Ir al menú | Ir al contenido

Actualizado: 30/05/2024 23:00

Cine

'Malditos bastardos': Hitler meets Chomsky

El mito de Hitler muerto a manos de Quentin Tarantino vendría a engrosar la leyenda de sus apariciones.


Me pregunto si, en Malditos bastardos, Quentin Tarantino no se estará burlando del tipo de cosmopolitismo que, últimamente, ha traído la confusión de lenguas al imperio hollywoodense: su más reciente película es una Babilonia donde se oyen más jergas de las que un público de cineplex está dispuesto a tolerar.

 

Gracias a un expeditivo proceso de naturalización, que era consustancial al naturalismo norteamericano, los faraones, los simios, los romanos, los extraterrestres y hasta los nazis se expresaron siempre en la lengua de Shakespeare. Y si hacía falta más, los profesores de actuación —desde Lee Strasberg hasta Stella Adler— estaban ahí para ofrecer entrenamiento en lo que los americanos llaman "dialectos": un inglés con barreras. Únicamente a Benicio del Toro en el rol de Guevara se le ocurriría chapurrear el argot de la tribu que "aún reza a Jesucristo, y aún habla en español".

 

Por eso, cuando el coronel SS Hans Landa (Christoph Waltz) se dirige en perfecto italiano al teniente Aldo Raine (Brad Pitt), el nativo de Maynardville, Tennessee sólo atina a responderle con un cobardón arrivederci. Ya lo había dicho la doble agente Bridget von Hammersmark (Diane Krüger), en una de las mejores puyas de la película: "Voy a preguntarles algo, chicos, cuya respuesta conozco de antemano, ¿hablan algún otro idioma además del inglés?". Pero la verdad es que en Lalaland nunca hicieron falta otros idiomas —recordemos que Hollywood nació mudo—, precisamente por haber sido el cine el latín de la plebe.

 

De la rampante irrupción germana en la cultura europea mediante la guerra de conquista, parece desprenderse la germanía de la Europa moderna. Este transnacionalismo de ascendencia nazi arranca, a su vez, de un cosmopolitismo característico de la entreguerra, que sería erróneo asociar exclusivamente con la "democracia liberal" y el "progresismo de izquierdas", pues tampoco Hitler fue inmune a su influencia.

 

El traductor Ralph Manheim precisa, en su introducción a la edición inglesa de Mi lucha, que "a pesar de haber arremetido contra el crisol de razas vienés, Hitler estuvo influido por su estilo literario". El nacionalsocialismo sería parte de un complejo mayor, vestigio de un "multiculturalismo socialista", el engendro de una polimorfa cultura de masas que abarca tanto a Weimar como al Tercer Reich —y en la que Tarantino parece encontrarse en su elemento—.

 

Entra Aldo el Apache

 

Los Malditos bastardos —o sencillamente, Los bastardos— son una tropa élite de judíos errantes que ataca por sorpresa a los nazis desprevenidos. Su especialidad es el golpe de efecto; su modus operandi, el batazo en el cráneo, el reguero de sesos, la emblemática cosecha de cueros cabelludos. El gentil Aldo Raine, que los comanda, es medio apache y medio guajiro: Tarantino lo enfrenta al elegantísimo coronel alemán Hans Landa, y de esa manera saca a relucir los defectos del hillbilly al tiempo que magnifica el indiscreto encanto del gringo promedio: si el americano feo puede darse aires de superioridad es porque, contra el telón de fondo de la debacle europea, su candidez rural y su falta de pretensiones nos parecen marcas de inteligencia. Lo que también significa que, una vez ganada la guerra, el triunfador será universalmente aborrecido.

 

Una sublime ignorancia le permite al salvaje rubio ("que ha bajado de las Smoky Mountains, atravesado cinco mil leguas de océano, saltado de un avión en pleno vuelo, y atravesado Sicilia de punta a cabo") adjudicarse la victoria. Su triunfalismo está basado en el mito del self-made man, y no es de extrañar que el mismo Hitler considere a Raine una especie de golem. El infame bastardo, salido de la nada, viene al mundo con la tableta en blanco, y al final de la contienda, los alemanes tendrán que rendirse ante esta nueva raza de apaches con levita que demostró ser, si no más cultivada, sí mucho más cautivante. MacArthur y Patton, y más recientemente, Rumsfeld y Bush, fueron Aldos Raines.

