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Actualizado: 18/04/2024 23:36

Teatro, Miami, Exilio

El arte de construir una máquina del tiempo

La obra “Bayamesa” vuelve a la escena teatral de Miami

El jueves 30 enero de 2020, el visitante de Miami, interesando en algo más que playas, restaurantes y bailes de salsa, tendrá la posibilidad de darse un verdadero baño de cultura literaria y teatral cubana. Ese día, en el contexto del evento conocido como Culture Shock, dirigido a un público joven y a partir de las 8:30 PM, se repondrá una pieza que recomiendo a todos; Bayamesa.

La reposición tendrá lugar en el Auditorio del Condado de Miami-Dade, 2901 West Flagler Street, Miami, FL 33135. Los boletos se venderán a $5,00, precio extremadamente generoso para los tiempos que corren.

Se trata de una obra para mayores de 13 años, en la que se hace teatro dentro del teatro, con esa sugerencia de realidad que la técnica provoca. Aquí se nos narra la historia de una compañía de teatral que se encuentra con manuscritos inéditos de la poeta María Luisa Milanés (1893-1919), ardiente feminista y patriota nacida en Bayamo, Cuba. El grupo se compromete a representar una obra basada en la complicada vida de la escritora de modo que el espectador no solo asiste a la puesta en escena de esta obra virtual, sino a la discusión sobre la naturaleza de cada figura de la pieza, que hacen unos actores que se representan a sí mismos y a sus personajes de manera “extrañada”, enganchando al público como un cardumen en las redes del metalenguaje.

Tuve la suerte de asistir al estreno mundial de esta obra, el pasado 25 de julio, en compañía de Milvia, mi mujer, durante el 34 Festival Internacional de teatro hispano de Miami. Un evento de carácter internacional desarrollado entre los días 11 y 28 de julio de 2019, que fue presentado por el grupo Teatro Avante en el auditórium del Adriene Arsht Center for the Performing Arts en Miami.

Bayamesa está dirigida por Mario Ernesto Sánchez, director de Avante, el grupo encargado de interpretación. Debo reconocer que tan valiosa como la propia puesta en escena resultó para mí el coloquio organizado por los artistas con su público tras finalizar la premier, algo que me ofreció información adicional sobre lo que significa hacer teatro hoy en esta ciudad floridana y de paso un conocimiento un tanto “sociológico” sobre las peculiaridades, criterios y formas de pensar del consumidor de este tipo de arte en Miami.

Confieso que nunca había estado un teatro norteamericano y que me llamó la atención el control de armas que había en su entrada el asistente debería atravesar un artilugio similar a los que existen en los aeropuertos, un detector de metales, observado atentamente por unas mujeres policías. Todo lo demás era lo habitual en cualquier sala de teatro del mundo.

Es verdad que apenas había oído hablar de la vida y obra María Luisa Milanés. Así que la pieza teatral ha tenido el mérito, no solo de hacerme pasar un buen rato, sino también de sembrar en mí la curiosidad por la obra poética de esta joven escritora fallecida a principios del pasado siglo.

Lo de menos es el mensaje feminista que se reproduce en la escena, un peaje ideológico que ha de pagar todo el que quiera garantizar el respaldo de las instituciones culturales del mundo occidental; lo valioso es el pensamiento en general de aquella mujer, su visión de la vida en general y en particular de la política de la época. Lo que no me queda claro es si la hegemonía norteamericana en la isla, que la obra critica, nace del propio pensamiento de la escritora o es un aporte del dramaturgo, lo cual no deja de ser un gesto valiente tomando el cuanta el sitio en que la obra es representada.

De cualquier modo, la pieza se construye en gran medida con textos que conforman parte indiscutible de la literatura escrita por mujeres en Cuba, lo cual la convierte en un verdadero ejercicio de rescate cultural, no importa que parte de los parlamentos nazcan de la lectura que hace Abel González Melo de la Milanés y del período histórico que le tocó vivir, con toda la carga de subjetividad que ello implica.

Con respecto al autor de Bayamesa, su formación resulta envidiable, además de ofrecerle herramientas creativas que ha usado muy bien. González Melo nació en La Habana en el año 1980 y es graduado en teatrología por el Instituto Superior de arte de La Habana, institución a cuyo departamento de Ciencias Sociales, Filosofías y Estética tuve el honor de pertenecer entre durante varios años. En el caso de nuestro graduado hemos de agreda que enriqueció su formación con estudios en el extranjero. Abel González Melo cursó una residencia internacional en el Royal Courts Theater de Londres, ha estudiado en el Teatro Máximo Gorki de Berlín y en el Panorama sur de Buenos Aires, además tiene un máster en teatro por la Universidad Complutense de Madrid, esto por no hablar de su amplia creación y no menor premiación.

Tan importante como es la formación del autor de esta pieza, resulta la historia y experiencia del grupo responsable de su puesta en escena. Me refiero a Teatro Avante, compañía fundada en el año 1979 como una organización cultural sin fines de lucro y que trabaja por la preservación de la herencia y cultural hispana. Este grupo ha representado a Estados Unidos en México, Costa Rica, España, Japón, Francia, Colombia, República Dominicana, Guatemala, Portugal, Perú, Brasil, Venezuela, Argentina, Puerto Rico. Por supuesto Avante ha tenido también presentaciones en los Estados Unidos; además de Miami, ha estado en Nueva York, Albuquerque, Los Ángeles, El Paso y en Buffalo. Otro detalle importante en la realización de Bayamesa ha sido su música original, compuesta por un famoso compositor cubano Mike Porcel, a quien muchos cubanos todavía recuerdan por su canción interpretada por Argelia Fragoso, “En busca de una nueva flor” y ganadora entre otras 262 propuestas como tema del Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes que tuvo lugar en La Habana, Cuba en 1978.

He quedado tan satisfecho esta obra que he considerado importante entrevistar a su director para el programa radial La Tertulia de Estocolmo que dirijo en la capital sueca, misión asumida con la profesionalidad que le caracteriza por mi amigo y colaborador Leandro Gasco. En su reportaje el periodista argentino ha sabido captar la esencia de ese profesional cubano del teatro que es Mario Ernesto Sánchez, ofreciéndonos claves para comprender mejor su trabajo con Bayamesa. Este director, armado con el texto de Abel Gonzales, ha construido una auténtica máquina del tiempo, armada de talentosas interpretaciones, diálogos y monólogos, con actores capaces de hipnotizar al espectador más exigente. Todo ello condimentado por un sugerente minimalismo escénico, con sonido y música impecables. En resumen: la perfecta puesta en escena del relato imprescindible que rescata y revive para nuestra época una figura poética; María Luisa Milanés, magistralmente interpretada por la actriz Yani Martín.

© cubaencuentro

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