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Actualizado: 17/05/2024 12:58

Cine

'Revolutionary Road': el aborto de una nación

Los dos muchachitos que hace una década arribaron a Hollywood en el 'Titanic' han tomado otro barco que se va a pique.


Últimamente, todo parece hablarnos de revolución. Lo "revolucionario" se ha vuelto moda, mercancía y cliché. Como un virus, ha penetrado nuestro torrente sanguíneo. Es la palabra justa, la pose aceptable y la opinión más filistea. Con ello nos llega también la premonición de un desastre: sufrimos de paranoias políticas, pero instintivamente nos preparamos para una época de utopía, esperanza y cambio. Los síntomas no podrían ser más alarmantes.

 

Por eso, cuando en la última película de Sam Mendes el matrimonio modelo de Frank y April Wheeler (Leonardo DiCaprio, Kate Winslet) busca casita para instalarse, parecería que el destino les empujara hacia una calle apartada ("aunque de raros encantos", dice Kathy Bates, agente de bienes raíces) en los suburbios de un pueblo que seguramente esconde en su prehistoria colonial alguna batalla sangrienta, pues el nombre trillado de la vía es Revolutionary Road.

 

"Revolución" es hoy una noción que, como el "hibernatus" de Louis de Funès, aguarda la llama que vendrá a descongelarla —tal vez el fuego vestal de una tragedia doméstica e intrínsecamente norteamericana—. Por el momento permanece agazapada en inocentes nombres de lugares, pero tarde o temprano pasará volando en una escoba sobre los techos de Nueva Inglaterra, y entonces las calles encantadoras amanecerán regadas de muertos.

 

Un giro completo

 

En el comienzo de Revolutionary Road vemos el "sweet home" que la vendedora de fantasías le mete por los ojos a la parejita: erguida en su medio acre, recortada contra el cielo azul, conmovedora en su total aislamiento, la casa es la cosa. Sam Mendes coloca allí a dos muchachitos que hace una década arribaron a Hollywood en el Titanic. Son los vástagos de una raza de europeos ilusos, y han tomado otro barco que se va a pique.

 

La cámara aparta las tejas y mira hacia adentro, hacia la intimidad culpable del núcleo familiar, hacia lo profundo del hogar, donde yace el significado de Norteamérica, y es precisamente la "manera de ver" lo que resulta problemático: "El mero hecho de aislar una unidad natural, como el matrimonio, en un ambiente típico de laboratorio", opinan Donald P. Hayes y Loren Cobb, en su libro Cycles of Spontaneous Conversation Under Long-Term Isolation, "detrás de un cristal ahumado que nos permita observarla sin ser vistos, ha demostrado ser irremediablemente inadecuado".

 

El pesimismo cultural y el relativismo político nos han hecho descreer de la familia (y de la propiedad privada, y del Estado) y ya somos incapaces de advertir las secuelas de la ideología alemana en la vulgarización del desencanto. Revolutionary Road está construida a partir de los estereotipos que nos legó una época de angst neomarxista, y al identificarse con una manera anticuada de ver las cosas —una manera ultraconservadora de ver la casa que data de la época de Henrik Ibsen—, la película intenta localizar el impulso revolucionario en la frustración doméstica.

 

A pesar de que cada familia tiene su propia manera de ser desgraciada, nada parecería indicar que Frank y April sufran de lo lindo entre sus cuatro paredes —detrás de la cuarta estamos nosotros, con la oreja parada—. Así nos enteramos de que los Wheelers (ahora freewheelers) quieren escapar de lo gótico americano, de una vida burguesa que para ellos se ha vuelto "desesperante vacío". Frank y April sueñan con largarse a París, con transmigrar a Europa.

 

Decisión tan peregrina no puede ser tomada por sus vecinos promedio más que como traición a la patria, y sin haber comenzado nunca, la revolución de Sam Mendes ya ha producido un exilio. John Givings, el matemático loco que asola el pueblo (Michael Shannon se merece un Oscar por esos dos minutos de electroshock en pantalla), es el único que entiende la demencia de Frank: "Muchos han dado con el vacío, señor Wheeler, pero usted ha tenido los cojones de ver la desesperación". Lástima que los cojones traicionen a nuestro protagonista, y que en un palo estelar sobre el gabinete de la cuisine, preñe a la señora Wheeler por tercera y última vez.

