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Cuba en la prensa

Editoriales de 'El País', 'El Mundo', 'ABC', 'El Tiempo' y 'La Repubblica' sobre los «cambios» gubernamentales en la Isla

Selección diaria de la prensa internacional.

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Los cambios cubanos

 

"Raúl Castro suscitó esperanzas de mejoras económicas y sociales cuando fue nombrado oficialmente presidente de Cuba, a comienzos de 2008. Esas expectativas, pese a algunas muy modestas reformas, han pasado ya al olvido (…) En este contexto, el anuncio por sorpresa de Castro de renovar y remozar el Gobierno y desprenderse de algunas de sus figuras más emblemáticas —y con mayor vinculación a su hermano Fidel— es en realidad el primer gesto contundente del nuevo líder cubano. Si la destitución de ocho ministros, entre ellos Pérez Roque y Lage, y la fusión de varios ministerios es el anticipo de cambios de mayor calado, está por verse. Por el momento parece claro que Raúl Castro comienza a rodearse, en el Gobierno y las Fuerzas Armadas, de gente de su confianza, eliminando potenciales opositores a cualesquiera ideas que puedan albergar sobre la modernización gradual del paralizado régimen dictatorial".

 

"Presumiblemente, el reajuste político tampoco es ajeno a las expectativas de que Estados Unidos suavice el embargo que mantiene desde hace 47 años contra Cuba. El presidente cubano ha hecho en los últimos tiempos algún gesto amistoso hacia Barack Obama. Y éste se dispone a aliviar aspectos poco conflictivos de las relaciones con la isla (viajes, remesas familiares), aquellos que pueden ser modificados por órdenes presidenciales, sin la intervención del Congreso. Es muy improbable, sin embargo, que Washington se plantee por ahora levantar las prohibiciones de inversiones y el grueso de su embargo comercial, decisiones que Obama ha vinculado claramente a medidas democratizadoras en La Habana. Esos eventuales cambios políticos cubanos, los auténticamente relevantes, son los que colocan la pelota en el campo de Raúl Castro".

 

Editorial de El País, España
4 de marzo de 2009

 

Fidel liquida cualquier idea de apertura al supervisar la remodelación del régimen

 

"El castrismo ha acometido por sorpresa y sin demasiadas explicaciones el reajuste del Gobierno cubano más profundo de los últimos 50 años. El cambio afecta nada menos que a 11 ministerios, y han sido relevados de su cargo cuatro hombres clave: el titular de Exteriores, Felipe Pérez Roque, el de Economía, José Luis Rodríguez, el secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage, y el encargado de la «batalla de las ideas», Otto Rivero".

 

"Las cábalas sobre la intención que subyace a estas decisiones han disparado todo tipo de especulaciones. Algunos consideran que, puesto que la mayoría de cambios atañen al área económica, podría vislumbrarse una intención de mayor apertura en este terreno para afrontar la crisis mundial. Para otros, la sustitución de Pérez Roque por Bruno Rodríguez, gran conocedor de los Estados Unidos, permitiría barruntar el deseo de Raúl Castro de entablar una nueva relación con este país, con Obama como presidente, de cara a la posible suavización o incluso el levantamiento del embargo".

 

"Sin embargo, la salida a escena de Fidel Castro para aclarar que algunos de los destituidos por su hermano tuvieron «ambiciones» que les llevaron a jugar un «papel indigno», permite entrever un episodio de corrupción o de traición a los intereses del régimen. Si existían dudas de que algunos de estos cambios impulsados por Raúl Castro iban a facilitar una apertura, el respaldo de Fidel a las decisiones de su hermano lo descarta por completo".

 

Editorial de El Mundo, España
4 de marzo de 2009

 

Raúl sin Castro

 

"Gesto por gesto, como le propuso Raúl Castro a Barack Obama al incorporarse Cuba al Grupo de Río con el respaldo de América Latina para exigir la eliminación del bloqueo. El Congreso de Estados Unidos está dando los primeros pasos para cambiar la política contra la soberanía nacional de la isla y Raúl comienza a moverse para demostrar que no va a gobernar bajo la custodia de Fidel. Durante el último mandato presidencial de Fidel Castro, dos de sus designados, Felipe Pérez Roque y Carlos Lage, actuaron como un doble primer ministro: el jefe de la diplomacia como portavoz del Comandante y Lage como encargado de la gestión del Gobierno en sus funciones de secretario del Comité Ejecutivo del Consejo de Ministros".

