Actualizado: 18/04/2024 23:36
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| Cuba

La semántica muerde

Algunos corresponsales extranjeros hacen el juego al régimen con juicios de valor, datos y citas en connivencia con los trucos estatales.

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O la semántica nos engaña o alguien aquí le está jugando cabeza a la semántica. Porque, según creímos siempre, ser objetivo a la hora de informar significa ceñirse al objeto, o sea, al hecho, a la verdad palpable, con independencia de la propia manera de pensar o de sentir. Incluso, con independencia de cualquier forma de imposición destinada a disfrazar lo que se informa.

Y es sabido que a lo largo de las últimas cuatro décadas los corresponsales de las agencias extranjeras que reportan desde Cuba han estado especialmente obligados a ser objetivos, más aún que quienes lo hacen desde cualquier otro país. Y no sólo por ética. También por perspicacia profesional.

El suyo es un trabajo que exige mayor habilidad que el del equilibrista sobre la cuerda floja. Ello puede gustarnos o no, pero debemos entenderlo, y hasta agradecerlo tal vez.

A no ser que en su empeño por mantener el equilibrio a toda costa (ya que no sería objetivo sospechar de otras razones ocultas), a algunos de estos corresponsales les haya dado por violentar la rosca de la objetividad, si no a través de juicios de valor amplia y abiertamente en connivencia con los trucos estatales, por lo menos mediante afirmaciones, citas, datos sueltos que —debido a la supuesta imparcialidad de sus fuentes— le hacen la pala al régimen.

Habría que ilustrar con algunos ejemplos. No todos, sino sólo unos pocos, tomados al vuelo: un reporte de la agencia AFP, que aborda el tema del vandalismo en el transporte público y que fue fechado el 29 de junio, afirma en su primera línea: "La crisis del transporte urbano de La Habana, que dura ya más de 15 años…". No, por favor, la crisis no ha durado más de 15 años sino más de 40. Tiene casi la misma edad de esto que llaman la revolución. Es algo que al margen de lo que puedan desbarrar las estadísticas gubernamentales, estuvo siempre a ojos vista y lo sabe hasta el último de los habaneros de a pie.

Claro que si nos atenemos a la semántica, más de 15 pueden ser a la vez más de 40. Pero eso arriesga una manipulación semántica de la semántica. En el mejor de los casos. Y en el peor es acuñar el pretexto oficialista, según el cual, tanto los problemas del transporte urbano en la capital, como todos los problemas de escasez y miseria que hoy sufrimos, son resultado, no de la ineficiencia histórica y crónica del gobierno, sino del derrumbamiento del campo socialista europeo, ocurrido hace (¿casualmente?) "ya más de 15 años".

¿Un chiste?

En otro reciente despacho, emitido desde aquí por la agencia Reuter, se asegura que "Mariela Castro lidera en Cuba una revolución menos conocida que la de su tío Fidel: una en favor de la tolerancia sexual en la sociedad machista de la isla".

Este lead podría ser tomado como un chiste. Pero todo indica que fue escrito en serio. Así que no nos queda sino asumirlo como se nos ofrece, suponiendo que su comicidad sea fruto de un descuido. Aunque no el más descacharrante que contiene el despacho. No es siquiera su mayor desatino.

Más abajo se dice textualmente que "Espín (Vilma, la madre de Mariela), una de las mujeres más influyentes de la revolución cubana, es la autora de un avanzado Código de la Familia que garantiza desde 1975 los derechos de la mujer y exige que los hombres compartan el peso de las tareas domésticas y el cuidado de los hijos".


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