 

Para complicar más la cosa, la compañía Knox de máquinas ordenadoras donde trabaja de vendedor, le promete un ascenso (con futuro incluido: a espaldas de estos inocentes se trama un soviet mayor, un cibersoviet). Ahora entendemos que la solución de una crisis matrimonial podrá estar en Montmartre —o en Madagascar, o Tumbuctú—, pero que para resolver una crisis de identidad nacional no basta con cruzar un charco: habría que dar marcha atrás al Mayflower, rebobinar la historia, anular las trece colonias, y siempre "in pursuit of happiness", regresar al mono. Quizás al protozoario. Del inconveniente de haber nacido: Revolutionary Road, dando un giro completo, es la respuesta abortiva al Nacimiento de una nación.

© cubaencuentro

17 Comentarios


17 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 12/02/2009 9:20

Molina es Colina. Enrique Colina. Un pedazo de persona, y un excelente realizador. Falta en la crítica de Villegas la importante referencia de que el guión no es un "original", es una versión o adaptación de una novela.

16 by La Avellaneda (Usuario no autenticado) 11/02/2009 0:40

Hay que leerse a Richard Yates, el autor del libro, publicado en 1961. Las ideas de la novela se reafirman con una puesta en pantalla igualmente rigurosa. Para mí, el filme es excelente, sin fisuras.

15 by Viridiana (Usuario no autenticado) 09/02/2009 11:40

J.Campos mi vida, tu si que eres tan lamentable como el articulista, como vas a decir que tanta libertad asusta? revolucionar la vida se trata de ser cada dia mas libre y Molina tenia un excelente programa, si lo hubieras visto mas te darias cuenta de que el cine, el buen cine, es mucho mas que un negocio

14 by J.Campos (Usuario no autenticado) 09/02/2009 9:20

Chico, yo no le veo nada malo a este artículo de Villegas, la verdad. Si algo, es la cara opuesta a lo que nos disparaba Molina todos los "24 x seg" ¿se acuerdan? No sé si vea la película. Depende de cómo tenga el ánimo ese día. Pero coincido con el articulista en que Hollywood tiene un sexto sentido de supervivencia para percibir cuál es la "onda" ó el "subject" que vende. Después de todo ¿qué es el cine sino un negocio más? Y ando de acuerdo con los que dicen que "tanta libertad asusta". Precisamente de eso se trata: Algunos no la entienden (la libertad).

13 by Mar (Usuario no autenticado) 09/02/2009 9:00

Ame esta pelicula, la ame de verdad, y entiendi todo tan claro... que mi mama salio como diciendo (Que triste... ella murio... el tuvo la culpa) no... es mas alla, y apenas tengo 18 años jaja, pero verdaderamente, me cautivo Sam en esta obra ^^

12 by Mar (Usuario no autenticado) 09/02/2009 9:00

Ame esta pelicula, la ame de verdad, y entiendi todo tan claro... que mi mama salio como diciendo (Que triste... ella murio... el tuvo la culpa) no... es mas alla, y apenas tengo 18 años jaja, pero verdaderamente, me cautivo Sam en esta obra ^^

11 by Acacia Gonzálvez (Usuario no autenticado) 08/02/2009 18:40

Es la crítica de un súper intelectual que sabe tanto que sabe a m...

10 by El Analista (Usuario no autenticado) 08/02/2009 18:20

Leo en varios comentarios algo que pasa con algunos de nosostros, no vemos, no escuchamos, no leemos; solo nos guiamos por lo que dicen -- o entendemos que dicen -- los que nos "orientan", nada que nos quedan viejos resabios de guiarnos por lo que dicen "los que saben" y no pensar por nostros mismos. Jodidos estamos.

