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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Cine

'Existen': ¿Nación que es locura?

El más reciente documental de Esteban Insausti cuenta con la participación de algunos de los locos más notables de La Habana.

"Ser cubano", dice el hombre que mira a la cámara, "es completamente la parte posterior de lo que es la cuarta tercera novena de las causas ideológicas que tiene que ver con la procesión de la parte tercera de la intensificación de la naturaleza".

Habla uno de los testimoniantes de Existen, documental de Esteban Insausti que cuenta "con la participación especial de algunos de los locos más notables de la ciudad".

El discurso de quien mira a la cámara relaciona desquiciadamente identidad nacional, ideología y naturaleza. Anuncia que recitará al revés las letras del alfabeto y, una vez terminada su demostración, invita al corro de curiosos a dejarle unas monedas.

"Tengan cuidado que ayer robaron", advierte. "Ayer en Cuba robaron".

Otro entrevistado afirma que el cine nacional está en baja. "Pero más que en baja", dice.

Resulta interesante comprobar cuánto pueblan esos monólogos los asuntos del país. Claro que Insausti, guionista y director, pudo elegir fragmentos que abundaran en lo mismo. Aunque, de ser así, queda en pie la coincidencia de tantos actores en idéntico tema. Porque desde manías distintas las circunstancias nacionales provocan descabelladas (y no descabelladas) teorías.

Se atiende tanto a una administración puntual como a las relaciones internacionales: los locos de Existen parecen tan obsesionados por la calidad de lo que ofertan en la cafetería La Pelota (23 y 12, Vedado) como por las relaciones entre Cuba y Estados Unidos.

Nómadas del pensamiento

Diputados de algún organismo que debió disgregarse por las calles de la ciudad, no dejan de cumplir sus tareas parlamentarias. Portan recetas salvadoras, están a punto de soltar información clave. Sólo necesitan dar con el lugar justo, con la esquina que les regalará (a ellos, a Cuba, al mundo) la iluminación. Vagan, por tanto, a cuenta de una empresa. Son nómadas del pensamiento. Hacen sus numeritos (como poner de cabeza al alfabeto) para encubrir la verdadera misión que los empuja a levantarse cada mañana.

Capaces de abarcar el trapicheo en determinado establecimiento comercial, así como las oportunidades mercantiles del mundo, Cuba no guarda secretos para ellos. Y Existen podría entenderse como una exploración del nacionalismo en la locura.

Y viceversa.

Uno de los entrevistados postula unir esta tierra con otra para llegar a ser un país tan grande como Japón o Estados Unidos. Otro exige no sostener comercio alguno con Rusia hasta que no vuelva a ser Unión Soviética. Un tercero describe los pasos que el mandatario cubano habrá de dar si quiere resolver sus diferencias con George W. Bush.

Ese tercero llega a creerse en comunicación directa con las altas esferas: "A veces uno… A veces uno falla. Una vez. No todas las veces… Pero no lo hagas más. Yo te quiero mucho y el pueblo cubano también. A tu pueblo, a Cuba entera, al Tercer Mundo. Te quiero mucho, Fidel. Te aprecio, te estimo y te quiero. Siempre. Como si fueras hasta aun mi padre. Porque te quiero más que a un amigo. Como a un padre. Es todo".

Entre un monólogo y otro aparecen estadísticas, causalidades como estas: "Pedro enloqueció cuando le negaron la visa", "Juan enloqueció cuando se fue", "Eduardo enloqueció en la guerra" (a continuación nombres de países a los que enviara tropas el gobierno cubano)… En contrapunto, imágenes de antiguos noticieros: zafras del pueblo, planes de crías de cerdos, carrozas cederistas en carnavales, conversión de una fábrica de grúas en fábrica de arados, mesas redondas televisivas, visitas de delegaciones extranjeras, proyecto de un rascacielo en Alamar… Todo tan razonable como las estrategias que los locos detallan.

Nacionalismo y demencia

Y no es casual que Existen se inicie con imágenes de la gran exposición soviética celebrada en La Habana en 1960. Aquella exposición, muestrario de logros tecnológicos y científicos, procuraba un acercamiento entre ambas naciones. La voz del noticiero del cual provienen las imágenes advierte que lo expuesto allí no es forzosamente fruto de las virtudes de un régimen político tan alejado del cubano. Nuestra revolución, pronostica, no se hará comunista.

Y, a juzgar por tal cita, parece tratarse de un caso de alienación. El país está en peligro de quedar fuera de sí, empeñado en destino ajeno, enajenado. (Antonio Benítez Rojo ha hecho notar, a propósito de los misiles soviéticos de la Crisis de Octubre, lo extraño de la máquina rusa, esteparia y terrestre, en medio del Caribe).

Corresponde a cada espectador sacar una lección del montaje de Angélica Salvador con raíces en el collage, el lenguaje publicitario, el videoclip y la documentalística de Nicolás Guillén Landrián, a quien va dedicada esta obra. (La biografía de Guillén Landrián, cuyo magisterio empieza a establecerse entre jóvenes realizadores cubanos, cabe en el fondo del documental de Insausti. Guillén Landrián combinó en fotogramas una canción de The Beatles, The fool on the hill, e imágenes del primer mandatario cubano. Y fue internado luego en un hospital psiquiátrico).

Con discurso tan fragmentario y a saltos como el de sus interrogados, Existen parece aludir a las relaciones entre nacionalismo y demencia. ¿Cuba y locura son términos canjeables? ¿Resultan equiparables ambos excepcionalismos? ¿Por qué esos locos habaneros se comportan como embajadores de la Guerra Fría? ¿De dónde vienen sus semejanzas con los macheteros de la Zafra de los Diez Millones?

Brillante gracias al ingenio de los entrevistados, Existen resulta también brillante por la yuxtaposición de disparidades visuales y sonoras conseguidas. Perfecta, por ejemplo, la suma de multitud ralentizada más Benny Moré que canta.

Realizado el año pasado con ayuda de la Embajada de España en Cuba, la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECI), El Ingenio, la Fundación Ludwig de Cuba y el Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), este documental puede considerarse como el mejor trabajo de su director hasta la fecha. Esteban Insausti ha dirigido, además de varios documentales, una de las tres historias que forman el largometraje de ficción Tres veces dos.

© cubaencuentro

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