Actualizado: 18/04/2024 23:36
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Primera Conferencia Nacional, PCC

El Guiñol de la Conferencia del PCC

Algún día los cubanos tendrán un guiñol de sátira política, en el que la actualidad nacional sea diseccionada a través de las frases poco inteligentes, los gestos altisonantes y las declaraciones desatinadas de los políticos

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Cuando miraba el programa en Francia de “Los guiñoles de la información” (Les Guignols de L´info) en su programación de lunes a viernes a las 7 de la noche, además de disfrutar del humor siempre inteligente pensaba en el día en que los cubanos tendríamos un guiñol de sátira política en el que la actualidad nacional fuese diseccionada a través de las frases poco inteligentes, los gestos altisonantes y las declaraciones desatinadas de los políticos.

La Conferencia me ha parecido un primer guión para nuestros próximos guiñoles televisivos[1].

Primera sección del programa

Aparecen numerosos delegados en la consulta del otorrino-laringólogo, donde un equipo de médicos les destupen los oídos para que puedan oír y “les presten debida atención a las quejas y denuncias planteadas por la población”.

Seguidamente aparece una enorme oreja presidiendo los emblemas de la conferencia y todos los delegados con los oídos limpios, tapándolos con las dos manos porque después del “destupe” sienten demasiado ruido “ambiental”.

En la siguiente escena entra una delfina muy inquieta con su “sustancial” intervención de proponer la palabra “diálogo” para que se incluya en alguna frase del nuevo documento “sagrado”, otro joven delegado pide aceptar en las filas del PCC y de la UJC solo a los jóvenes que demuestren ser incondicionales al presidente de turno porque en él se encarna la Revolución la Patria y el Socialismo, —todos estos términos se miran muy confundidos los unos a los otros porque se resisten a encarnar en una sola persona y discuten entre ellos—, un vicepresidente del Consejo de Ministros se pregunta cómo hacer para que la población se enfrasque en el cumplimiento de los Lineamientos y otro vicepresidente apoya el asunto “medular” pero nadie encuentra la fórmula mágica y por lo pronto todos tienen un gran signo de interrogación en sus cabezas.

Hacen entrar a “la Crítica” y ésta muy inquieta busca “la manera correcta” de pronunciarse hojeando los discursos del Presidente pero tiembla del miedo a equivocarse, después duda si debe intervenir frente a un micrófono o ir al baño a disertar porque tiene que escoger “el lugar adecuado” y mira el reloj desesperada para preguntarse si se acerca o no “el momento oportuno”.Tantas condiciones se le exige que se siente demasiado estresada, abandona los discursos en un rincón y vuelve frente a un micrófono para disculparse por no hacer uso de la palabra. Días después inventa una canción, o un corto cinematográfico, o cuelga en su blog su reflexión y decide tener la libertad de pensar con “cabeza propia”.

Segunda sección del programa

Llaman entonces a “El trabajo ideológico” un anciano enjuto muy magullado por todo lo que le han pedido hacer en 53 años, protestando porque no lo dejan descansar, le piden las formulas mágicas sin ser mago y lo responsabilizan por los disparates de todos los demás. Viene vestido de muy mal gusto, similar a las propagandas que le obligan a hacer con los grandes “líderes” y las masas de telón de fondo difusas y sin rostros. Al menos el “realismo socialista soviético” ponía en primer lugar de su propaganda a campesinos y obreras con una belleza griega aunque por encima de todos apareciera la figura de Stalin de cuerpo completo dirigiendo desde el Olimpo. Acá “las masas” no tienen rostro. Aparecen en escena muchos cubanos y cubanas sin rostro.

El anciano enjuto que no se retira a pesar de su cansancio —porque la jubilación no le alcanza para comer— pide varios “sin rostro” como asistentes para decir y hacer lo mismo que ha hecho durante medio siglo, porque apesadumbrado confiesa que la imaginación la perdió en los tempranos años de los 60. Con la ayuda de sus asistentes diseña un enorme embudo nacional donde coloca los discursos de los dirigentes del Partido, un embudo conectado directamente a las cabezas de once millones de habitantes y el anciano se entusiasma con su nuevo invento.

“Todo está escrito sólo hay que cumplirlo”, reza la consigna de la escena en la cual los delegados revisan todos los documentos de los anteriores Congresos y/o las sagradas escrituras del PCC, la mayoría no para de estornudar por el polvo, mientras otros delegados aprovechan para dormitar y hasta se oyen ronquidos, convencidos de que releer los “documentos” no los va a resucitar.

En la próxima escena, aparece una maestra con una gruesa regla en la mano palmeándola, y está rodeada por todas las organizaciones de masas y la UJC. Les entrega una hoja con las orientaciones precisas y vigila que nadie se salga del guión ni en lo que dicen ni en lo que hacen so pena de recibir un fuerte reglazo.

Tercera y última sección del programa

Aparece un presidente regañón —cual anciano de la tribu defendiendo los rituales imperecederos para no sucumbir como tribu—, a la vez que desempolva un documento “engavetado” de hace 40 años —que lo hace estornudar también—, para citar a su hermano y constatar que nada de lo escrito se ha cumplido y nadie sabe por qué, pero el presidente sigue su regaño. “La democracia liberal es el ‘coco’ que viene con el saco y se los lleva todos los que no se tomen la sopa del partido único” —parafraseando a la niña filósofa Mafalda—. Luego regaña porque se han hecho expectativas de cambios con la Conferencia y él no ha dado el permiso de tener expectativas a nadie, sentencia —la cámara enfoca a los delegados a quienes se les estruja la cara.

Entra Martí encogido de hombros tratando de entender por qué lo acusan de haber creado un solo partido. Si hubiera creado dos le hubieran acusado de bipolar y si tres, tripolar. Con un rostro de asombro se dice que no acaba de entender a los que lo citan, porque eso de pedirle la creación de varios partidos a un solo hombre es más un síntoma de locura que de un pensamiento sensato.

Entran a escena dos columnistas del Havana Times y le dicen al Presidente “cometimos el disparate político de refrendar constitucionalmente la concesión del poder supremo a un partido único.” “Lo importante ahora es corregirlo para (ver si conseguimos) que el timón de la nación caiga finalmente en manos del pueblo auto-organizado” y otra columnista reflexiona “decir que el pluripartidismo hace parte de la demagógica democracia representativa, donde solo unos pocos toman las decisiones de los destinos de muchos”… “Y yo me pregunto, en este último tópico, dónde está la diferencia o todavía vamos a estar argumentado nuestro curioso sistema electoral”.

Usted “hizo mucho hincapié en la campaña mediática y mercenaria de la llamada prensa libre, al servicio de los enemigos de la revolución, y su intención de divulgar una tergiversada imagen de la realidad nacional”.

Me pregunto, ¿qué vendrá después de esto?, ¿qué métodos para combatir a la prensa alternativa se usarán?

El Presidente saca una caneca del bolsillo y se excusa por un súbito dolor de estómago.

El presentador del programa concluye:

Sin sátira política, tampoco hay crítica social.



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