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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Cine

'Milk': la vía láctea

El último filme de Gus Van Sant es el pedestre docudrama con el que Hollywood exalta la figura del mártir, como el ICAIC con Pepito Tey o Lidia Doce.


Sabido es que en la historia de la contracultura gay norteamericana, la leche y el jugo de naranja no pegan, son como el aceite y el vinagre. Así de simplista y contradictoria es la premisa de Milk, la película con que Gus Van Sant rinde homenaje a la memoria de Harvey Milk, el primer funcionario explícitamente homosexual en la historia oficial de Estados Unidos.

En el San Francisco de finales de los setenta, Milk imprimió un giro político a la situación del distrito Castro al conquistar un escaño en el ayuntamiento y organizar la resistencia a la cruzada anti-gay encabezada por Anita Bryant, una estrella de la música cursi devenida rabiosa evangelizadora. Todavía a mi llegada a la Florida, en 1979 —por la época de la licenciosa discoteca Trece Botones—, Anita era, a un tiempo, la vocera de la salubridad cristiana y de la América gótica que iguala a maricones y apestados. La recuerdo en la tele, con su cabecita llena de laca, anunciando una botella de jugo de naranja y escupiendo veneno pasteurizado.

Pero hoy es necesario notar que la salubridad obsesiva es característica de la higiene gay, y que aquella incipiente revolución cultural trajo la prohibición de fumar en público, de comer sin culpa, de opinar francamente, y hasta de tocarnos o piropearnos. Es decir, trajo lo políticamente correcto, que es la universalización de lo tapiñado. Hoy es preciso denunciar que el calvinismo de Anita Bryant se ha transformado en el castrismo de Sean Penn.

Los tiempos cambian, los papeles se intercambian, pero los cineastas no parecen dispuestos a advertir estas ironías. Por eso el guión de Dustin Lance Black se queda en la alegría embromada de lo gay, en el recuerdo de una militancia idealizada. Y por eso Milk no es una obra de arte, sino el pedestre docudrama con el que Hollywood exalta la figura del mártir, como lo haría el ICAIC con Pepito Tey o Lidia Doce. Aquí no hay búsqueda, ni sutilezas, ni voluntad de desentrañar el misterio de una época política y espiritualmente compleja.

Pareciera que los productores de Focus Features no se percataran de que la campaña electoral finalizó, pues todavía nos venden la "esperanza" y el "cambio" en un guión que alude, diacrónicamente, a los eventos del porvenir. Milk funciona como un obsoleto spot publicitario del Partido Demócrata en el que Anita Bryant fuese una villana de archivo, hecha con collages de antiguos noticieros. Aquella época pretende hablar de ésta —o acaso hablar por ésta—, y efectivamente, el viejo evangelismo rezuma en la contienda por la Propuesta 8, que niega hipócritamente el derecho de los homosexuales a las uniones civiles.

La película funciona, entonces, como una "anunciación", que es la categoría cinemática a la que pertenecen las últimas recreaciones históricas de Hollywood, Good Night and Good Luck, entre otras. Si en la cinta de Van Sant el equipo de colaboradores de Harvey Milk nos recuerda la tripulación del Enterprise, con su chino, su negro, su latino y su judío, es porque aspira a ser el oráculo de nuestros tiempos de integración: pero es difícil no deplorar la camaradería de Atalaya, y el multiculturalismo de Salón del Reino.

Hasta el tema del asesinato político se ha convertido en referencia obligada, en otra profecía que busca su macabro cumplimiento, y tampoco faltan las alusiones a la muerte anunciada de Barack Obama a manos de algún radical de derechas. El apocalíptico David Gergen, hacia el final de unas elecciones en las que vio violencia donde no la hubo, solía insistir, con exquisito morbo, en lo "peligroso de la situación"; y Barbara Walter, con boca de jarro, le preguntó hace poco al presidente electo: "¿No teme por su vida?". Se comprende el entusiasmo de los radicales del Daily Kos por un evento que serviría de excusa a su propia anarquía, pues son los liberales y no los conservadores quienes sueñan con la revolución fidelista. En el futuro, veremos películas de atentados a presidentes y de muertos demócratas a granel.

Ni un solo gay

La actuación de Sean Penn, a pesar de lo que dirán los Oscares, es la peor del año 2008 y obedece en el fondo a motivaciones estrictamente ideológicas. Su Harvey Milk es el engendro de un Rain Man que hubiese copulado con una vendedora de frankfurters de Catskill. Y si fuese categóricamente posible, diría que Diego Luna está diez veces peor. Lo curioso es que no hay ni un solo gay en esta película gay; y se nota que los acomplejados galanes ¡no saben besarse! Haría bien Van Sant en rentar El cuarto hombre, de Paul Verhoeven, o en darse una vueltecita por El año de las trece lunas y Querelle, de Rainer Werner Fassbinder; o inclusive, por su estupenda My own private Idaho, si pretende crear otra escena creíble de amor homosexual.

