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Actualizado: 18/04/2024 23:36

Literatura, Literatura cubana, Teatro

Génesis de «El verano está cerca»

Una obra con referencias al machadato, las luchas estudiantiles republicanas y las discordias ideológicas en Cuba

Escribí El verano está cerca en la década de los cincuenta poco después de casarme. Ya había estrenado Sobre las mismas rocas, Premio Prometeo 1951, donde seguía las líneas de vanguardia del teatro cubano de aquellos años, con la más completa distorsión del tiempo y el espacio, y tenía el empeño de trabajar con un texto de carácter realista, con un planteamiento directo sobre la vida cubana, y de ahí surgió El verano está cerca, con referencias al machadato, las luchas estudiantiles republicanas y las discordias ideológicas. Al casarnos, nos mudamos para un pequeño apartamento bastante apartado en el Vedado. Allí tuvimos de vecina a Josefina de Cepeda, viuda de José Antonio Ramos y nos hicimos muy amigos, poniéndome Josefina en contacto con la obra de Ramos, de la que ya conocía cuando menos Tembladera y La recurva.

Fue desde esos años que empecé a desarrollar mi concepción cainística de la vida cubana, con el propósito de plasmar la lucha fratricida que se iba a desarrollar entre nosotros hasta nuestros días. Es posible que bajo la influencia de Ramos y la realidad inmediata, surgiera la primera versión de El verano está cerca, con el enfrentamiento de los dos hermanos, el idealista y el revolucionario, en medio del entorno corrupto de la vida nacional.

La obra la terminé utilizando una especie de realismo expresionista, pero como en el caso de otras propuestas, en toda la década del cincuenta no pude estrenar nada y quedó engavetada. La lucha fratricida, más allá de un tiempo exacto, caracteriza el desarrollo “histórico” de la obra, como podemos ver en la escena que sigue.

EULALIA: En este país, Tina, la locura es contagiosa. Es por eso que no hemos podido resolver nada y hace años que estamos en lo mismo. Hereditaria. Va de una generación a la otra. Naturalmente, algunos locos tienen su pizca de razón. Lo que pasa es que no sabemos exactamente quién está más cuerdo. O más loco. Y hasta es posible que todos sean una misma persona con nombres diferentes. A mí, Davisín, nadie me engaña. Nadie se me despinta. Bien sé lo que está pasando. Un torturador es igual que otro. Sin contar… Sin contar, David, que ese hombre es tu padre.

DAVID: ¿Quién es mi padre?

EULALIA: El Capitán Armando Arriete, el Jefe de la Policía. Es por eso que se puso así cuando vio lo del Manifiesto Comunista debajo de la cama. Lo sé de buena tinta. Sin contar que he visto la fotografía.

TINA: ¿La de quién?

EULALIA: La del Jefe de la Policía, que sale en los periódicos todos los días. Retratado con el Presidente.

DAVID: Pero ese es Pedro Armendariz, mamá. Un actor mexicano.

EULALIA: ¿Cómo mexicano? ¿Es que aquí no tenemos suficientes matarifes para irlos a buscar a México?

DAVID: Un actor excelente, mamá.

EULALIA: Y actores, ni se diga. Tú dirás lo que quieras, pero aquí tenemos grandes sinvergüenzas que son grandes actores. ¡Grandes actorazos! No tenemos que irlos a buscar a ninguna parte para hacer el papel de… ¿cómo se llama?

DAVID: El Jefe de la Policía…

EULALIA: ¡Qué memoria la mía! ¡Cómo son tantos!

TINA: ¡Salas Cañizares, Eulalia, Salas Cañizares!

EULALIA: Lo peor del caso no es eso, porque ese hombre no es ni Pedro Armendariz, ni Armando Arriete, ni Salas Cañizares. Ese hombre es tu padre, Davisín. Con bigote, naturalmente, para que nadie pueda reconocerlo. Yo me lo sospechaba, pero no quería decir nada, porque tampoco quería asustarlos. Claro, ¿por qué les iba a dar ese disgusto? A ustedes, espacialmente, que quieren derrocar el régimen y están contra esos esbirros. (Transición). Tu padre, Davisín, siempre quiso ser actor… Es por eso que… cuando se fue de casa y nos dejó… Con los zapatos de dos tonos… Se dejó crecer el bigote, que había sido el sueño de toda su vida. Yo nunca se lo permití, porque era cosa de gentuza y, además, hacia el ridículo, un papelazo… (Pausa, transición). Cuando vi la pistola por primera vez, me quedé anonadada, no sabía qué decir, escondida debajo de la cama, metida dentro de los zapatos de dos tonos… Pero al irse de la casa, ¿quién iba a quitarle esa idea de la cabeza? ¿Decirle a un capitán de la policía que no se podía dejar el bigote? Hasta que, al fin, me di cuenta de una vez y todo se me aclaró, porque estaba ganando galones y se iba de tortura todas las noches. Comprendo que debí horrorizarme, y sin embargo… Aquellas salidas a la media noche que no me dejaban dormir, pensando que se iba por ahí, a acostarse con… con alguna prostituta. Como es natural, no podía explicarme nada, decirme que no era un chulo de Colón y Trocadero, sino un torturador, aunque eso me hubiera tranquilizado. ¡Al fin podría respirar! ¡Dormir a pierna sueltas! Entender sus idas y venidas. (Pausa). Como es natural, lo llevaron al paredón, pero no les dije nada. Porque, a estas alturas, ¿para qué iba a decirte, Davisín, que ese era tu padre? Si había vivido con él toda la vida, ¿qué sentido tenía que después de tantos años, con la revolución triunfante, que era el sueño de todos ustedes, me pusiera a gritar que ese era el padre de mis hijos y hacernos sospechosos, como si fuéramos contrarrevolucionarios y nos hicieran un acto de repudio? ¿Qué pensaría el comité de barrio? Por eso no dije esta boca es mía. Sobre todo, por Julio Antonio, el hombre nuevo, como decía Martí.

(Sale Eulalia. Tina y David, no saben qué pensar. El público tampoco).

El estreno mundial de esta obra, después de más de medio siglo de su propuesta original, tendrá lugar en Artefactus Theater, producción de Pro-Teatro Cubano, los días 6, 7, 8, 13, 14 y 15 de diciembre; viernes y sábado a las 8 y 30 de la noche; domingos a la 5 y 30 de la tarde. Dirección: “Artefactus Theatre”: 12302 SW 133rd Ct. Miami Fl 33186. Teléfono 786 704 5715. Tickets $25,00. Tras el éxito reciente de Puro Teatro, también de Montes Huidobro, Marcia Arencibia asume la dirección de El verano está cerca, dedicada por el autor a Daisy Fontao, con Suzette Silva, Isaniel Rojas, Christian Okón y Marcia Arencibia en el reparto.

© cubaencuentro

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