Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Drones, Raúl Castro, Chávez

El último salvavidas (II)

Última parte de un trabajo sobre Cuba y los drones, aviones no tripulados

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Trataré de poner juntas todas las piezas del rompecabezas, para que se tenga una mejor idea de por qué considero que estamos en la primera fase de lo que yo denominé como “El último salvavidas” (The last life boat), aparecido en la página 311 de mi libro Inside Castro´s Bunker en la segunda parte del capítulo 15, The Ghost of Robespierre.

Primera pieza del rompecabezas

Creo que no existen dudas para nadie que la dirigencia del régimen cubano, encabezada por Fidel Castro primero y ahora por su hermano Raúl, no han tenido escrúpulos para sacrificar la soberanía nacional en aras de que una superpotencia les subvencionara la dictadura totalitaria que les garantice el poder absoluto. Veamos:

- Más de 20 años de permanencia en el corazón de la provincia Habana de una Brigada Moto Mecanizada soviética, con todos sus efectivos y armamentos, hasta que el Imperio soviético se derrumbó, terminando este humillante servilismo.

- Más de 20 años de concesión por el régimen cubano a la metrópoli soviética de todas las áreas que antiguamente ocupara el reformatorio de menores de Torrens, para que instalaran allí el complejo de espionaje conocido como Lourdes.

- Entrega de un tercio de la Base Aérea de San Antonio de los Baños a la Aviación Estratégica de la Unión Soviética, para que basificaran allí los bombarderos TU-95 que realizaban constantemente exploraciones electrónicas a lo largo de las costas norteamericanas. Área a la cual se le prohibió la entrada a los militares cubanos que compartían dicha base aérea.

- Concesión de la defensa de los cielos de Cuba a pilotos soviéticos que ni siquiera hablaban nuestra lengua, cuando partimos para la guerra de Angola con los mejores y más experimentados aviadores de combate cubanos.

Esta son algunas de las concesiones más significativas, para no hablar ya de la base de submarinos en la Bahía de Cienfuegos, y otros otorgamientos, que realizara el Gobierno cubano durante los años que duró su dependencia del imperio soviético.

Segunda pieza del rompecabezas

Después de ocurrida la debacle de la desaparición del mundo comunista, los países que se liberaron de dicho flagelo necesitaron varios años para un acomodo en la restructuración de sus instituciones económicas, políticas y de todo tipo, así como de sus respectivas relaciones internacionales.

Rusia, aunque no es ni la sombra de lo que fuera aquel imperio soviético que se desintegró, tiene algo muy importante que la mantiene en una posición influyente en la arena internacional: sus enormes recursos naturales y su incuestionable poderío nuclear.

Después de veinte años de haberse convertido en una democracia con todas las altas y bajas de quienes tienen en sus manos el verdadero poderío económico y político, Rusia ha vuelto a resurgir como la gran potencia que en realidad es, y ya demuestra su replanteo geopolítico en las zonas de influencia que le interesan a escala global.

Para el Complejo Militar Industrial ruso no es ningún secreto que, gracias a la influencia de Cuba, han logrado jugosos contratos de billones de dólares con Venezuela, contribuyendo a mejorar las finanzas de ese sector, que se había quedado rezagado tecnológicamente, como apuntamos en un inicio de este trabajo.

Cuba cuenta con decenas de miles de cuadros militares que no solo dominan la tecnología de ese país, sino que una gran parte de ellos conocen la lengua y costumbres de los rusos. En el mundo de los negocios ese es un gran “asset” (capital activo) que difícilmente ningún complejo militar industrial importante dejaría escapar en cualquier parte del mundo.

Tercera pieza del rompecabezas

Muy pocos analistas esperaban los acontecimientos que han asombrado al mundo con la ya conocida “Primavera Árabe” donde además del derrocamiento de los dictadores de Túnez, Egipto y Yemen con relativamente poca violencia, los episodios más significativos que han influenciado la política internacional han sido la rebelión que dio al traste con la dictadura de Muammar el Gadafi en Libia, y la actual insurrección que tiene lugar en Siria, amenazando seriamente al dictador Bashar al-Assad.