 

Hay una fuerte dosis de élan bushista en el teniente Raine, un toque de jingoísmo e imbecilidad, y un desprecio absoluto por eso que Karl Mannheim llamó socially unattached intelligentsia, que aún en el Hollywood de Tarantino continúa siendo uno de los estereotipos de la "Vieja Europa". Su incapacidad para pronunciar correctamente un nombre extranjero nos recuerda los apuros que pasaba George W para decir Mahmud Ahmadineyad, o el giro tejano que Papá Bush imprimió al nombre de Sá-raam Hóu-saein (hubo protestas de los liberales).

 

De ese desdén, de esa indiferencia olímpica, está hecho nuestro mundo, organizado y vuelto a desorganizar según los intereses de la raza dominante, trátese de nazis o de cowboys. Pero resulta que hoy, desde nuestra ventajosa perspectiva, el acento craso de Tennessee nos resulta más chocante que el timbre melodioso de la lengua de Schiller.

 

Este hombre de acero, este auténtico héroe de epopeya, este salvador de la humanidad, capaz de arriesgar el pellejo por la única noción que le es esencial, a saber, su Lady Liberty (notar que para Aldo Raine no hay chica que salvar, que es el único tipo duro en la filmografía tarantina que vive de ideales), probablemente perteneciera hasta el fin de sus días al National Rifle Association. Su senectud transcurrirá en el club de veteranos condecorados —igual que el viejo Cotton de King of the Hill—, y hasta su patriotismo será objeto de mofas.

 

Fue un americano feo el que salvó a Europa entonces, y otro americano feo el que defendió al mundo del islamofascismo. Si Bush y Raine son el mismo cretino y el mismo hijo de puta, no cabe dudas que Malditos bastardos retrata espléndidamente a nuestro cretino, a nuestro hijo de puta.

 

Por culpa del séptimo arte

 

 

En cuanto a Adolfo Hitler, resultaría fascinante seguir el espectro de sus caracterizaciones: por momentos es un monstruo, por momentos un payaso, un clon, un sicópata o un sanaco. El hecho es que el führer, lejos de ser un caso cerrado, permanece —¡por culpa del séptimo arte!— perpetuamente abierto a interpretaciones.

 

Que en Malditos bastardos Quentin Tarantino lo ponga a morir en un cine no debería asombrarnos. El Hitler que conocemos es un personaje cinematográfico, Hollywood lo creó; y es leyenda que tanto en la cancillería de Berlín como en la guarida de Obersalzberg su agenda oficial incluía una doble tanda. Su gestualidad ha llegado a consustanciarse con la de Charlie Chaplin, y ambos actores nos resultan hoy indistinguibles.

 

También su educación sentimental, como la de cualquier europeo de la época, transcurrió en la sala oscura, aferrado a los brazos de la luneta ("…a veces, durante la proyección, estiraba la mano para apretar la de Eva Braun", recuerda Albert Speer en sus memorias). Sus ídolos fueron los héroes de matinée, no sólo los superhombres de la ópera wagneriana, y andando el tiempo él mismo llegaría a ser el homólogo de Freddy Krueger, Darth Vader y Hannibal Lecter.

 

El mito de Hitler muerto a manos de Tarantino vendría a engrosar la leyenda de sus apariciones. Ya en 1946, la embajada americana en Estocolmo recibía anónimos que aseguraban haberlo visto en una caverna en las montañas de Bauerska, viviendo como ermitaño cerca del Lago Garda, o como crupier en un casino de Évian. En Encuentros cercanos del tercer reino, Hitler regresa del éter en la transmisión televisada de la XI Olimpiada; y en Los niños de Brasil, se multiplica en un millón de hitlercitos.