Nada salva del desastre a esta película inoperante e inane. Nada, claro, que no sean las trapisondas de la actualidad, los ecos y murmullos del cotilleo homosexual. Allá, a lo lejos —en el reality show de La Habana—, Sean Penn nos resulta mucho más convincente que el Milk de la pantalla. Allá Penn es un personaje complejo, porque si Milk estaba firmemente convencido de la justicia de su causa, y si murió enfrentado a aquellos que pretendían separar a los individuos en aceptables y apestados, y si la mediocre película de Van Sant ha de decirnos algo, el Penn de carne y hueso, en su momento de duda, vuela a reunirse con Raúl Castro y nos devuelve, por fin, a la contradicción esencial: la leche y el jugo de naranja no pegan, son como el aceite y el vinagre.

Sean Penn busca a Raúl en uno de los mal iluminados calabozos de película porno que abundan en el Comité Central, y entabla una cándida conversación sobre mariconería y libertad, precisamente con el maricón mejor tapiñado del universo, ¡con el creador de las UMAP; el autor intelectual de las criminales disposiciones del Primer Congreso de Educación y Cultura; y el único atacante del cuartel Moncada que al ser despojado de sus ropas de falso sargento (ver: Antonio de la Cova, The Moncada Attack), llevaba debajo un bikini! ¡Qué afortunado giro de los acontecimientos para una mala película! ¡Que la leche comience y termine en el distrito Castro!

© cubaencuentro

16 Comentarios


16 by Francisco Javier Lagunes Gaitán (Usuario no autenticado) 01/04/2009 13:00

El éxito de esta película constituye un maravilloso 'momento educativo', eduquémonos y eduquemos al público amplio sobre el sentido histórico del movimiento BGLT y de la vida de Harvey Milk: Contacto Unitario: Guía de estudio de la película Milk

15 by Joyce Canaan (Usuario no autenticado) 20/01/2009 8:20

Al final no entendi bien si el articulo es contra la pelicula o contra Sean Penn por haberse ido a reunir con Castro (lo cual, aclaro, ni entiendo ni aplaudo). Al principio me intereso el articulo porque pensaba que polemizaria con la pelicula. Pense que iba a encontrar las razones por las cuales yo mismo sali del cine diciendo, si, es quizas buena, pero hay algo que le falta... De pronto me perdi en el articulo y no sabia bien de que estaba hablando el autor. En fin, reconozco que no es una obra maestra, ni siquiera la mejor pelicula de Gus van Sant, pero, vamos, negar la estelar actuacion de Sean Penn es demasiada rabia. O Diaz de Villegas no sabe de nada de cine (lo dudo) o su rabia contra Sean Penn peso mas a la hora de sentarse a teclear. No es este tipo de articulo lo que nos hara mejores seres humanos, ni tampoco muy diferentes de los que en la isla predican el odio, la incomprension y la separacion como medios de sostener un regimen cavernicola.

14 by sin lograr olvidarte (Usuario no autenticado) 17/01/2009 20:20

Fumero, leche serás, mas leche enamorada

13 by Camilo Fumero (Tampa) (Usuario no autenticado) 17/01/2009 16:20

Para el 11(sin quizás quererlo), a lo mejor soy humo, pero tal vez, quizas, puede que sea leche en el futuro, lo que me puede relacionar, según el metodo de Nestor Mario Diaz Rodriguez de Villegas Aleman, con Milk...o con la mariconeria, quien sabe.

12 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 17/01/2009 7:40

Homofóbico NO ES! "...Lo curioso es que no hay ni un solo gay en esta película gay; y se nota que los acomplejados galanes ¡no saben besarse! Haría bien Van Sant en rentar El cuarto hombre, de Paul Verhoeven, o en darse una vueltecita por El año de las trece lunas y Querelle, de Rainer Werner Fassbinder; o inclusive, por su estupenda My own private Idaho, si pretende crear otra escena creíble de amor homosexual..." Queda clarísimo que su orientación no es homofóbica.

11 by sin quizás quererlo (Usuario no autenticado) 17/01/2009 7:40

Fumero, humo eres y en humo te convertirás

10 by Charming Board (Usuario no autenticado) 17/01/2009 7:20

Yo vi la pelicula en uns sala de cine casi vacia en New York. Comparto la opinon del periodista en la idea de que la pelicula principal idea es la de dar un ejemplo de como un individuo puede contribuir grandemente cambiar la sociedad si asi lo desea. Esto es un tema muy actual en Estados Unidos en estos momentos. El problema es que los gay todavia siguen siendo una minoria muy descriminda en este pais. Una pelicula sobre este tema para ser eficaz deberia abordar una situacion mas general. En otras palabras la pelicula pasa sin penas y sin glorias.