Los militares cubanos, que son en realidad quienes gobiernan en Cuba, han seguido muy de cerca estos acontecimientos, pues saben que estos ejemplos son contagiosos, independientemente de las diferencias culturales y religiosas que tienen esas naciones con Cuba.

Uno de los resultados de sus análisis ha originado los diferentes cambios de tácticas que se observan en los métodos represivos que utiliza el régimen, tratando de evitar por todos los medios la más mínima demostración pública que pueda convertirse en la chispa que encienda la pradera. Arrestos de líderes opositores por períodos cortos. Medidas profilácticas en evitación de protestas por fechas conmemorativas, desarticulación de reuniones que puedan cohesionar a la oposición, medidas activas con infiltrados en todas las organizaciones, para crear el divisionismo, y otros métodos represivos. Además, paralelamente, intentando paliar la creciente inconformidad de los cubanos, inician tímidas reformas económicas, que son cuestionables para sacarlos de la terrible crisis a que han llevado el país después de más de medio siglo de disparates.

La polarización que ha tenido lugar con la guerra civil en Siria. Por una parte Rusia, China y la dictadura fundamentalista de Irán, cerrando filas en apoyo al dictador Bashar al-Assad en sus masacres al pueblo sirio, y por la otra parte, las principales naciones de occidente ofreciendo solo apoyo moral, les han reafirmado a los tanques pensantes del régimen cubano que existe un último salvavidas para prolongar su poder.

Si los rusos han echado pie en tierra en apoyo al dictador sirio, que lleva todas las de perder, y con ello arriesgan las elevadas inversiones que hicieron en su base naval de Tartus y los billones de dólares en armamento que la tiranía Siria les debe, ¿qué no harían en el futuro si tuvieran en sus manos nuevamente el portaviones natural a solo 90 millas de su potencial principal enemigo?

No necesariamente sería esto un retorno a la Guerra Fría. Más bien un “reajuste geopolítico”, que contendría a Estados Unidos precisamente para evitar el regreso a aquel tipo de situación global. La dirigencia cubana, a su vez maniobra en Grandes Ligas, ganando el tiempo necesario para continuar indefinidamente disfrutando de “las mieles del poder” mientras la oposición dentro y fuera de Cuba se desgasta en la maleza de direcciones secundarias jugando en las ligas menores.

Cuarta pieza del rompecabezas

Como habíamos analizado en el punto segundo de este trabajo, Rusia ha quedado rezagada en el desarrollo de los UAVs casi 20 años, reconocido por sus propios jefes militares. El principal obstáculo en ese retraso está dado por los limitados radios de acción de las actuales aeronaves rusas. Talón de Aquiles que arrastran desde la Guerra Gría.

Ahora bien, ese rezago puede reducirse considerablemente hasta en dos terceras partes si los UAVs rusos tienen sus bases en Cuba. Si Estados Unidos, con sus bases de UAVs en Afganistán, puede operar sus Predator y Reapers desde Nevada, ¿por qué no pueden hacerlo los rusos basificándose en San Antonio de los Baños y operándolos desde Kubinka? ¿No estuvieron ya una vez basificados los bombarderos estratégicos TU-95 en ese sitio?

Sin embargo, no debe pensarse que estos planes se implementarán a la carrera. Como bien dice frecuentemente Raúl Castro en sus discursos, será “sin prisa pero sin pausa”.

Por lo pronto ya ha sido realizada una importante exploración de las posibles reacciones del “enemigo”.

¿Puede alguien creer, aunque posea un reducido IQ, que el cerebro de Hugo Chávez da para los entramados que tienen lugar entre Venezuela e Irán, que incluyen la compra de una docena de drones de fabricación iraní?

En noviembre de 2011 la Fuerza Aérea Venezolana mostró uno de los ejemplares adquiridos, un modelo denominado ANT-1X, e indicó que también se contaba con otro modelo, el Sant Arpía, nombre local para el “Mohajer” iraní, que Teherán también ha vendido a Hezbolá.