 

Póquer de signos

 

El fallo de Malditos bastardos radica en que el temible escuadrón de vengadores nunca llega a congraciársenos; malamente tenemos tiempo de recordarlos o de identificarnos con su causa (hay una causa mayor —la del cine— donde Riefenstahl y G. W. Pabst parecen llevarles la ventaja). Si nos guiamos por la importancia relativa de nazis y judíos en el guión —por el número de citas o préstamos, por el tiempo en pantalla y el peso de las alusiones, etcétera—, entonces, paradójicamente, los alemanes resultarán victoriosos.

 

Después de la escena de descabellamientos, los encontramos en el sótano de una taberna, enfrascados en una no menos descabellada comedia de enredos fonológicos, y entonces parecería que el productor de esta película fuera Noam Chomsky y no Harvey Weinstein.

 

En la cripta, los oficiales alemanes juegan al llamado "póquer apache", y los judíos disfrazados de nazis entran en el soterrado juego. Cada participante escribe un nombre en el reverso de un naipe que luego el vecino de mesa deberá pegarse en la frente. Toca a cada cual, basado en varias preguntas y respuestas, adivinar quién es su personaje.

 

Cuando el mayor SS Dieter Hellstrom (August Diehl) descifre que él es King Kong, el teniente Archie Hicox (Michael Fassbender) morirá a consecuencia de su insuficiencia dialectal —un mal de actores: Hicox es incapaz de expresarse en alemán plausible y, al ser descubierto, recibe un disparo en los cojones ("Ése es el sonido de mi Walther, rastrillada y apuntada a sus testículos", le dice Hellstrom)—. Sigue un coreografiado tiroteo que deja a Bridget coja y al gorila suelto ("Llegué en un barco, encadenado y en contra mi voluntad; no soy la historia de los negros en América, ¡entonces debo ser King Kong!").

 

Asimismo, Malditos bastardos, que desde su curioso título (Inglourious Basterds) se nos presenta como un caso de asimilación vocálica, delata estar cortada a la medida de Berlitz, y no de la Academia. Esta es una película consciente de su Cannes, de su mostacho y de su diéresis. No es un remake del clásico, ni la adaptación de un cuento, sino un fenómeno extraño, típicamente tarantinesco: el cine hecho de cine; la película que hizo otra película.

 

Fascinante fascismo

 

Finalmente, está la incompatible pareja de Shoshanna Dreyfus (Mélanie Laurent) y el soldado alemán Fredrik Zoller (Daniel Brühl); ella escapada de otro sótano, en la primera escena, donde ocurre la entrevista de Hans Landa con el lechero Perrier LaPadite, y él transportado desde el Berlín de Good Bye Lenin a la cinemateca francesa donde la judía organiza una muestra de cine degenerado: Pabst y Riefenstahl en El infierno blanco de Pitz Palu.

 

Entonces, por un instante, la película raya en el romance, si bien en un romance frígido; la versión maquiavélica de La rosa púrpura del Cairo, en la que Zoller, el soldado de plomo, sale de la pantalla para encontrarse con la bella pirómana en medio del cine en llamas.

 

Shoshanna rechaza al soldado raso y se arroja en brazos de un negro, el incongruente Marcel (Jean-Jaques Ido), que aparece aquí como la estampa de una nueva política de cuotas étnicas. En el ambiente de la Francia cinematográficamente ocupada, Marcel representa un racismo simpático, introducido en el guión con el exclusivo propósito de satisfacer a la Gestapo de nuestra mala consciencia. Con el personaje de Marcel, Tarantino consigue pegar un naipe marcado en la frente de Ido: en comparación, los nubios de Riefenstahl son más decorosos, por ser menos decorativos.

 

Saturada de signos, Malditos bastardos no podía sustraerse a la seducción de la svástica. Es la marca a cuchillo en la frente de los nazis arrepentidos, y el sayón que —en palabras de Raine— "por mucho que te desvistas, jamás podrás quitarte". Al ver a Hans Landa retorcerse en el fango con su cruz a cuestas —a punto de entrar de incógnito a la democracia—, nos asalta la pregunta de si los criptofacistas no se habrán hecho pasar por demócratas, si no se les podría reconocer aún por el bigote de leche orgánica.

