Actualizado: 27/03/2024 22:30
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Medicina, Pandemia, Coronavirus

El odio en los tiempos de la COVID-19

El tono triunfalista, tranquilizador, y los pocos elementos de alertas a la población sobre las medidas y acciones a tomar en aras de evitar la propagación del virus entran en conflicto con las orientaciones emanadas de la Organización Mundial de la Salud

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Mientras el resto del mundo, salvo excepciones, cierra sus fronteras o crea barreras sanitarias para la entrada de extranjeros en especial de la zona que se ha convertido en el epicentro de la pandemia: Europa; Havanatur hizo un llamado al turismo para que continúen fluyendo hacia sus seguras y cálidas aguas que los relajarán, el aire fresco que oxigena los pulmones y su brillante sol que mata las bacterias, casi increíble y digo que casi porque a lo largo de más de 60 años el régimen ha demostrado en más de una ocasión su desprecio hacia el pueblo de Cuba.

Es comprensible, aunque inaceptable, que la cleptocracia gobernante no quiera que una de sus fuentes principales de lucro se vea diezmada por la pandemia y para ello evita con perfidia el abordar abiertamente las medidas necesarias para enfrentarse a la diseminación de la enfermedad, lo cual entraría en conflicto con su interés de que continúen llegando al territorio nacional los turistas con dólares para nutrir sus bolsillos.

Para un análisis de cómo y qué información se le brinda a la población realizamos un análisis del periódico Granma en su edición impresa, que es a la que tienen acceso el común de los cubanos, la edición que utilizamos es la del lunes 16 de marzo. La primera plana consta de cuatro titulares siendo el destacado, por su ubicación y el uso de una imagen, una larga cita de uno de los tantos discursos de Castro destacando “el espíritu de Baraguá”, a la derecha de ese llamado a la resistencia triunfadora aparece un titular lleno de esperanzas: “Últimas 48 horas sin nuevos casos de covid-19 en Cuba”.

Es un largo artículo, con 452 palabras, que se dedica a destacar los éxitos en el tratamiento de los cuatro y únicos pacientes hospitalizados, a negar rumores y a destacar todas las coordinaciones y medidas tomadas para casi al final advertir que: “Las personas con síntomas respiratorios, resaltó,

ya sean niños o adultos, no deben acudir a los centros educacionales ni laborales hasta tanto no

se recuperen.” Pero lo que no se menciona es como se determinará y verificará que esos síntomas son consecuencias de una infección con el coronavirus-2, por su nombre oficial ‘SARS-CoV-2’.

Evidentemente en Cuba no se están aplicando los test para determinar la presencia, o ausencia, del virus en los pacientes afectados, y menos aún en aquellas personas que han estado en contacto con las mismas, por lo menos nadie ha hecho mención de que se esté aplicando dichos test, lo que indica que el régimen no ha adquirido los medios para ser utilizados en los casos que así lo requieran, esto sin lugar a dudas no ayuda a ejercer un control sobre la proliferación de la enfermedad, están actuando a ciegas.

Una revisión del resto de las ocho páginas con que consta esa edición del órgano de prensa más importante del país presenta un artículo, en la página tres, sobre la película de ciencia-ficción del 2011 Contagio (Contagion) el redactor de estas notas que es el crítico de cine del periódico no le interesa mucho el análisis crítico de la película sino destacar la reacción de Trump frente a la pandemia y los acaparamiento por parte de la población, así como la subida de los precios, pero comete el desliz de incluir una opinión del guionista de la película cuando utiliza la siguiente cita: “Estamos descubriendo que no tenemos los suficientes kits para hacer prueba y que, por alguna razón, disolvimos nuestros equipos de reacción contra pandemias”, sin tomar en cuenta que al parecer en Cuba no existen dichos ‘kits’.

En esa misma página en letra mucho más pequeña aparece una nota avisando que “como parte de las medidas de prevención y enfrentamiento al nuevo coronavirus, se han pospuesto los eventos artísticos masivos, nacionales e internacionales” y además “han sido suspendidos los espectáculos artísticos en los principales teatros, cines y casas de la música, entre otros centros culturales; así como conciertos y bailables” Esa nota ya no tiene el carácter triunfalista del resto de lo que parece en la edición del lunes 16, de ahí que aparezca en letras pequeñas.

La siguiente página parece un largo artículo que se lleva casi toda la página sobre las regulaciones tomadas por el Ministerio de Educación, y cuando se entra a definir las medidas concretas se señala: “aislar, si fuera necesario, o no permitir la entrada a los centros educacionales de personas con infecciones respiratorias agudas.” Pero sigue sin aparecer la mención del cómo se determinará la presencia, en el afectado, del virus. En el extremo derecho de la página aparece cómo preparar una “solución clorada” para el lavado de las manos, pero lo que no menciona es cómo la población obtendrá el hipoclorito de sodio, ni alerta sobre el peligro en el manejo de ese compuesto químico, el cual puede irritar la piel, los ojos, la nariz, y las membranas mucosas. Lo que está detrás de esto es que el régimen es incapaz de proporcionar industrialmente esa solución, como tampoco jabones y detergentes.

La página cinco también está dedicada a la covid-19, pero con un enfoque muy peculiar ya que lleva al lector a considerar, lo cual no es falso, que existen otras muchas enfermedades a nivel mundial y brinda una larga tabla de las personas que mesuren a diario debido a las mismas, comenzando por la tuberculosis; el cuadro se acompaña con otro en que aparecen las enfermedades infecciosas eliminadas a partir de 1959, no se mencionan las eliminadas durante la República como la malaria la fiebre amarilla y el cólera, tampoco se menciona las que llegaron a Cuba gracias a las aventuras militaristas en África y otras regiones.

El tono triunfalista, tranquilizador, y los pocos elementos de alertas a la población sobre las medidas y acciones a tomar en aras de evitar la propagación del virus entran en conflicto con las orientaciones emanadas de la Organización Mundial de la Salud, esto desafortunadamente va desempeñar un papel negativo en la preparación de la población para enfrentarse a la COVID-19, como bien dicen aquellos versos de Martí en Abdala: “El amor, madre, a la patria… Es el odio invencible a quien la oprime, es el rencor eterno a quien la ataca”.


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