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Cuba en la prensa

BBC: «Un intelectual cree que los cubanos no roban en los centros de trabajo, sino que se llevan lo que la empresa se niega a pagarles»

Selección diaria de la prensa internacional.

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¿El huevo o la gallina?

"El pasado año, en uno de sus discursos, el Presidente Raúl Castro afirmó que en Cuba se trabaja poco y después distintos funcionarios gubernamentales hablaron de las decenas de miles de personas que viven en el país sin trabajar ni estudiar. Si mal no recuerdo la cifra de 'parados voluntarios' ronda los 200 mil, la mayoría de ellos jóvenes, son los mismos que se ven en las calles deambulando, en los bares bebiendo o vendiendo productos en las puertas de tiendas, ferreterías y fábricas de habanos. Sin embargo, estos son sólo la punta del iceberg, el periódico oficial Granma señala que una encuesta del Centro de Investigaciones Psicológicas y Sociales concluye que el trabajo es la quinta prioridad entre las aspiraciones de los jóvenes".

"El problema parece complicarse debido a que esta despreocupación laboral se une al envejecimiento de la población y a la creciente emigración de jóvenes, todo lo cual hace fácil pronosticar que en Cuba cada día habrá menos brazos para producir (…) La explicación es sencilla y la dio el propio Raúl Castro en su discurso del 26 de julio del 2007, el salario no alcanza para vivir y esa es la causa por la que los cubanos cometen indisciplinas, es decir por la que roban en sus centros de trabajo. Hoy por hoy muy pocas personas viven de su salario, la única diferencia está en que algunos solo hacen horas extras en el mercado negro y otros -estos 200 mil desvinculados laboralmente- se dedican a la compraventa a tiempo completo".

"El periódico Granma se queja de la indisciplina laboral, la impuntualidad, la falta de rigor y eficiencia. La gente en la calle responde con una vieja broma que sintetiza la situación: 'el gobierno hace como que nos paga y nosotros hacemos como que trabajamos'. Sin embargo, las autoridades han reiterado que los aumentos salariales solo podrán realizarse cuando aumente la productividad, algo imposible si la gente no trabaja o si roba parte de lo que se produce para venderlo después en el mercado negro. Hay que definir qué es lo primero entre el huevo o la gallina, el gobierno afirma que para pagar mejores salarios hace falta más productividad pero debería saber que los trabajadores no producirán más hasta que no mejoren los salarios".

"…El aparato burocrático ha logrado frenar o posponer la medida, entrando así en un estancamiento en el que la principal afectada es la economía nacional. Con salarios de U$D 17 mensuales y una canasta básica cercana a los U$D 70, el ciudadano no tiene otra opción que cometer ilegalidades para llegar a fin de mes, una realidad que no se podrá cambiar solo con medidas coercitivas (…) Un intelectual cubano sostiene la tesis de que sus compatriotas no roban en los centros de trabajo, simplemente redistribuyen las ganancias de forma más justa, se llevan lo que les toca, lo que la empresa se niega a pagarles en forma de salarios. Dice el periódico Granma que 'el efecto sobre las actuales y futuras generaciones puede ser irreparable', sin lugar a dudas es verdad pero para curar esta 'enfermedad' no bastará con apelaciones a la conciencia y leyes contra la vagancia".

Fernando Ravsberg, BBC, Reino Unido
15 de enero de 2009

Continuidad y ruptura

"'Corresponde a la dirección histórica de la Revolución preparar a las nuevas generaciones para asumir la enorme responsabilidad de continuar adelante con el proceso revolucionario'. Raúl Castro, Santiago de Cuba, 1 de enero de 2009. En el 50º aniversario del triunfo revolucionario en Cuba, no queda claro si lo conmemorado es la continuidad de un proceso político o la permanencia en el poder de un grupo de personas. Los extensos artículos publicados en estos días van desde la felicitación por el cumpleaños de una criatura viva hasta la agria crítica al prolongado gobierno de unos pocos".

"Los hombres en la cúpula de mando siguen siendo los mismos desde 1959, con excepción de los fallecidos y los exiliados. Ellos han cambiado muy poco, aunque la propia revolución se ha transmutado y negado siempre que su sobrevivencia haya estado en peligro. Así tuvimos tiempos de euforia y apoyo popular, melenas y crucifijos recién bajados de las montañas que terminaron por subordinarse al ateísmo y apretar el gatillo, después de juicios sumarios".