 

El cine arde. Un cine en llamas que no es Cinema Paradiso, sino el infierno frío y cerebral de Quentin Tarantino. El cine es una cámara de gas donde el nitrato de celulosa que baña la película libera vapores y se inflama espontáneamente: Hitler expira en el Valhalla de celuloide, es un hereje en la hoguera, y un Freddy Krueger que soñó ser Charlie Chaplin. Bowie canta Apagando fuegos con gasolina, y una vez más los nazis de Hollywood nos procuran el caliente espectáculo que Shoshanna Sontag llamó fascinante fascismo.

© cubaencuentro

26 Comentarios


26 by Sylvia Valls 05/11/2009 7:20

Nadie está obligado a leer a Néstor... cuya tramoya lingüística resulta vivificante para cualquier cerebro... Quienes le echan en cara o niegan su erudición (que no veo que sea "falsa") son unos envidiosos y/o perezosos... A mí me gustó bastante esta peli de Quentin... no veo cómo se la pueda encontrar "aburrida" y sin duda que dice algunas cosas... como que... al final, la misma brutalidad caracteriza a ambos lados enfrascados en cualquier conflicto... la guerra es el fascismo y de éste no se escapa nadie... a menos de ser uno un santo (cosa bastante rara). Sus finales no suelen ser tan exitosos, como si no supiera a dónde ir con todo su royo... comienza siempre mejor de lo que termina, que es un poco a la deriva, sin encontrar el puerto que buscaba. Este final al menos puede ser interpretado como un guiño de ojo --parece reirse de las pretenciones del arte en general y de las pelis en particular y su poder para "cambiar la historia"... De hecho, cambia la historia a su manera... por medio de un juego de palabras, como en el de las adivinanzas en que ambos bandos de agentes dobles acaban acribillándose. Así es cómo el cine puede cambiar la historia, dice, y él, Tarantino, gozoso la cambia...

25 by Sylvia Valls 05/11/2009 7:20

Nadie está obligado a leer a Néstor... cuya tramoya lingüística resulta vivificante para cualquier cerebro... Quienes le echan en cara o niegan su erudición (que no veo que sea "falsa") son unos envidiosos y/o perezosos... A mí me gustó bastante esta peli de Quentin... no veo cómo se la pueda encontrar "aburrida" y sin duda que dice algunas cosas... como que... al final, la misma brutalidad caracteriza a ambos lados enfrascados en cualquier conflicto... la guerra es el fascismo y de éste no se escapa nadie... a menos de ser uno un santo (cosa bastante rara). Sus finales no suelen ser tan exitosos, como si no supiera a dónde ir con todo su royo... comienza siempre mejor de lo que termina, que es un poco a la deriva, sin encontrar el puerto que buscaba. Este final al menos puede ser interpretado como un guiño de ojo --parece reirse de las pretenciones del arte en general y de las pelis en particular y su poder para "cambiar la historia"... De hecho, cambia la historia a su manera... por medio de un juego de palabras, como en el de las adivinanzas en que ambos bandos de agentes dobles acaban acribillándose. Así es cómo el cine puede cambiar la historia, dice, y él, Tarantino, gozoso la cambia...

24 by Canta Claro (Usuario no autenticado) 10/10/2009 10:40

Pues me parece que al fin -- me parece, pues en realidad me pierdo un poco en la florida prosa del autor -- Diaz de Villegas encuentra una pelicula al menos aceptable, creo, despues de haber leido el largo articulo donde en oportunidades me olvidaba que hablaba de una "pelicula", que realmente no hace una critica sino un elogio. Tambien es cierto que muchas veces los menos letrados -- por lo que Diaz de Villegas no estaria entre ellos -- son los autores materiales de grandes obras, pero no creo que debe hacerse un altar a los que solo son capaces de hablar solo un dioma, aunque este sea el ingles americano y hayan ayudado a liberal medio mundo, eso es una carencia y no una virtud. Por cierto, mientras leia la pregunta de Bridget von Hammersmark recorde un personaje de una novela de Isabel Allende, que dijo mas o menos "si el buen Dios escribio la Biblia en ingles no hay porque preocuparse de conocer otro idioma". Del filme no hablo pues no lo he visto aun, pero siendo de Tarantino y habiendole gustado -- creo yo -- a Diaz de Villegas no me lo perdere.