9 by Carlton Solomon (Usuario no autenticado) 17/01/2009 7:20

Vuelvo a decir que espero que un dia reune sus cronicas en un libro, me encanta su humor y su estilo barroco.

8 by Oliverio Funes (Usuario no autenticado) 16/01/2009 22:20

Nestor Díaz de Villegas, ¡qué pobreza intelectual hay en tus escritos! Desde el primer artículo que escribiste sobre Hollywood lo único que has hecho es hablar simplistamente de su decadencia cultural, fundamentalmente como una prueba de ello, su vínculo ideológico con la Cuba de Castro, que es realmente lo que te inspira a cocinar el arroz con mango de tus ideas (hablando como tú, de mezclas raras). Como si Hollywood no fuese un complejo y diverso mecanismo artístico productor de malas y buenas obras, sino un individuo, el izquierdista Mr. Hollywood, que vive para ofender tus pruritos morales, pero, sobretodo, para congraciarse con tus enemigos ideológicos. Tu análisis de la película Milk no es tal, es sólo un pretexto para atacar la militancia política, ni tan siquiera al artista, Sean Penn. No puedo decir que seas homofóbico, aunque tu vitriolo raya en ello, porque la mayor parte de lo que dices es extremadamente subjetivo y emocional. ¡Qué basura de periodismo, y qué verguenza para CubaEncuentro propiciar un espacio de tanta pobreza informativa!

7 by Camilo Fumero (Tampa) (Usuario no autenticado) 16/01/2009 22:00

Bueno, pues puestos a buscar relaciones donde no las hay, digamos que tambien MILK hace referencia, quizas, a la leche que, a raudales, producia Ubre Blanca, heroe del trabajo en Cuba. Además, si Sean Penn hizo de guajiro en la pelicula sobre la vida maricona de Arenas, tambien Barden hizo alli del mismisimo maricon Arenas, lo cual relaciona MILK con la leche que corre en el barrio Chueca de Madrid, porque Bardem es español ¿no?

6 by Efrén Montero (Usuario no autenticado) 16/01/2009 22:00

Camilo, mijito, el que no tiene "atino" eres tu, que no eres capaz de seguir la serie de asociaciones que hacen de este tipo de crítica algo tan disfrutable. Néstor, estoy de acuerdo contigo, y la verdad es que también me parece que Sean Penn tiene muchísimas otras mejores actuaciones que esta, que es bastante plana.

5 by Lord Baltimore (Usuario no autenticado) 16/01/2009 18:00

Lo cierto es que casi no hay leche en MILK, de aquélla que corría a raudales según lo cuenta el propio Randy Shilts en su anterior y clásica obra, And The Band Played On, el mejor testimonio de la cultura gay en el Castro. La película MILK practica la corrección política al obviar y evadir cualquier trato, ni tan siquiera pasajero, de las casa de baño, las orgías, bacanalias y demás excesos típicos del episodio de erotismo masculino más desaforado del siglo pasado. La relación con Cuba se hace al parecer obligatoria porque el genial ensayista tiene que hacer alusión a Cuba en estas sagradas páginas. Podría haber añadido que Sean Penn hace un cameo en Before Night Falls, película en que se canoniza a Reinaldo Arenas como santo gay de nuestra ecuménica religiosidad sin religión. Propongo a Penn para el rol de José Martí en la primera pelicula post-embargo filmada en Cuba y New York.

4 by antimarx (Usuario no autenticado) 16/01/2009 16:40

Me gusto el escrito, sobre todo el final . Señores, hay que tener un poco de sentido del humor.

3 by mrr (Usuario no autenticado) 16/01/2009 16:40

nestor, no le hagas caso a estos tontos, que no tienen neuronas siquiera para darse cuenta que son tan imbeciles que por eso no entienden nada, y que por eso no encuentran los pies ni la cabeza a tu articulo.

2 by leoncio badia (Usuario no autenticado) 16/01/2009 15:20

....y si Penn no hubiera ido a Venezuela, la critica hubiera sido la msima......igualitos que Fidel castro pero al reves !!!!!

1 by Camilo Fumero (Tampa) (Usuario no autenticado) 16/01/2009 14:00

Esta sección nueva de Cubaencuentro, con Néstor Díaz de Villegas en el papel de Mario Rodriguez Alemán, deberian ubicarla al final de la página, porque es una mierda. ¿Que tiene que ver Milk con el Comité Central del PCC en Cuba? ¿Esta es una crítica de cine o una soflama contra el castrismo? Es maravilloso como Rodríguez Alemán, ...perdón Díaz de Villegas, salta "de palo pa rumba" y mezcla sin atino la mariconería de Harvey Milk, la laca de Anita Bryant y la boca de Barbara Walters con la UMAP, Raúl Castro, el Primer Congreso de Educación y Cultura, Antonio de la Cova, la leche, el jugo de naranja, el vinagre y su propia idotez.

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