Actualizado: 17/05/2024 1:04
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¿Será el ciudadano 'bien comido y bien viajado' de las firmas mixtas el verdadero Hombre Nuevo?

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Tengo un conocido, teniente coronel jubilado de Tropas Especiales, que participó en numerosas misiones internacionalistas y fue, de muchacho, combatiente del Ejército Rebelde.

Lo de jubilado es un decir. En la vida real este conocido es CVP (guardia de protección) en una CADECA (Casa de Cambio de Divisas), donde trabaja turnos de doce horas por veinticuatro; por la noche, todas las noches después de las once es otra vez CVP en el puesto de viandas de una señora cuentapropista, viuda de uno de los héroes caídos con el Che en Bolivia.

Con su sola jubilación, suponiendo que fuera de las de trescientos pesos, lo que no es cualquier cosa (la mía es de doscientos), podría mi conocido adquirir dos kilogramos de carne de cerdo, dos litros de aceite, kilogramo y medio de leche en polvo, dos coles, una fruta bomba y diez huevos. Nada más. Está al cumplir setenta años, pero tiene que vivir. Hoy le ruega a Dios salud para morir trabajando.

No es un caso excepcional. Algunos viejos generales y ex ministros viven alquilándole en su casa a extranjeros de paso. Coroneles hay que de su automóvil han hecho un taxi, otros son porteros en comercios de ventas en divisas, y no faltan los altos oficiales de ayer que ahora son parqueadores por la propina.

En el paradero de los trenes de la calle Tulipán he visto vendiendo cigarrillos al menudeo a ancianos jubilados, entre ellos uno que fue médico y otro actor famoso.

Si ser revolucionario es trabajar sin cansarse hasta el último día de la vida y sin esperar recompensas materiales —como alguna vez se ha dicho—, entonces cualquiera de estos cubanos que he mencionado clasificaría para la selección de un tentativo primer Hombre Nuevo.

Fuerte candidato en dicha selección podría ser, también, el médico que hoy anda por el mundo, ajeno a la nieve y a los peligros de la selva, haciendo milagros como Jesús. Sin embargo, como entre estos trabajadores del milagro median determinados estímulos económicos, no podría responderse por el desinterés de todos ellos. Tentativamente, pues, constituyen un segundo tipo de Hombre Nuevo Provisional.

El definitivo

Coexistiendo con estos dos Hombres Nuevos Provisionales de diferentes generaciones, tenemos el triunfal hombre bien comido y bien viajado de las Corporaciones y las firmas mixtas, joven por lo general, bien conectado con la estructuras de poder, que no entiende la vida sin aire acondicionado y el cual al pasar en su poderoso automóvil con cristales ahumados pareciera ir proclamando que hay que empezar a pensar en otro mundo porque para sus sueños de zar de las galaxias, éste, el actual, es definitivamente pequeño.

¿Será este elaborado ser de empresas que ha venido sacando el país adelante, no obstante su falta de parecido ecológico con los médicos del milagro o con mi siempre soñoliento CVP y jubilados similares, el verdadero Hombre Nuevo? ¿Lo será? ¿O detrás de dichos tres modelos probables vendrá el clamoroso Hombre Nuevo definitivo?