23 by Lola la del tailer (Usuario no autenticado) 21/09/2009 7:00

Sí azotador: es imposible dejar de leerlo, no leerlo... Creo que entendiste, no? o eres tan sofisticado que hasta en "Letras Libres" publicas? Ahora es usted quien tiene rabia (eso pienso mientras manejo mi trailer y pienso en ti, azotador) ¿Por qué será que te abrigas con tanta graciosa arrogancia? ¡¡¡Eres simpático güey y quiero unas palmaditas!!!.

22 by Lo que pasa (Usuario no autenticado) 20/09/2009 9:40

Hay que reconocer que tanto Néstor como Orlando Luis Pardo están haciendo un esfuerzo por no ser taaan pedantes, pero coño, la gente es como es, por mucho que se les señale sus defectos. La cuestión persiste: Una crítica cinematográfica en una publicación para público general como esta no debe entenderse como un ejercicio personal de estilo, egoístamente concebido para que tres o cuarto adeptos se rompan la cabeza jugando con el lenguaje y sus montañas rusas, en lugar de COMUNICAR, que es el objetivo fundamental de un articulista. Para hacer literatura rebuscada hay otros espacios, libros, peñas literarias, un parque, la casa de uno. Lezama Lima no hacía crítica de cine, y Néstor no es Lezama Lima. Por otra parte Tarantino es un monstruo del cine moderno, factible de ser criticado, por supuesto, pero a menudo muy lejos de la comprensión culturosa que no sabe interpretar sus guiños. Si un crítico detesta e ignora al cine de Hong Kong, o al manga, nunca va a desentrañar las sutilezas de Kill Bill. Cuando consiga ver esta película, ya veré si la calidad del genio bajó o no. Por el momento, prefiero olvidar que leí este mamotreto seudoliterario.

21 by Pepe el cojo (Usuario no autenticado) 19/09/2009 9:40

Creo que muchas personas no entendieron el articulo de Nestor, no me parecio que fuera una critica contra la pelicula, mas bien me parecio un elogio a Tarantino por su estilo de decir las cosas. Saludos,

20 by Azúcar amargo (Usuario no autenticado) 19/09/2009 9:40

Lo que tiene Néstor, es que siempre le entra al tema por ángulos que uno no espera, y no me había percatado de que el juego con la lengua en esta película es muy significativo. Ni de que, efectivamente, esa relación entre los europeos cultos y los americanos ásperos marcó después el resentimiento de Europa con aquellos que le salvaron el pellejo. Son ideas que un "crítico de cine" como esos que claman los que quieren "transparencia periodística", nunca escribiría. Es, definitvamente periodismo, pero del que se aventura a terrenos no trillados y revela lo que no vemos. Periodismo que nos ayuda a mirar mejor no sólo el cine, sino la realidad. Lo más fácil cuando uno no entiende, es decir "este artículo es una mierda", porque nunca vamos a decir que nuestro desconocimiento nos impide comprender.

19 by Un reglazo en las nalgas de la Trailera (Usuario no autenticado) 19/09/2009 9:20

Es inevitable leerlo, querrás decir, Glorita. Leerlo. O es imposible no leerlo, quizás. Tírate del tráiler y matrículate en las clases de lectura e interpretación de Español Como Segundo Idioma, que poco podrías sacar de tan enjundiosas lecturas con elementos de composición tan rudimentarios...

