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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Corea, Música, Jazz

El más impulsivo de los pianistas de jazz

Texto por la muerte de Chick Corea

A Armando Anthony Chick Corea (Chelsea, Massachusetts, 12 de junio de 1941-Bahia de Tampa, 9 de febrero de 2021) es imposible clasificarlo: su habla pianística diversa y en constantes mudanzas deja bien claro que no podemos encuadrarlo dentro de una modalidad o género específico. Murió el pasado 9 de febrero a los 79 años de edad “a causa de un raro cáncer que le descubrieron recientemente”. La muerte y sus comisiones. La muerte y sus extrañas dádivas. Chick Corea ejecutaba el piano tan arrendado a la vida que sus admiradores lo hacíamos inmortal.

Se dedica durante más de 50 años a pasar sin transición y de manera temperamental de la acústica a la electrónica, de los ritmos latinos al bebop, de las sonoridades flamencas al free jazz, de Mozart a Monk, de la fusión a la Elektric Band, de la música clásica a los colores brasileros… Inquieto, se metía en un proyecto y ya estaba pensando en otro. Recibe los primeros influjos de la música sincopada escuchando los fonogramas del saxofonista alto Charlie Parker y del pianista Bud Powell. Su padre lo integra a la orquesta que dirige y ameniza bailes populares (“Fue cuando me di cuenta que mi misión en la vida era tocar música para que la gente se divirtiera”, declaró muchas veces).

Graduado de la prestigiosa Juilliard School donde toma cursos superiores de piano, debuta profesionalmente con el conguero cubano Mongo Santamaría y se involucra en varios grupos donde se gana una sólida fama como instrumentista (solos precisos, improvisaciones imaginativas, disposición de ajuste a cadencias múltiples…). Muy joven lo llaman para que sustituya al vibrafonista Gary Burton, con quien se encontraría más tarde en el Cuarteto del sax tenor Stan Getz. Graba sus primeros álbumes entre los cuales se destaca Now He Sings, Now He Sobs (1968) con Roy Haynes (batería) y Miroslav Vitous (contrabajo): brillante ejercicio de improvisación en trío que se convierte en un axiomático fonograma del jazz en aquellos años.

Momento concluyente: sustituye a Herbie Hancock en el ensamble del trompetista Miles Davis e introduce el piano eléctrico: In Silent Way / Bitches Brew (1969). Paréntesis para acompañar a la “Divina” Sara Vaughan. Fundación de la banda Return to Forever con los brasileños Airto Moreira (percusiones) y Flora Purim (vocal) además del bajista Stanley Clarke. Acercamiento y colaboración con el guitarrista Al Di Meola en los años 70.

Influenciado por Bud Powell, McCoy Tyner, Bill Evans o Paul Bley, alcanza su estilo propio. Piano Improvisations (1971): placa de gran repercusión que ejerce terminante influjo en otros pianistas. Captain Marvel (1972) con Stan Getz: develación de “La fiesta”, una de sus obras más populares. Light As A Feather (1972): grabación de la pieza “Spain”, una de las composiciones más aclamadas del pianista de Chelsea.

Paralelamente a sus discos de fusión eléctrica, Corea, simultáneamente, realiza grabaciones y conciertos en formato acústicos, con predilección por el dueto con Gary Burton: Cristal Silence (1972) o con Herbie Hancock: Corea/Hancock (1978) y An Evening Whith Herbie Hancock & Chick Corea In Concert (1978). Destacan dos producciones que serán emblemáticas en los espacios de la fusión: The Leprechaun (1975) y el cotizado My Spanish Heart (1976): sonido orquestal con 17 instrumentistas en el alcance de una sorprendente grandiosidad melódica y prodigiosa prosodia rítmica en las gamas instigadoras del flamenco.

Camino sinuoso de un pianista acariciado por los cantos de sirena de la popularidad que lo llevan quizás a hacer algunas concesiones, aunque de pronto sorprende con obras maestras como Piano Improvisations o Children’s Songs. Algunos dicen que era mejor compositor que concertino; pero, siempre supo expresar y trasmitir delicadas emociones con una sencillez desenfadada y con cordial travesura en esplendidas composiciones (“Return To Forever”, “Crystal Silence”, “Armando’s Rumba”, “Native Sense”, “Touchstone”…) en un despliegue romántico, realista, bailable y también a veces, de conjunciones abstractas.

Escucho el disco que grabó con el trompeta cubano Arturo Sandoval, Jam Miami. A Celebration of Latin jazz (2000). “Ven Morena”, “Bésame Mamá”, “Guachi Guaro”… Bailo pisoteando la soledad de la tarde. Ha muerto el más impulsivo de los pianistas de jazz.

© cubaencuentro

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