 

"Los dos fueron incluidos por Fidel en el equipo de sucesión cuando tuvo que delegar sus cargos por enfermedad. Ya no están en el Gobierno. Lage sigue siendo vicepresidente del Consejo de Estado y miembro del Buró Político del Partido Comunista (PCC), porque de ahí lo tienen que sacar, si así lo deciden, la Asamblea Nacional, en sus sesiones de junio, y el PCC en el Congreso anunciado para el segundo semestre de este año".

 

"…La amenaza de Estados Unidos mantiene a Cuba como el único país de América Latina que no ha podido resolver definitivamente esa autodeterminación. Cuba ha regresado a la integración regional en una nueva América Latina y Estados Unidos debe levantar el bloqueo, olvidar su histórica voluntad de apropiación y normalizar las relaciones bilaterales. En ese proceso, debería producirse la democratización del PCC, la normalización interna mediante el reconocimiento del pluralismo político y la renuncia de las Fuerzas Armadas al excesivo protagonismo que se justificaba por las agresiones del imperialismo estadounidense".

 

"Sobre la influencia del partido y del Ejército, hay dos claros mensajes en la formación del nuevo Gobierno de Raúl Castro. El secretario del Consejo de Ministros es ahora un general de confianza y se acaba con su apariencia de primer ministro al anunciarse que «no se le atribuye protagonismo alguno en la dirección del Gobierno». Y las nuevas ministras de dos sectores estratégicos como la Alimentación y las Finanzas proceden del Secretariado del Comité Central del PCC. Lo siguiente para comprobar que Raúl ya tiene un proyecto sin Fidel es saber si llevará un paquete de reformas a la próxima sesión de la Asamblea Nacional y si por fin pondrá fecha a la convocatoria del Congreso del Partido Comunista de Cuba. Puede haber más novedades antes o después de la Cumbre de las Américas, a mediados de abril en Trinidad y Tobago, tanto en el Gobierno de Raúl Castro como en la Administración Obama".

 

J. Manuel Martín Medem, El Mundo, España
4 de marzo de 2009

 

Pocos cambios en Cuba

 

"El nuevo máximo dirigente cubano, Raúl Castro, ha ejecutado un brusco gesto de autoridad al ordenar una remodelación del Gobierno que incluye a los principales cargos de los que podía esperarse algún síntoma de reformas, como la economía y la política exterior. Por desgracia, no se trata de ninguna noticia esperanzadora para los cubanos, que esperan llegar a vivir algún día en un país libre".

 

"Es difícil interpretar los movimientos políticos de un régimen sin libertad de información, pero por lo que ha dicho el mismo Fidel Castro en una de sus extravagantes reflexiones, lo esencial de las destituciones y nombramientos ha sido un castigo contra dos de los ministros más prominentes, a los que se acusa de un exceso de protagonismo. Si es una medida ejemplarizante, es evidente que se trata de coartar cualquier posible desviación fuera del estricto control de los hermanos Castro. Carlos Lage y Felipe Pérez-Roque habían llegado a ser la gran esperanza de los que creían en las posibilidades de que el régimen pudiera ser reformado desde dentro, lo que el propio Fidel confirma al decir que «habían llenado de esperanzas al enemigo»".

 

"En cambio ahora y como corresponde a su preferencia por el entorno castrense, Raúl se ha rodeado de militares y, en general, de técnicos de fidelidad probada para los asuntos más esenciales. Si hubiera que buscar algún indicio en este cambio, todo indica que los planes del dictador cubano pasan antes por el modelo chino —convertir el Estado en empresario, pero sin libertades para la sociedad— que por cualquier fórmula de aproximación democrática".

 

"Quizá los cambios también tengan que ver con la nueva situación política en Estados Unidos, de donde la dictadura espera una nueva orientación diplomática, pero tampoco en este terreno resulta previsible que cambien profundamente las cosas, porque el principal interés de la dictadura es precisamente mantener la tensión con el poderoso vecino del norte y crear una situación que justifique la falta de libertades para los cubanos. Ese es, a la postre, el único cambio que Cuba necesita: la libertad de sus ciudadanos para pensar, votar, viajar o hablar…".

