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Actualizado: 02/05/2024 23:14

Cine

'Che': ida y vuelta a la Revolución

Primera película cubana 'made in USA': un híbrido que piensa con el cerebro del DOR y funciona con el presupuesto y el corazón de Hollywood.


Alguna vez, comentando la autoridad de Bismarck, Walter Rathenau afirmó que "la gente creyó en él porque tuvo éxito, no porque tuviese razón", y lo mismo podría decirse hoy de la autoridad del castrismo. La autoridad de Ernesto Che Guevara, sin embargo, parece estar basada exclusivamente en el fracaso.

El personaje del Che, interpretado por Benicio del Toro, trata de explicárselo al capitán boliviano que lo interroga en una choza perdida en el remoto Ñancahuazú: "Quien sabe, tal vez nuestro fracaso sea un triunfo". Y a juzgar por la sala repleta del Nuart Cinema de West Los Ángeles donde fui a verla, habría que admitir que el argentino tenía razón.

Che, aunque cueste creerlo, es la primera película cubana made in USA; un híbrido que piensa con el cerebro del Departamento de Orientación Revolucionaria y funciona con el corazón y el presupuesto de Hollywood. Lo que cuenta es nada menos que la historia oficial del castrismo, con todos sus clichés y cada una de sus tergiversaciones.

Es cierto que los exiliados cubanos Pablo Guevara y Armando Suárez Cobián aparecen en los créditos en calidad de asesores, y que fueron encargados de producir ambientes y acentos verosímiles, pero esto no significa que las opiniones del exilio lleguen a traslucirse en pantalla. Benicio desoyó las razones de las víctimas, y Steven Soderbergh, como bien ha dicho Anastasia O'Grady en su reseña para TheWall Street Journal, "tomó partido por el Politburó".

Y está bien que así sea: un héroe de película no debe rebajarse nunca a la mera verosimilitud. El éxito del sincretismo cubano-hollywoodense resulta innegable: el Che de carne y hueso habrá sido un hijo de puta, pero el de Soderbergh es el personaje más fascinante de la temporada. Compite con el viejo reaccionario de Gran Torino, y con un indio de Mumbai que gana la lotería en Slumdog Millionaire, pero él es el símbolo de la plenitud de los tiempos, y hace su entrada justo en el momento de la crisis mundial del capitalismo.

Simbiosis perfecta

No por ello hay que creer que se trata de un personaje complejo: sucede, más bien, lo contrario. Che ha sido vaciado de contenidos problemáticos, y su portentoso "humanismo" se reduce a una lista de pronunciamientos en tono de catequesis. Del Toro vomita perlas de sabiduría política sin ninguna convicción, y hay un momento en que se adivina que el Benicio de la vida real debe haberle hecho la vida un yogurt a sus asesores cubanos. Sería difícil separar al actor prepotente del personaje histórico, pues hay mucho de soberbia hollywoodense en cualquier doctor argentino empeñado en salvar el mundo.

Pero si el Che fue una mezcla explosiva de cinismo y autoengaño; si fue un intruso que irrumpió en la historia ajena; si fue un fanático empecinado en una utopía, entonces tampoco está mal que lo encarne un actor procastrista de origen puertorriqueño: la simbiosis es perfecta. Sin pretender movernos a compasión, sino sólo a una especie de suspendida identificación, el Che de Benicio del Toro termina seduciéndonos, acorralándonos e imponiéndosenos.

Queda claro que en aras del realismo deberemos renunciar a la verdad, y que para contar una historia plausible sobran los detalles inconvenientes. Después de todo, lo verídico resulta cinematográficamente sospechoso: el error del exilio cubano al acercarse a los héroes revolucionarios ha sido, precisamente, insistir en lo infrahumano; pero, en casi cinco horas de impecable hagiografía, el Che de Soderbergh no se permite caer en controversias casuísticas. Es exactamente lo que promete ser: el díptico de un icono; la portada y contraportada del mismo personaje inolvidable.

Con tal propósito, la película salta por encima de los años difíciles que van de 1959 a 1965, y retoma el hilo cuando ya el héroe está instalado en suelo boliviano. Pero antes de comentar el capítulo de la guerrilla latinoamericana, debo hacer una pausa en dos momentos claves de la contienda cubana.

En el primero, el Che explica a su tropa que cuando un ejército constitucional se niega a pelear y la soldadesca se desmoraliza, la revolución triunfará necesariamente. En el segundo, Fulgencio Batista ha huido; la columna del Che se dirige en jeep a La Habana y entonces aparece el Chevrolet rojo que unos jocosos rebeldes han capturado. El Che los obliga a devolver el carro al lugar de donde lo tomaron. La primera parte de Che termina con esta ambigüedad: un automóvil rojo dando una vuelta en redondo y yendo hacia atrás, en sentido contrario al de las tropas que avanzan sobre la capital.

