Artes Plásticas
Ritmo y vibraciones
¿Es una visión panteísta lo que Baruj Salinas reproduce en sus cuadros allegados a la naturaleza?
El ritmo y sus vibraciones son una parte esencial de la vida íntima de la naturaleza. Nada, pues, más incongruente que llamarle "naturaleza muerta" a ciertos cuadros que presentan frutas, flores o vegetales. En tiempos del barroco español se les llamaba con más fruición, "bodegones". Y es pensando en esa incongruencia, cómo llego a acercarme a numerosos cuadros de Baruj Salinas que representan la fuerza germinativa de la naturaleza. Germinativa, porque en esos cuadros suyos donde vemos desde nubes hasta tupidos bosques, lo que llama la atención es que no permanecen inmóviles o aletargados en el espacio.
Por el contrario —y aunque no lo percibimos visualmente—, lo que sorprendemos a través de la mirada que la poesía dispone, es su lugar de nacimiento y expansión. Toda obra de arte, en el fondo, propone lo mismo. El contenido va creando sus formas y esas formas son las que nos entregan su lenguaje visible. Pero queda el otro, el que se encuentra oculto, como en el caso de las pinturas de Baruj Salinas, tras sus nubes o ramajes.
Toda forma divina, decía Novalis, es ritmo. ¿Es una visión panteísta entonces lo que Salinas reproduce en sus cuadros allegados a la naturaleza? Su tradición judía lo acerca a Spinoza y, tras este pensador, a los cabalistas que elaboraron un pensamiento cargado de misticismo pero también de poesía. El Romanticismo que se sintió cercano al Panteísmo vio en la naturaleza un lenguaje cifrado cargado de simbolismos y alusiones herméticas.
¿Hasta qué punto Salinas está conciente de esa tradición y hasta qué punto la transmite inconcientemente a sus cuadros? Su estrecha amistad con María Zambrano indica que no pudo haber sido ajeno del todo a los pensamientos que fluían de la pensadora de Los Claros en el Bosque, que recuerda de paso el otro que Heidegger le pusiera a uno de sus libros más poéticos: Los Caminos en el Bosque.
Ambos títulos dan la clave que nos lleva a abrir la puerta de la pintura de Baruj Salinas. Por esos caminos se adentró este pintor pensando quizás en lo que Zambrano le pudo haber comunicacado durante sus intensas conversaciones con ella. Pero lo cierto es que ante los misterios del bosque, las alusiones del lenguaje de las nubes, la vegetación intrincada de la naturaleza americana, Baruj pudo encontrar un idioma plástico. Ese idioma suyo podrá tener obvias referencias a los movimientos del arte abstracto, sobre todo el expresionista, que surgió a partir de la década de los cincuenta pero que ya poseía sus raíces en las acuarelas de Kandinsky.
Todo eso ayuda a explicar su obra en tanto que "forma". Pero su contenido sólo es explicable mediante una crítica llamada "de conversión", que tanto André Breton como Lezama Lima practicaron. Para ello es necesario poner el oído atento en sus cuadros y así poder escuchar su ritmo germinativo. Una vez que escuchemos ese ritmo, sus cuadros develarán sus secretos.
© cubaencuentro
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1 Comentarios
1 by cheoelfeo (Usuario no autenticado) 26/11/2008 15:00
Tambor de Guerra. Obra de Arte. http://tambordeguerracuento.blogspot.com/