"…Los veteranos nunca han querido entregar el bastón y los jóvenes que han corrido tras ellos 'con la ilusión de formar parte del relevo' han sido forzados a abandonar la carrera, cuando no han caído a causa de alguna zancadilla. El motivo de esta reticencia tiene un fuerte componente de desconfianza, ante el temor de que los advenedizos pretendan una ruptura ideológica. Pero lo más determinante ha sido que a la 'dirección histórica' de la revolución, la única continuidad que le interesa, realmente, es la de seguir ejerciendo el poder. La prueba de eso se descubre cuando se enumeran todas las rupturas políticas que han tenido que hacer estos hombres para seguir al mando del país. Han puesto su deseo de conservar el timón por encima de ideologías, alianzas estratégicas, obligaciones para con su pueblo e incluso, a causa de esa adicción al mando, han roto cientos de sus primeras promesas".

"La juventud no se caracteriza por tener mucha paciencia, pero sabe que tiene tiempo. Por muy longevo y saludable que sea un timonel, tarde o temprano tendrá que soltar el gobierno de la nave que conduce. Lo primero que rectificarán aquellos que logren entrar a la cerrada cabina será el rumbo, y es muy probable que también arranquen las páginas de la bitácora. Esa secuencia de pliegos falseados que cuentan las heroicas peripecias de la antigua tripulación, esa que 'en medio siglo' nos hizo creer que el barco le pertenecía. Ver para creer".

Yoani Sánchez, El País, España
15 de enero de 2009

Zara en La Habana

"Los cubanos esperan que Obama llegue a La Habana y de momento ha llegado Amancio Ortega. Obama no es negro bembón ni tiene la nariz como un nudo de corbata ni el rostro como betún de zapatos, pero es la última esperanza de que se saque sin sangre el clavo que, desde hace 50 años, tiene el gigante en la bota. El próximo presidente de los Estados Unidos ha prometido no restringir más los viajes de los turistas ni las remesas de los giros de los emigrantes, y criticó el embargo inhumano al que sometió a Cuba el botarate Bush".

"Qué viejos quedan los sueños, qué lejos aquel resplandor que le dio el 'Che' a media noche, en el Banco de Cuba, al puro de Sartre. Corría el año 1960, la barba florida de la juventud rebelde, el huracán sobre el azúcar. Luego dejaron de ir los escritores, que, como reconocía el propio Sartre, escribían como Fray Angélico pintaba: de rodillas. Hasta el bisojo Sartre, gusano de nuestra conciencia, acabó su vida de maoísta firmando manifiestos contra el castrismo. Los poetas se hicieron académicos y premios Cervantes; acabaron como en Sopa con cebolla, vomitando los frijoles. En un poema satírico demoledor, el escritor José Esteban decía: «Por la calle de Alcalá / con la falda arremangá / Amparitxu viene y va / por la acera la embajá». «Caldevilla que la ve / va y le dice suba usté / que suba también Gabriel». (Caldevilla era el embajador cubano)".

"Fidel se puso guayabera para tapar la pistola, la misma que llevaba El Pipo coronada con un sombrero cordobés. La revolución se fue jodiendo, se quedó sin moda europea. Castro decretó el Día de la Guayabera, que según un poeta fue en la guerra mambisa «con más de un botón sangriento / cuando el heroico alzamiento / por eso la bandera / tiene algo de guayabera / que viste el galán del viento». No hay revolución que aguante las colas, los pantalones zurcidos, los embargos, los huracanes, aunque según Gabriel García Márquez haya merecido la pena; pero ahora, si no llega Obama, aquello se hunde. La crisis alumbra una nueva moda porque una pasarela es una barricada. Tal vez por eso se ha inaugurado una tienda de Zara en La Habana con precios accesibles, en una señal de democratización; no olvidemos que Zara liberó la alta costura del monopolio de los poderosos".

"Dará gloria ver a las mulatas de Guillén con moños en la nuca, la espalda reciente, y mientras llega la palabra de Obama estallan, en La Habana elegante, los culos y los ombligos, expresiones del alma del Caribe. Los vestidos iluminarán el veneno de las caderas y las flores de los senos. El diseño no era un lujo burgués".

Raúl del Pozo, El Mundo, España
15 de enero de 2009


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