18 by Carey (Usuario no autenticado) 19/09/2009 9:20

El talento suplantado por la mueca amarga del artista frustrado; el pastiche como sucedáneo parapoético con el que un poetiso fracasado quiere mantenerse a toda costa en el candelero; el escritorzuelo que confunde el estilo con el estilete y el humor con el pujo que se va en diarrea retórica; el ocambo que pretende escribir como adolescente, trivializando con falsa erudición que es sólo cultura de almanaque y trivia entresacada de Wikipedia... en fin, toda una sintomatología que arroja --vomita--este opúsculo diverticular, muy guay, muy cool y muy hollywoodense.

17 by joe black (Usuario no autenticado) 19/09/2009 9:20

Para gustos los colores, habrá quien le guste y quien no pero la película es aburrida, muy aburrida por momentos.No recomendaría a ndie verla.

16 by Gloria la trailera (Usuario no autenticado) 18/09/2009 19:00

El señor Villegas siempre con su agudo sentido del humor (cubano) cargado de metáforas eruditas que nos hacen meternos en el diccionario, en google indagando respuestas, buscando la película para verla siempre con su criterio a nuestro lado. Más comedido esta vez, menos amargado y roñoso. Felicidades!!! es inevitable no leerlo y nunca nos deja indiferentes...

15 by Pirata Somaly (Usuario no autenticado) 18/09/2009 19:00

Esta mas larga las tonterias suedointelectuales que escribe este seudocritico que la misma pelicula ...Que no fume tanto y aterrice en la tierra

14 by Lordi Sam (Usuario no autenticado) 18/09/2009 15:40

El señor Díaz de Villega y yo hemos visto películas diferentes. A mi me pareció genial...esperemos por la crítica especialiszada después del estreno en España para que se resuelva esta diferencia que me da que ews generacional

13 by El Pescao (Usuario no autenticado) 18/09/2009 15:40

Néstor Díaz de Villegas: Si alguna vez llegaras a hacer 1% del dinero que hace Quentin Tarantino, entenderias cuan insignificantes son los tipos como tu, criticos de mala muerte, dispuestos a vender su alma al diablo por un poco de la gloria que reciben a borbotones aquellos que tienen talento. Cool off dude, get a life, and do something useful. Years after Tarantino is gone we will remember him, his movies, and overall his take-no-prisoners approach to art. I'm sure we will not remember you. Critical rat, go to the sewers.

12 by Asere Científico (Usuario no autenticado) 18/09/2009 15:40

La película es pésima. El artículo, excelente. No podía ser menos viniendo de la pluma de Nestor (aclaro, que no he tenido el gusto de conocerle personalmente).

11 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 18/09/2009 8:00

Es preciso defender a Encuentro de una injusticia, algunos comentaristas se quejan porque no publican sus comentarios y no es propriamente así. En algunas oportunidades no digitamos correctamente el cuadro de diálogo y claro, no aparecen. En mi particular, cuando me aparece un cuadro algo confuso - sucede - vuelvo a abrir la página y ya está. En cuanto a Villegas tengo que reconocer - muy a mi pesar - que de esta vez su critica no está muy lejos de mi verdad. No debo olvidar jamás que la critica es APENAS un punto de vista, hacer arte es otra cosa. Tarantino es un artista, como infelizmente también lo fue la Leni. QUE COMPLEJO ES ESTE MUNDO, verdad Nestor?

10 by Tinajon del patio (Usuario no autenticado) 18/09/2009 7:40

Dante: Ilustrate. El culteranismo de Lezama era raigal. No habia nada falso ni impostado en el. Constituia el reflejo de su discurrir natural de mucho mayor vuelo que el de la mayoria de sus contemporaneos. No creo que suceda esto con el Sr. de Villegas, quien a todas luces es un epatant. Por otra parte, los retruecanos sintacticos y los rejuegos lexicosemanticos en la obra de Lezama son propios de su poesia (genero en el que esto no solo se vale, sino que es el mas apropiado para hacerlo, siempre al gusto del poeta y a la eleccion de sus potenciales lectores) y de las dos unicas novelas que escribiera "Paradiso" y "Opianno Licario". Cuando hacia periodismo, sin perder sus carateristicas estilisticas, adecuaba el uso del lenguaje al genero. La pedanteria intelectualosa de este senor periodista? es de tal genero que simplemente no acaba de darse cuenta de que escribe un articulo periodistico, no un poema ni una novela, sino que trata de hacer PERIODISMO. Pero solo intenta: jamas lo logra, porque periodismo es comunicacion con el lector potencial y con el real, y, amigo Dante, convengamos, que no la logra establecer.