Los iraníes están involucrados también en la fabricación de explosivos y en la reactivación de una planta de nitroglicerina y otra de nitrocelulosa, actividad en la que está comprometida Parchin Chemical Industries, compañía sancionada por la Resolución 1737 (2006) del Consejo de Seguridad de la ONU, por exportar productos químicos con posible uso para misiles balísticos.

En este tanteo elucubrado por el estamento militar gobernante en Cuba, Hugo Chávez está jugando solo el papel de zapador en un campo minado. No porque el Gobierno cubano pretenda que vuele en el intento, sino por la magnífica protección anti-explosiones que le proporciona al venezolano estar envuelto por semejante chaleco construido por una de las reservas petroleras más grandes del planeta.

Y está dando resultados; Estados Unidos ha dicho que “observa de cerca y que sigue el desarrollo de los eventos”. Retórica que me hizo recordar una de esas “observaciones de cerca” y uno de esos “monitoreos” allá por los años 70, cuando fácilmente nosotros le pasamos gato por liebre a la administración de Jimmy Carter, introduciendo en Cuba bombarderos MiG-23BN capaces de portar el arma nuclear, cuando en los acuerdos Kennedy-Krushov en la crisis de los misiles nucleares uno de los puntos exigidos por la Administración de Kennedy era, además del retiro de los misiles balísticos, también el retiro de los bombarderos subsónicos Il-28 Ilushin. Decisión que enfureció aun más al Comandante al haberlo dejado fuera de todas las negociaciones. Acuerdos que cumplieron los soviéticos llevándolos de regreso a la URSS, para después regresar a mediados de los 70 con apariencia de aviones defensivos.

Cada bombardero MiG-23BN poseía al llegar a Cuba el triple de posibilidades combativas que tenían los anteriores IL-28. El bueno de Carter se tragó el anzuelo y después del primer escuadrón llegaron otros, hasta completar el Regimiento que al final se radicó en la base aérea de Santa Clara, en el centro de Cuba, para que pudiera actuar con facilidad tanto en dirección hacia el oriente del país como hacia el occidente, dado el gran radio de acción que poseen.

Quinta pieza del rompecabezas

El otorgamiento por parte del Gobierno cubano de una base operacional para UAVs rusos les proporcionaría un dividendo colateral altamente beneficioso. Por fin Raúl Castro, que jamás ha confiado en los aviadores, podrá dormir tranquilo sin necesidad de ellos. Pasarán a la historia aquellos días iniciales de la revolución, cuando tuvo que recurrir a su chofer Raúl Guerra Bermejo, “Maro”, para ponerlo al frente de la Base Aérea de San Antonio de los Baños, al quitarle nosotros el sueño. Terminarán las preocupaciones de quienes defenderán los cielos de la patria. Los UAVs, aunque sean rusos, no podrán tomar decisiones independientes en contra del poder que sustentan, porque no hay humanos dentro de ellos, y ya desaparece la más remota posibilidad de que un humano movido por los abusos y violaciones a los derechos de sus semejantes tome las decisiones independientes que podrían ser altamente negativas para la estabilidad de los que ostentan el poder.

Conclusiones

No nos llevemos a engaños, los militares cubanos, altamente profesionales están concientes que esta maniobra de los drones es intrínsecamente política y muy diferente de la otra gran crisis de los misiles nucleares de hace exactamente medio siglo donde se estuvo al borde del holocausto en los momentos más antagónicos de la Guerra Fría.

En esta ocasión se trata de un intento desesperado de la octogenaria dirigencia de ganar el tiempo que necesitan para preservarse ellos mismos y sus descendencias.

Salvo quizás raras excepciones, los jefes militares profesionales comprenden que lo obsoleto y desfasado de la técnica militar con que cuentan las Fuerzas Armadas cubanas están a merced de los continuos avances y perfeccionamiento de las tecnologías militares más modernas como esta de los drones que nos ocupa.