No es mi propósito caer aquí en sobreinterpretaciones, pues el argumento de Soderbergh es siempre directo —y si exceptuamos las habituales patrañas sobre la Cuba antefidelista, procede con ejemplar contención—, pero tampoco quisiera dejar de notar que la segunda parte, al mostrarnos la fortitud de esos taciturnos campesinos bolivianos que se resisten a colaborar con el invasor extranjero —ayudarlos a vadear un río, o venderles un cerdo— contrasta ostensiblemente con la veleidad revolucionaria de los cubanos, con la ligereza y el choteo endémicos que nos costaron cincuenta años de guevarismo. El segundo movimiento de Che enseña lo que sucede cuando un ejército no se vende y decide pelear hasta la muerte.

Como un juego de video

El pueblo que lo tiró todo a mierda en el momento crítico de su historia, está retratado en la figura rocambolesca de Camilo Cienfuegos, y el actor chileno Santiago Cabrera es el intérprete ideal del divino guasón. Fidel Castro, magistralmente encarnado por el actor méxico-americano Demián Bichir, anuncia el establecimiento de un canon interpretativo para el repertorio de caracteres de la Revolución Cubana: Celia, Raúl, Vilma o El Vaquerito son arquetipos de una nueva Commedia dell’Arte. El Fidel de Bichir, con voz áspera, ceño fruncido y tabaco entre dientes, establece la norma de todos los Fideles por venir. Los personajes de nuestra gesta han cristalizado en una serie de máscaras, en un patrón que abarca los atributos menores, y no se limita ya a los protagonistas, sino que define también los papeles secundarios.

A otro nivel, Che funciona como un juego de video: las tres cuartas partes de la película transcurren en campos de batalla, en enfrentamientos de tropas que parecen orquestados por algún programa de Xbox. Nuestra lucha se deshumaniza frente a una audiencia habituada a los derramamientos de sangre, y desde el punto de vista de la revolución cibernética ya nada nos parece reprobable. Cada una de las dos partes podría resolverse como otro nivel de complejidad conquistado y, en este sentido, el Che de Benicio tiene algo de superhéroe estilo Keanu Reeves.

Los tiros vuelan. La paz es la guerra. Gracias a la magia del cine, el Che vuelve a ser una fría máquina de matar. Y ese almendrón rojo avanzando en sentido contrario a la flecha del Tiempo es la única esperanza de que algún día, al final de un larguísimo sendero regado de extras, estaremos de vuelta de la Revolución.

© cubaencuentro

14 Comentarios


14 by martin libertad (Usuario no autenticado) 21/01/2009 21:52

A esa película no la he visto pues el personaje no me interesa; su injusta fama es típica del mundo consumista y masificado. Nació en Argentina, pero, ¿qué hizo por su país de origen? Hay tantas figuras históricas de ese país que son infinitamente superiores al "Che", como San Martín, Belgrano, Sarmiento, Irigoyen, Sabattini, y varios más, y están más olvidados e ignorados que ese sujeto, de quien nadie se acordará en cien años más. ¿Está en esa cinta sobre él la escena en donde un hombre está esposado con las manos detrás, hincado de rodillas y con la cabeza agachada, mientras alguien le apoya un arma en el cráneo, y en tan desigual enfrentamiento, le descerraja un balazo? El "héroe" que disparó era el "Che", ¡que valiente! ¿Cómo se puede admirar a un asesino premeditado y alevoso? Es como admirar a Himmler. Fue un funcionario del ilegal gobierno de facto de Castro, ¿y por eso merece monumentos, homenajes y buena celebridad? Faltan estatuas de Al Capone, Hitler, Stalin, para seguir con la alabanza a lo peor de la humanidad, a la que esta película parece que contribuye.

13 by El Pitirre (Usuario no autenticado) 16/01/2009 22:20

Para toda la gente que a escrito y comentado esta sinica e iresponsable reseña. Ayer fuí a ver el estreno del "Che Parte 1" en Puerto Rico. Soy puertorriqueño, nacido y criado en la isla. Esta película, se corrio con un prestamo emitido por el Banco Gubernamental de Fomento de Puerto Rico. Dicho prestamo, condiciono la pelicula a un presupuesto de 30 millones de dolares y a el empleo de muchos buenos actores y actrices puertorriqueñas. Algunos muy jovenes, otros ya muy reconocidos como el gran Teófilo Torres y el mismo Del Toro. Esta pelicula no tiene nada de produccion cubana, aunque esto no hubiese estado de mas. Es solo un intento modesto, del pueblo de Puerto Rico y de nuestra clase artistica de llegar a la pantalla grande, restringida solo para tematicas anti-políticas y muchas veces sin sentido.

