Pekín recibe la antorcha olímpica bajo estrictas medidas de seguridad

China aumentó sus ataques al Dalai Lama el lunes, acusándolo de abusar de la religión, de promover disturbios en el Tíbet y de preparar la independencia, al tiempo que la antorcha olímpica llegaba a Pekín bajo estrictas medidas de seguridad, informó Reuters.

El comentario demuestra que China parece afirmarse cada vez más en su posición, a pesar de la creciente presión internacional para que dialogue con el Dalai Lama, ganador del Premio Nobel de la Paz, tras semanas de protestas y represión en zonas del país con muchos habitantes de etnia tibetana.

Xinhua, la agencia oficial de noticias china, dijo que el gobierno tenía pruebas de que el Dalai Lama y sus seguidores habían organizado los disturbios contra China en la región de los Himalayas y sus alrededores.

La oficina del Dalai Lama negó las acusaciones el lunes e hizo un llamado a China para que permita las investigaciones internacionales sobre las acusaciones que vierte.

"El autoproclamado líder espiritual ha obviamente olvidado su identidad, ha abusado de la religión y se ha metido mucho en política", dijo Xinhua, agregando que está construyendo "una infraestructura pro independencia."

Si el Dalai Lama "realmente desea ser un simple monje budista es tiempo para que deje de jugar a la política y de engañar a la gente, a los occidentales en particular, con sus peticiones hipócritas de 'autonomía'", agregó.

Varios líderes extranjeros, incluso el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, han instado a Pekín a dialogar con el Dalai Lama para resolver el tema.

China ha dicho que sólo haría eso si el monje rechaza la independencia del Tíbet y Taiwán y usa su influencia para acabar con las protestas.

Días de marchas pacíficas de monjes en la capital de Tíbet, Lhasa, terminaron con disturbios en la ciudad el 14 de marzo, en los que se rompieron y quemaron tiendas y coches propiedad de chinos de etnia Han.

El gobierno dice que la violencia provocó la muerte de 18 civiles y al menos un policía.

En un comunicado publicado el domingo por la noche en el sitio en internet del Ministerio de Relaciones Exteriores chino (www.fmprc.gov.cn), la portavoz Jiang Yu dijo que el Tíbet era un asunto interno de su país.

"Pedimos encarecidamente a la Unión Europea y a sus Estados miembro que hagan una clara distinción entre lo que está bien y lo que está mal, condenando claramente los violentos crímenes de golpizas, destrucción, saqueos e incendios", dijo Jiang.

Tras los disturbios en Lhasa, China envío miles de soldados a Tíbet y a zonas donde viven tibetanos para reprimir probables protestas.

Grupos de derechos humanos y activistas en favor del Tíbet en el extranjero temen detenciones masivas y abusos por parte de China, que ha prohibido que periodistas extranjeros viajen a la región de manera independiente.

La televisión y las noticias chinas se han centrado en la violencia de las protestas, pero han evitado preguntarse qué hay detrás de esos disturbios. Mientras tanto, el gobierno insiste en que el Dalai Lama y sus seguidores pretenden arruinar los Juegos Olímpicos.

Tenzin Taklha, uno de los colaboradores de mayor rango del Dalai Lama, dijo que las afirmaciones de China de que tiene evidencia sobre la complicidad del monje en las protestas del Tíbet no tenían fundamentos.

"Nuevamente, estas son acusaciones sin fundamentos y en lugar de esto, pediríamos (el ingreso) de grupos internacionales al Tíbet," señaló.

"Le vamos a pedir a China que permita que un grupo internacional vaya e investigue estas acusaciones de los chinos," agregó.

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