El juicio por perjurio contra el activista Luis Posada Carriles ha entrado en la recta final. Después de 13 semanas y la presentación de más de 30 testigos, se espera que los argumentos de cierre tengan lugar en unos días y entonces el caso será entregado al jurado para sus deliberaciones, informó El Nuevo Herald.

“Estamos ya cerca del final”, dijo a El Nuevo Herald el abogado principal de Posada, Arturo V. Hernández, poco antes de que terminara el viernes la presentación de su caso.

Posada fue acusado de mentir a funcionarios de inmigración acerca de su presunta participación en una serie de atentados con bombas en lugares turísticos de Cuba en 1997. También se le acusa de mentir acerca de cómo entró al país en 2005 y sobre un pasaporte guatemalteco con su fotografía a nombre de otra persona.

De ser hallado culpable, Posada podría enfrentar de cinco a ocho años de prisión. Si resulta absuelto, es posible que las autoridades federales no lo dejen totalmente libre.

La Policía de Inmigración y Aduanas (ICE) podría exigir que Posada se reporte periódicamente como lo hacen miles de otros cubanos con órdenes de deportación. En el 2005, un juez de inmigración ordenó que Posada fuera deportado a cualquier país, excepto Cuba y Venezuela.

Es muy posible que Posada no pueda ser deportado a ningún lado. Ningún país, con excepción de Cuba y Venezuela, se ha mostrado dispuesto a recibirlo.

Antes de que los testigos de la defensa comenzaran a declarar, la abogada Rhonda Anderson, miembro del equipo defensor, pidió a la jueza Kathleen Cardone que absolviera a Posada porque la fiscalía no había presentado pruebas suficientes.

Cardone dictaminó que ocho de los 11 cargos eran válidos. Se espera que decida pronto si rechazará los tres primeros concernientes a los atentados.

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