12 by Cubansurfer (Usuario no autenticado) 10/01/2009 17:20

Intrusa: Encuentro muy interesante tu comentario, pues también conozco a uno de los colaboradores del filme. No sé si será el mismo al que te refieres, aunque tu colorida descripción me hace pensar que sí, que se trata de él. What a shame !!

11 by Anonimo (Usuario no autenticado) 10/01/2009 9:00

Para Pedro el Malvado: Imagino que estudiates con maestros emergentes, si no sabes quienes son los caleseros.

10 by El loco de Lawton (Usuario no autenticado) 10/01/2009 9:00

Dos cosas chino. Estoy de acuerdo con el tratamiento de Camilo, estaba tan inquieto en la silla que parecia que tenia oxiuros. Camilo, que fue el heroe popular por antonomasia de la revolucion cubana y el unico en todo este potaje que no se embarro de caca, lo han pintao como un jodedor que solo piensa en darle cuero a los demas y en jugar pelota. Alucinante! Ah, y Hubert Matos parece que nunca estuvo en la sierra! Lo otro es que la pelicula se basa en las memorias del Che, y como por ahi dicen que el Che no tenia mucha memoria, y la poca que tenia era argentinesca, pues bien, no deberiamos esperar mucho, digo yo. Este articulo esta mejor que el anterior Nestico. Mas, como diriamos, con los pies en la tierra.

9 by pedro el malvado (Usuario no autenticado) 09/01/2009 22:20

intrusa que son caleseros? calseleros? cazueleros? comomierdas?

8 by La Intrusa (Usuario no autenticado) 09/01/2009 19:20

Conozco a uno de los asesores cubanos de la pelicula y esta muy complacido con ella. Vivir en USA no te hace exiliado. En cualquier reunion social el susodicho enarbola su colaboracion con orgullo, tanto que el principal logro de el en su vida sera ese, el de colaboracionista. Un esclavo del color local que es lo suficientemente astuto como para saber de que lado se vive mejor. Los caleseros sonrientes siempre seran mas listos que los cimarrones.

7 by La Intrusa (Usuario no autenticado) 09/01/2009 18:40

Conozco a uno de los asesores cubanos de la pelicula y esta muy complacido con ella. Vivir en USA no te hace exiliado. En cualquier reunion social el susodicho enarbola su colaboracion con orgullo, tanto que el principal logro de el en su vida sera ese, el de colaboracionista. Un esclavo del color local que es lo suficientemente astuto como para saber de que lado se vive mejor. Los caleseros sonrientes siempre seran mas listos que los cimarrones.

6 by La Intrusa (Usuario no autenticado) 09/01/2009 18:40

Conozco a uno de los asesores cubanos de la pelicula y esta muy complacido con ella. Vivir en USA no te hace exiliado. En cualquier reunion social el susodicho enarbola su colaboracion con orgullo, tanto que uno sospecha que el principal logro de el en su vida sera el de colaboracionista. Un esclavo del color local que es lo suficientemente astuto como para saber de que lado se vive mejor. Los caleseros sonrientes siempre seran mas listos que los cimarrones.

5 by Iván Perez (Usuario no autenticado) 09/01/2009 18:40

Llamar a Camilo, divino guasón, ya es mucho, se olvidan muchas cosas en el rencor que Castro nos ha sembrado. No he visto la película, pero sin duda si se idealiza al Che para seguir con su leyenda, no se hace un favor a la verdad que es lo que debe sobrevivir y sobre la cual construir nuestro futuro. Solo digo eso por respeto a quien encarna la cubanía de una lucha de todo un pueblo, no del presente dictador Fidel, en contra del antiguo dictador, Batista

4 by Pesimísima película (Usuario no autenticado) 09/01/2009 15:00

Dios nos ampare: el cerebro del DOR y el presupuesto y el corazón de Hollywood. Que negro porvenir, hasta que me muera oyendo hablar del che y la partia de comunistas hijosdeputa. Que odio les tengo a los comunistas, los de Cuba y los de Holliwood.

3 by Jaime Figueras (Usuario no autenticado) 09/01/2009 15:00

Pesimo filme, con una actuacion tan mala de Benicio del Toro que logra pasar por buena. Che fue siempre un don nadie hasta encontrase con el gangster Fidel. Desde entonces pudo dar rienda suelta a su destino de asesino en serie. Como figura historica se hace notar en particular por haber fracasado estrepitosamente en todas y cada unas de sus empresas y aventuras. Tanto en las de caracter civil como en las militares. Filme inservible y poco recomendable, a menos que se sea uno de esos a los que les gusta ver los aburridos discursos de Castro o las peliculas de propaganda comunista.

2 by Malísima película (Usuario no autenticado) 09/01/2009 14:20

Habrás querido decir "primera película castrista made in Hollywood". Cubanas se hicieron muchas en los años cincuenta.

1 by Ana María Ferrer (Usuario no autenticado) 09/01/2009 12:40

Muy buena película, emotiva, y exelentes actuaciones.

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