han llevado a escena, y por lo menos Tirando las cartas salió de lista tan funesta.

¿Cuéntenos del montaje? ¿Cómo se ajustan las tres piezas en una?

La idea del montaje surgió de una conversación informal entre Marcia Arencibia Henderson, Luis Agüero, Yara y yo. Como Marcia había tenido experiencia en el campo de la dirección escénica, le pregunté y propuse que llevara a escena una de mis obras. En esos momentos Editorial Hipermedia estaba a punto de publicar mi Teatro Completo, y Marcia se decidió por Tirando las cartas.

En nota que aparece al principio de la misma, me refiero a la relación intertextual que hay entre Los acosados, La navaja de Olofé, Tirando las cartas y La soga, y Marcia utiliza esta última como punto de partida, que lleva al inicio de la pieza.

La obra en realidad tiene un argumento reducido al mínimo: el posible montaje de La navaja de Olofé en Cuba, lo cual lleva a una serie de secuencias metateatrales de las obras mencionadas y otros textos míos. Esto lleva básicamente a un círculo vicioso de secuencias que me sirven para construir el personaje masculino, que es básicamente uno de los puntos experimentales de la propuesta. La soga, una pieza corta independiente, muy breve, un monólogo muy compacto que se desarrolla a partir de una soga que cuelga al frente del escenario, despierta la sospecha de que la han puesto ahí para que nos ahorquemos. Sintetiza el significado del todo y caracteriza simbólicamente al personaje, atrapado como cubano, actor e individuo en un callejón sin salida. Me sale un personaje acorralado, que como actor que es, vive y reinterpreta el texto que va y viene como un circulo vicioso. No tiene un desarrollo argumental, y en realidad hay sólo una idea básica, regresar a Cuba.

Por consiguiente, no hay un argumento en sentido tradicional, sino un caos interno, desesperado, una linealidad interrumpida que nos mete en el desquiciamiento que vive el personaje. Realmente en su cerebro. Esto la hace una pieza muy difícil, porque no se sostiene en un desarrollo argumental convencional, sino en el caos mental que vive el protagonista durante una hora.

Lo que propongo no es una racionalización de palabras y situaciones, sino una internalización de cada una de ellas, que es lo que hacen Christian Ocón e Ivette Kelems bajo la dirección de Marcia Arencibia, y la vuelve un tour de force. Este es precisamente el logro de la dirección, los intérpretes y el propio autor, atrapados en escena, por poco más de una hora de sufrimiento y enajenación, como ocurre también con el público. Este minimalismo síquico, este desquiciamiento de las situaciones, es la existencia teatral que a la larga vivimos nosotros, como si estuviéramos al borde de un precipicio, entre máscaras afrocubanas, espejos engañosos donde la ficción y la realidad se entremezclan, instrumentos de percusión, claves y maracas. El conflicto interno deviene en espectáculo dramático de magia afrocubana.

Entonces, tal vez esa letra corrosiva que acompaña su ojo escudriñador por los oscuros recovecos del alma cubana y su traumática historia, ¿es lo que lo ha mantenido joven?

Realmente, ochenta y ocho años que celebro con este montaje, no es ser joven. No hay que hacerse ilusiones. Pero la dinámica de la vitalidad (siempre que el cuerpo lo permita) consiste en estar para algo, que es estar para ser. No cruzar los brazos. Como bien ha observado Luis de la Paz en algunos comentarios sobre la obra, y debo reconocerlo, esas perretas de Ocón son las mías, y Yara, como Ivette, a veces se queda con la boca abierta. ¡Hasta la bata de casa que Ocón lleva en escena es parecida a la que me pongo todos los días! Por momentos pensé que se la había llevado del armario. Los oscuros recovecos del alma cubana y su historia, parten del texto. No asistí a los ensayos, ni hice sugerencias de ningún tipo, porque en realidad cuando se lleva a escena una de mis obras espero que respeten el texto y lo interpreten bien, pero también que me sorprendan, como lo hace el enmascarado Olofe que entra en escena.

¿Y ahora en qué está? A pesar del tiempo, nunca me lo he podido imaginar colgando los guantes.

Generalmente cuando estoy escribiendo, nunca sé si el proyecto será interrumpido por otro que aparece inesperadamente. Actualmente estoy terminando el primer volumen de mis memorias, Mi vida detrás del telón, porque me parece que ya es hora que las escriba; aunque sería una riesgosa presunción pretender que les vayan a interesar a nadie porque realmente el único interesado en sus memorias es el que las escribe, lo que quiere decir que no tiene sentido que las escriba.

Puro Teatro se sigue llevando a escena en Artefactus Theatre, 12302 SW 133 Ct., Miami FL 33186. Abril 19, 20, 21, 26, 27, 28. Viernes y sábado a las 8 y 30 de la noche; domingo a las 6 de la tarde. Teléfono (766) 704-5715.


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