9 by Señor del 7 (Usuario no autenticado) 08/02/2009 9:20

No se enoje. Lo que pasa es que los cubanos donde leemos "revolucion" entendemos robolucion y ya no queremos saber nada mas. Llegar a un pais democratico y ver que todo es posible, que todo se debate, que nada se censura, es una bendicion tan grande, que ya no queremos saber mas de revoluciones. Por lo demas usted es libre de adorar esta pelicula. Yo estoy descubriendo ahora la libertad. Todavia no estoy harto como deja entrever muy sutilmente este trailer escrito, (este avance, asi le deciamos en Cuba a los trailers), vaya, para decirlo mas a lo cubano.

8 by Ernesto mederos (Usuario no autenticado) 08/02/2009 9:00

Claro, claro, la gente espera que el crítico diga, me gustó mucho la peli, es muy bonita, vayan a verla. O no se les ocurra ir al cine, que esta es un ladrillo. Eso, todo bien clarito. De lo contrario, el tipo no sabe lo que escribe, no?

7 by Bartleby (Usuario no autenticado) 07/02/2009 18:40

per qué carajo es lo que leen ustedes? acaso no está claro que este texto es una crítica más que elogiosa con la película? de verdad que a veces no sé, coño siempre hay que masticarlo todo hasta que pierda la gracia?

6 by Detesto las revoluciones. (Usuario no autenticado) 07/02/2009 18:20

Con este trailer ya no necesito ver esta peli. Las revoluciones me dan asco. Estoy harto de la cruzadera de charcos y los exilios forzados que promueven las revoluciones. Quiero ver una peli mas humana, mas cerca del ser humano, menos panfletaria, con una filosofia sencilla, a flor de piel, que me recuerde que soy un grano de polvo en el viento solar. No hace falta decir que soy cubano, y que medio siglo de robolucion en Cuba ha sido demasiado tiempo de tortura para un solo corazon. Les regalo todas las avenidas "revolucionarias" del mundo. Me quedo con los actores que vi en el Titanic. Renuncio de antemano a ver esta nueva version de una "perlana revolucionaria"...¿Se acuerdan de lo que significa perlana?(neologismo popular cubano que hace alusion a un fecaloma envuelto en lana)

5 by El comentario me incita.... (Usuario no autenticado) 07/02/2009 18:20

A no ver la pelicula. Asi de simple.

4 by El Analista (Usuario no autenticado) 07/02/2009 9:20

Es bueno saber que comprendemos a Diaz de Villega, nuestro rebelde de todas la causas. No he logrado ver algo que a nuestro "critico" le agrade, ya hable de Miami y sus "poco ilustrados habitantes" o sea de una u otra pelicula Diaz de Villega es el eterno rebelde, el sniper que le dispara a todo lo que se mueve, desde su atlaya, solo por -- parafreseando a Machado -- odio a lo que vuela.

3 by Daniel Menéndez (Usuario no autenticado) 07/02/2009 9:20

Creo estar seguro de que Díaz de Villegas advirtió que sus comentarios de películas –que no críticas- eran pretextos para reflexionar sobre otras cosas. Yo no he visto la película, pero su comentario me intriga.

2 by Rine Infante (Usuario no autenticado) 07/02/2009 2:00

El nivel de incoherencia y desconocimiento de este columnista demerita por mucho lo que se supone que deba ser un espacio dedicado a la crítica cinematográfica. Hay varios críticos que ejercen el oficio con conocimiento y oficio, por lo que me resulta absurdo que le otorguen, a este mamarracho de la crítica, una columna para hablar de lo que desconoce. Por favor respeten la inteligencia de los lectores y que Díaz de Villega escriba de lo que sepa

1 by exaudi (Usuario no autenticado) 06/02/2009 21:40

Sin dudas, Señor Díaz de Villegas vimos otra película. Cree de veras que Sam Medes es un neomarxista? Traición a la patria? cruzar el charco? Exilio? Todo esto me suena conocido, pero poco cerca de los 60 que Sam intenta describir. En fin.... el bar.

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