9 by Miguel de Cervantes (Usuario no autenticado) 18/09/2009 7:20

No entendí el artículo. No entendí casi nada y no soy tonto. Será el artículo para lectores con QI superior a los 500? Leo muchos artículos y a columnistas, y tambien en inglés y en francés pero hace tiempo no me topaba con alguien que cantinflea en una columna. Esta columna es intraducible al inglés. Google estallaría si alguien lo pone en su traductor. Tendríamos uns columna escrita por seres de otra galaxia...por favor no nos hagan perder em tiempo con una prosa horrible. Que aprenda de García Márquez a como escribir una columna...

8 by Jm Dante (Usuario no autenticado) 17/09/2009 22:20

Que hay de malo en ser erudito y divagar y arrancarle a la palabra lo máximo que se pueda? Lezama en la lógica de estos criticones envidiosos seria entonces un pesado tambien no?

7 by Tinajon del patio (Usuario no autenticado) 17/09/2009 19:20

Onanismo cerebral...rios de esperma confundidos, como los dialectos en que se habla en el filme, en la Torre de Babel de un ego tan inflado que tiene ya que estar a punto de estallar...brucelosis del logo y alzhaimer del cogito...ergo..."cago"...periodiquismo que no periodismo, porque esto es incomunicacion, lo contrario de lo otro...el minotauro perdido en su propio laberinto... Vamos senor que los lectores de estas virtualidades apaginadas merecemos un poco mas de respeto por el tiempo que dedicamos a hacer click...no a Diaz de Villegas...que se vaya a la Plaza con Juanes para que se le cure su dislexia mental... Y a ver si no me sacan este comentario que el de ayer al articulo sobre Panfilo y el choteo no me lo publicaron: libertad de prensa y expresion por favor que a veces dan uds la impresion que estan controlados por el DOR

6 by Slevin Kelevra (Usuario no autenticado) 17/09/2009 19:20

No he visto la película (me niego a llamarla "filme"), por lo tanto no puedo opinar sobre la misma. Pero, puedo opinar sobre el concepto del "feo americano liberador". Puedo opinar porque en Europa, a la que tambien me niego a llamar decadente, he observado siempre el resquemor por aquellos incultos, incapaces de hablar otro idioma que no sea el inglés, pero que evitaron que hoy todos ellos estuvieran hablando alemán. Bueno, no todos, tal vez solamente los que pudieran fingir físicamente alguna resemblanza aria. Y los feos de hoy que se mencionan en el artículo son los que ponen el pecho a las balas y a las bombas de la ignominia, de los que aspiran como único objetivo a destruir nuestra vida si no aceptamos sus atávicas cadenas.

5 by Alejandro Telleria Díaz (Usuario no autenticado) 17/09/2009 19:00

Bueno este artículo estuvo un poquito mejor que la última crítica, pero con todo es muy extenso y tiene también imprecisiones. A Tarantino no se le puede tomar tan en serio, creo que es simplemente un director que se mofa de muchas cosas, en cierto modo se excede para ridiculizar al cine, no sólo al de Hollywood, sino también al de otros países (recuerden a los mafiosos japoneses sable en mano bajando a toda prisa la escalera para atacar a Uma Thurman en Kill Bill= crítica de los filmes de samuráis) . Además hay muchas críticas y burlas sutiles en Inglorious Basterds que sólo las percibe quien conozca un poco más sobre el modo de vida, la historia, la cultura y los modales de los alemanes, no comentaré sobre ello porque sino no acabo. Otro error: es cierto que el espía inglés se mete en problemas por su alemán (que de hecho no era malo*), pero lo que finalmente lo delata es que pide 3 Scotchs haciendo una seña con la mano que es típica de Latinoamérica o de los EE.UU, o sea, utilizando los dedos índice, mediano y anular; los alemanes para señalar 3 con la mano utilizan en cambio el pulgar, el índice y el dedo mediano. (*) Existe una anécdota basada en un hecho real: durante la II guerra mundial, un espía (creo que norteamericano) fue detectado por que hablaba un alemán demasiado bueno, el pobre se metió en un área donde se hablaba un dialecto.....eso es algo así como soltar a alguien que hable un castellano neutral en santiago de Cuba; pobre espía: acabó fusilado.

