Actualizado: 23/04/2024 20:43
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Sociedad

Cuestión de precios

Un negocio redondo: Como los particulares cobran tarifas altas, el gobierno aumentará el importe del transporte estatal.

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En la ceremonia celebrada en la noche del pasado 16 de febrero, con motivo de la "entrega oficial de los nuevos ómnibus chinos" en el Ministerio de Transporte, Fidel Castro anunció un nuevo aumento del precio de los pasajes para los viajes interprovinciales, "pues los actuales resultan prácticamente gratuitos si se comparan con los costos del servicio". Así lo dijo el diario Granma el 17 de febrero.

Más adelante, se pretende justificar dicho aumento explicando que los nuevos precios serán "entre siete y ocho veces más baratos que los cobrados por los particulares". Según Castro, el Estado "subsidiará el 20% del valor de los pasajes", en tanto los ciudadanos asumirán el pago del 80% restante.

En la intervención referida, el gobernante señaló que debido al Período Especial, el transporte estatal había estado "muy deprimido", de lo que se han aprovechado los choferes particulares para cobrar elevados precios de transportación. Triunfalmente, el Comandante declaró: "hoy estamos en condiciones de cambiar viejos conceptos, de lograr una distribución más justa, y de hacer un mayor esfuerzo por quienes viven honradamente".

Magistral. Si los particulares cobran tarifas altas por el movimiento entre provincias, el Estado "ayudará" al ciudadano que vive de su trabajo honrado aumentando el precio del transporte estatal.

O sea, el gobierno que critica los precios de los choferes particulares —quienes deben cubrir absolutamente todos los gastos que acarrean el alto costo del combustible (sea gasolina o diesel), las reparaciones mecánicas y de otro tipo, la compra de piezas de repuesto, cuyos precios en las tiendas estatales son absurdos, entre otros rubros—, es el mismo que se reserva el derecho de elevar sus tarifas y presentar esto como un logro y un ejemplo de equidad y justicia.

¿Para cuándo lo quiere?

En el diario oficialista no se hace ni la menor alusión al servicio en pesos convertibles que ofrece la Terminal de Ómnibus Nacionales de La Habana, ni a los precios de dicho servicio. Lo cierto es que las tarifas asignadas al transporte estatal en esa moneda son similares, e incluso iguales en muchos casos, a las de los autos particulares cuya piquera se encuentra a un costado de la propia terminal.

Un viaje a Matanzas, por ejemplo, usted puede realizarlo con un particular por un valor de cinco pesos convertibles (120 pesos corrientes). Si opta por el servicio que ofrece el transporte estatal en esa misma moneda, viajará a Matanzas por cuatro pesos convertibles (96 pesos corrientes) si es servicio regular (es decir, sin aire acondicionado), o por cinco pesos convertibles si se trata de "servicio especial". En Cuba tenemos la manía de rebautizar las cosas, de ahí que al aire acondicionado le llamamos servicio especial.

Cualquier lector sagaz podrá apreciar el "ahorro" que supone para el ciudadano optar por el servicio estatal en pesos convertibles. Y para el suspicaz que esté pensando que quizás sea preferible entonces la opción de viajar a otras provincias mediante el pago en la moneda nacional en que cobramos los que "vivimos honradamente", sugiero (es más, lo reto) que haga la interminable cola para hacer la reserva de sus pasajes en esa modalidad y se entregue al azar de que consiga o no sus boletos para el día en que desea viajar. En cambio, si paga en pesos convertibles, podrá comprar sus boletos con toda seguridad: "¿para cuándo los quiere el señor?".


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