Los que mejor razonan en el estamento militar saben bien que aquel último recurso, “la guerra de todo el pueblo” —al que se acudió cuando Leonid Breshnev le dijo claramente a Fidel Castro que no contaran con ellos en un eventual conflicto—, en lugar de representar una disuasión contra cualquier intervención militar extranjera se ha convertido en un boomerang al ser los gobernantes incapaces de satisfacer las más elementales condiciones de vida y necesidades de ese “todo el pueblo” que reconoce ahora como su único enemigo los que lo mantienen caprichosamente en su miserable existencia.

Hace mucho tiempo aquellos planes de la “Operación Estratégica contra desembarco del país” rechazando los golpes masivos de la aviación yanqui, ocupando las zonas de defensa al Este y Oeste de la Habana, lanzando los regimientos de la División Blindada para “aniquilar” el desembarco de la 82 División Aerotransportada de Estados Unidos en la región de Güines, y todos aquellos arrebatos napoleónicos en que vivimos durante tantos años han quedado para exhibirse en las vitrinas del Museo coprofágico de las ilusiones perdidas.

Ya no habrá invasiones, ni desembarcos por las playas, ni agrupaciones navales, ni ocupación del país, ni botas de marines pisando suelo cubano, ahora los drones se encargan de impartir justicia, o la ley del Talión, lo mismo en medio de un desierto de Yemen contra jefes de organizaciones terroristas, que apoyando a un gobierno democrático latinoamericano para eliminar en plena selva colombiana a uno de sus principales jefes o contra un dictador que masacra a su pueblo.

La adquisición de drones por parte de Cuba con el objetivo de preparar las condiciones de subordinación a una potencia extranjera pensando en la sombrilla política que los proteja como sucede en la actualidad con Siria no resuelve problema militar alguno y los norteamericanos lo verían como una provocación que podría acelerar el desenlace violento de la interminable crisis cubana.

Utilizando los mismos léxicos de los gobernantes cubanos ¿No resulta más sensato el ganar la batalla que continua perdiéndose contra el marabú o la de acabar de darle leche a los niños mayores de siete años antes que estas elucubraciones pretendiendo ser el ombligo del mundo?

Es imposible predecir hasta cuando el pueblo cubano resistirá las miserables condiciones en que vive por la continua insensatez de sus gobernantes. Tampoco se puede vaticinar cuánto más van a hurgar en los bolsillos de naciones poderosas o ricas en recursos naturales para que les resuelvan sus problemas. Parece que no se acaban de dar cuenta o no quieren darse cuenta de que si los norteamericanos algún día se ven forzados a actuar contra Cuba lo harán con armas muy precisas con poco daño colateral destinadas a descabezar a la dirigencia y a los principales jefes políticos y militares que los respalden en las políticas alocadas con que pretenden eternizarse en el poder.

Ya no les tocará primero a los soldados de filas como en otras guerras dar sus vidas para mantener el poder de los tiranos. De ahora en adelante comenzarán a recibir el castigo en dirección inversa.

Como quedó demostrado en el más reciente conflicto de Libia, la máxima dirección del país y los jefes principales que los apoyen recibirán su merecido por muchos bunkers y centenares de túneles que construyan.

Definitivamente estamos ante una vertiginosa carrera contra reloj. Por una parte, una dirigencia octogenaria a la que se le acaba el tiempo; más de medio siglo de fracasos ha sobrepasado los límites en que resulta imposible reedificar lo que destruyeron, y mucho menos “actualizar” un socialismo que nunca existió. Por la otra, un pueblo que cada día exige con más vehemencia la devolución de sus derechos conculcados.

Nadie sabe hasta qué punto podrá mantenerse el equilibrio, ni nadie puede predecir en qué momento el contenido romperá la forma en esa categoría dialéctica tan difícil de entender por los que tanto tiempo se proclamaron marxistas. Los fenómenos sociales son extremadamente complejos y a veces… la vida nos da sorpresas.


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