4 by Pepe el cojo (Usuario no autenticado) 17/09/2009 19:00

Muy buen articulo, pero señores no tratemos de quitarle su estilo a Nestor, al final es como quitarle a Tarantino su forma de hacer cine y es precisamente esa locura, citando a Nestor, "infierno frío y cerebral" la que lo hace atractivo, así mismo el lenguaje rebuscado de Nestor es quizas, el que le brinda su musa para escribirnos un buen articulo o quizas para muchos los entretenga y les de alas para echarle pestes por lo que consideran un galimatias, que a mi en particular no me molesta nada. Continua asi Nestor, gracias.

3 by Puro y Casto (Usuario no autenticado) 17/09/2009 14:20

Buena crítica, aunque sean cuestionables algunos de los puntos de vista del Sr. Díaz de Villegas y su pretensión de que no obviemos su erudición. Al margen de lo anterior, me queda el regusto de que usted ve sólo el medio vaso vacío y creo que le falta objetividad por no mencionar la cuidada dirección de los actores y la excelente interprestación de algunos de ellos, con Christoph Waltz a la cabeza. No sólo porque haya obtenido el premio al mejor actor del Festival de Cannes ni po sus cualidades políglotas en la película. Sr. Díaz de Villegas, nos damos cuenta de su erudición. Es obvia, en su próxima crítica puede hablar un poco más con nosotros y menos con usted mismo. Gracias, desde Berlín

2 by Nestico Bla, Bla, Bla (Usuario no autenticado) 17/09/2009 14:20

No se ni donde comenzar con esto. La verdad es que me estoy volviendo masoquista, porque a pesar de que creo que todo lo que este senor escribe es porqueria, igual me lo leo, porque no deja de asombrarme cuan lejos puede llegar en sus comentarios sin sentido y ultraderechistas.

1 by Cain (Usuario no autenticado) 17/09/2009 14:20

Lo suyo a cada cual. Esta vez el autor sabe de lo que habla y nos da una interpretación particular con cierta lógica. Si hay algo que criticarle es un innecesario exceso de palabras que no le hace bien a sus ideas. Son 25 párrafos que podría haber sintetizado en 10. A menos que Encuentro pague por número de palabras...A propósito, ¿cuánto paga Encuentro?

Subir


En esta sección

Con pasado y sin futuro

Roberto Madrigal , Cincinnati | 15/04/2022

Comentarios


La niebla de Miladis Hernández Acosta

Félix Luis Viera , Miami | 11/04/2022

Comentarios


Fornet a medias

Alejandro Armengol , Miami | 08/04/2022

Comentarios


Mujeres detrás de la cámara (II)

Carlos Espinosa Domínguez , Aranjuez | 08/04/2022


Juegos peligrosos

Roberto Madrigal , Cincinnati | 08/04/2022

Comentarios




Mujeres detrás de la cámara (I)

Carlos Espinosa Domínguez , Aranjuez | 01/04/2022


La prisión del «Moro» Sambra

Félix Luis Viera , Miami | 25/03/2022

Comentarios


Rompedora en forma y en contenido

Carlos Espinosa Domínguez , Aranjuez | 25/03/2022


Predicciones de los óscares

Roberto Madrigal , Cincinnati | 25/03/2022

Comentarios


Subir