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Actualizado: 17/04/2024 23:20

Viajes a Cuba, Relaciones Cuba-EEUU

Activistas instan al Congreso de EEUU a rechazar medidas contra viajes a Cuba y el envío de remesas

“Al revertir estas políticas se condenaría a las familias cubanas a continuar su dependencia del Gobierno cubano”, declaró Tomás Bilbao, del Grupo de Estudio sobre Cuba

Grupos a favor de suavizar el embargo contra Cuba mantienen desde hoy una férrea campaña de presión para que el Congreso de EEUU no revierta la flexibilización de los viajes y remesas a Cuba, como buscan algunos republicanos en el debate presupuestario actual.

A principios de este año, el presidente de EEUU, Barack Obama, firmó una orden ejecutiva que flexibilizó las restricciones de viajes y remesas a Cuba impuestas por su antecesor, George W. Bush, como parte de un esfuerzo de su Administración por promover un cambio democrático en la Isla.

Sin embargo, varios líderes republicanos en la Cámara de Representantes promueven esta semana una enmienda, propuesta a mediados de julio pasado por el legislador de Florida Mario Díaz-Balart, que permitiría a los cubanoamericanos en EEUU sólo una visita cada tres años a la Isla, sin excepciones.

En esa ocasión, la Casa Blanca dejó claro que Obama vetaría la legislación si esta revierte los cambios hacia Cuba, aun si se tratara de fondos para las agencias federales.

La polémica medida es tan sólo una de varias que negocian demócratas y republicanos de la Cámara de Representantes en el marco del debate sobre los presupuestos para nueve agencias de la burocracia federal.

La medida de Díaz-Balart, de origen cubano, está incluida en el presupuesto para el Departamento del Tesoro de EEUU, que es el encargado de hacer cumplir el embargo contra Cuba.

Si el Congreso no aprueba el proyecto presupuestario para este próximo viernes, las autoridades federales nuevamente corren el riesgo de un cierre parcial del Gobierno.

Según fuentes legislativas demócratas, los legisladores continuarán puliendo la versión final del proyecto de ley de gastos y cabe la posibilidad de que dejen intacta la polémica medida sobre Cuba.

Pero esa versión tendrá que ser armonizada con la que salga del Senado, bajo control demócrata.

“Realmente todo depende de la señal que envíe la Casa Blanca al Congreso, porque este proyecto presupuestario incluye otras enmiendas que la Casa Blanca no querrá”, dijo Tomás Bilbao, director ejecutivo del Grupo de Estudio sobre Cuba (Cuba Study Group, por sus siglas en inglés).

“Tendremos que ver si la Casa Blanca está dispuesta a forzar un cierre del Gobierno o si el Congreso termina eliminando enmiendas que de otra manera no serían aprobadas”, agregó.

Su grupo, partidario de flexibilizar el embargo contra el régimen cubano, dijo posteriormente en un comunicado que “condena las acciones de ciertos miembros del Congreso dirigidas a revertir las políticas que han contribuido a reunificar a las familias cubanas, rompiendo el aislamiento impuesto sobre el pueblo cubano”.

“Los viajes y envíos autorizados bajo la política existente han ayudado a las familias cubanas a reducir su dependencia del Gobierno cubano e incluso les han permitido empezar sus propias empresas privadas. Al revertir estas políticas se condenaría a las familias cubanas a continuar su dependencia del Gobierno cubano”, enfatizó.

Por su parte, el Grupo de Trabajo para América Latina (LAWG, por sus siglas en inglés) ha puesto en marcha una campaña de presión para que el público estadounidense envíe cartas a la Casa Blanca e indique su apoyo “a viajes de las familias cubanoamericanas sin restricciones”.

En un mensaje dirigido a Obama, el grupo instó al presidente a que mantenga la promesa electoral que hizo en 2008 y “no limite el derecho de estas familias a viajar libremente a Cuba”.

El grupo Testigos por La Paz también se ha sumado a esa campaña de presión, porque considera que la enmienda de Díaz-Balart es muy “punitiva contra las familias cubanoamericanas”.

Aunque Obama dejó en pie el embargo unilateral de EEUU contra Cuba, vigente desde 1962, sí flexibilizó los viajes de grupos académicos, religiosos y culturales, además de que amplió el número de aeropuertos en este país con servicio al mercado cubano.

Los partidarios de la medida de Díaz-Balart reiteran su postura de que EEUU no debe premiar con divisas al régimen castrista.

Se calcula que en los últimos doce meses unos 300.000 cubanoamericanos han viajado a la Isla y que para el próximo año esa cifra alcance al menos el medio millón de personas.

© cubaencuentro

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