 

Editorial de ABC, España
4 de marzo de 2009

 

La 'purga' de Raúl Castro

 

"La profunda reestructuración que hizo el presidente de Cuba, Raúl Castro, de su gabinete ministerial, tiene sabor a 'purga'. Esa costumbre de purificar al régimen de elementos reformistas o contestatarios, tan propia de la Unión Soviética y de la propia Cuba de hace años. En especial en lo que se refiere a los casos del canciller, Felipe Pérez Roque, y del secretario del Consejo de Ministros, Carlos Lage, dos de los funcionarios más poderosos -y cercanos a Fidel Castro- de los últimos quince años. Las duras expresiones utilizadas por el ex líder convaleciente y ahora columnista contra los funcionarios salientes demuestran que hay un castigo implícito en el ajuste del equipo ministerial".

 

"Lage y Pérez Roque llegaron al Gobierno en los años 90, cuando Fidel sorprendió al mundo con sus nombramientos, al brincarse a la generación de los gestores históricos de la revolución y en uno de sus momentos más críticos: después de la caída del muro de Berlín y de la disolución de la Unión Soviética. Fidel se apoyó en sus mentalidades jóvenes para superar la crisis económica con medidas tímidas de apertura durante el llamado período especial. Los dos eran vistos con simpatía en la comunidad internacional, que encontraba en ellos gérmenes de pensamiento abierto y reformista".

 

"El mayor de los Castro hizo énfasis en que su hermano menor le había consultado los cambios. Una afirmación que desbarata la interpretación más frecuente de la prensa occidental sobre los hechos: que Raúl busca 'desfidelizarse' y darle al Gobierno su propia impronta. Pero si bien queda claro que no hay conflicto entre los dos Castro, es un hecho que Raúl, trece meses después de su posesión, afianzó su poder y de alguna manera comenzó en firme su propio gobierno. El nuevo gabinete es continuista, porque forma parte del proyecto revolucionario, pero tiene sangre más joven -varios de los ocho nuevos ministros ascendieron desde cargos de segundo nivel-, cuenta con mayor presencia militar y significa una reducción de la estructura institucional, pues fueron fusionadas cuatro carteras en dos nuevas entidades".

 

"…Todo indica que ahora Raúl Castro se concentrará en temas internos. El ajuste en los ministerios sugiere una prioridad en los asuntos económicos, lo cual no es una novedad en tiempos de crisis mundial. Raúl es considerado un pragmático que confía en actividades como el turismo para fortalecer la economía. Y no hay que hacerse ilusiones sobre una democratización del régimen, más aún cuando, bajo su era, se ha incrementado el número de militares que ocupan altos puestos del Ejecutivo. El cambio, si lo hay, será lento -a ritmo cubano- y, en el mejor de los casos, a lo chino: en la esfera económica más que en el campo político".

 

Editorial de El Tiempo, Colombia
4 de marzo de 2009

 

Cuba tiende la mano a Obama. Se van los pretorianos de Fidel

 

"Raúl, finalmente, acelera y despide al hombre más cercano a Fidel Castro, el ministro de Exteriores, Pérez Roque, y al ministro de Economía, Rodríguez, y recorta los poderes de Carlos Lage, el eterno delfín reformista del ex líder máximo. Es evidente que esta operación debe ser leída en clave internacional: es un mensaje a la Casa Blanca. Ni Hillary ni Obama, aun con toda la buena voluntad, habrían podido negociar con un ministro de Exteriores como Pérez Roque, radicalmente antiamericano, intérprete agresivo de toda la propaganda basada en el enfrentamiento a Estados Unidos y en la imagen nacionalista del pequeño David (Cuba) que desafía al infame Goliat (USA). Su sucesor, Bruno Rodríguez, conoce bien los Estados Unidos. En cambio, la destitución de Lage y de Rodríguez tiene otro significado: el reconocimiento de un fracaso".

 

"En tres años, Raúl no ha conseguido reactivar la economía ni imponer el modelo de 'socialismo chino' que tanto admira. Alguien en La Habana dice que este reajuste es 'casi un golpe de Estado' contra Fidel. Una estocada que entrega a Raúl y a las Fuerzas Armadas todo el poder…".

 

Editorial de Omero Ciai, La Repubblica, Italia
3 de marzo de 2009


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